El cambio climático es la variación de los patrones de lluvias y temperaturas que han venido regulando el clima en la Tierra en los últimos tiempos. Estos cambios son regionales, es decir cambian de unas zonas a otras. Mientras en unos lugares se suceden las inundaciones por lluvias torrenciales, otros terrenos se ven prácticamente desahuciados por la sequía.
Acompaña este fenómeno el aumento de la temperatura media de la superficie de la Tierra que ya ha sobrepasado 1ºC y que, de la misma manera, no afecta por igual a todas las zonas del Planeta, siendo esta subida más notable en unos sitios que en otros. En la actualidad el 97% de la comunidad científica está de acuerdo en que esta alteración climática global se debe en su mayor parte a actividades humanas como la deforestación, la producción de energía o la industria, que emiten a la atmósfera emisiones de gases de efecto invernadero.
Qué es el efecto invernadero
Estos gases siempre han existido en una cantidad normal, e incluso se producen de manera natural, y son necesarios para que se desarrolle la vida en el Planeta, ya que sin ellos el planeta sería demasiado frío. Lo que ocurre ahora es que se están produciendo a tal velocidad, sobre todo a raíz de la revolución industrial (la concentración de estos gases ha aumentado un 30% desde el siglo pasado) que se van acumulando en la atmósfera provocando lo que se llama «efecto de invernadero», es decir, la retención del calor del Sol en la atmósfera.
Qué es el calentamiento global
El calentamiento global es la subida de la temperatura media de la Tierra provocada por la concentración de estos gases, entre ellos dióxido de carbono, óxido nitroso, metano y gases fluorados. De esta manera, cada una de las tres décadas anteriores ha sido más cálida que cualquiera de las precedentes desde que empezaron a registrarse datos, en 1850.
Ya en el año 2001 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ponía de manifiesto en su Tercer Informe de Evaluación la evidencia de aumentos de las temperaturas que estaban afectando a los diferentes sistemas y en distintas partes del globo terráqueo.
De ahí que el Acuerdo de París, adoptado en esta ciudad como hito de la Cumbre del Clima COP21 en 2015 se proponga limitar el aumento de la temperatura media de la superficie de la Tierra a 2ºC y, si es posible, mantener dicho aumento por debajo de 1,5ºC.
Causas del cambio climático
La producción y el uso de energía a través de la combustión de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas representa 2/3 de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según la Agencia Internacional de la Energía, sobre todo de CO2, que es responsable del 63% del calentamiento global causado por el hombre. También se emite dióxido de carbono con la deforestación, ya que al talar árboles se libera el CO2 que absorbieron durante su ciclo de vida.
El metano se libera, por ejemplo, con la descomposición de materia orgánica en los vertederos y por las actividades ganaderas, ya que las vacas y las ovejas producen gran cantidad de este gas de efecto invernadero durante la digestión. La Unión Europea recuerda que también los fertilizantes con nitrógeno producen emisiones de óxido nitroso.
Por último, no hay que olvidar a los gases fluorados aunque la legislación de la UE está trabajando en su eliminación progresiva. Tienen un efecto de calentamiento hasta 23.000 veces superior al producido por el CO2 pero que se emiten en cantidades más pequeñas.
Consecuencias del cambio climático
- Debido al aumento de las temperaturas los casquetes polares se están fundiendo. Además, con el calor el volumen del agua aumenta. Estas variables provocan que suba el nivel del mar que está inundando y erosionando zonas costeras y de baja altitud donde hay plantaciones agrícolas o poblaciones asentadas que tienen que abandonar sus hogares.
- El calor también está provocando que el agua del mar esté más caliente, por lo que hay más cantidad de sal, los animales que viven en sus aguas no encuentran la calidad de vida o alimentos suficientes y muchas especies están cambiando tanto su comportamiento reproductivo como sus rutas de migración e incluso sustituyendo unos hábitats por otros.
- Hay lluvias torrenciales y tormentas o sequías exacerbadas. Han cambiado los patrones de lluvias y donde antes no lo hacía ahora puede llover y al revés. Además, los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más fuertes y más frecuentes. Todo ello contribuye a la escasez de agua y a la producción de cosechas.
- España es uno de los países más amenazados, ya que toda la vertiente mediterránea se está secando y es más vulnerable a la sequía y a los incendios.
- El cambio climático ya está repercutiendo en la salud. Los informes registran un aumento del número de enfermos y fallecimientos por olas de calor y han evidenciado que algunas enfermedades que se transmiten por el agua han variado su distribución regional.
- Perdemos biodiversidad. Plantas y animales también padecen todos estos efectos. Dependerá de su capacidad de adaptación y de nuestra rapidez para reaccionar y mitigar estas consecuencias que sobrevivan tal y como lo han hecho hasta ahora. De no ser así, habrá problemas en la seguridad alimentaria y aumentará la pobreza.