Cuando el ciclo del agua pierde su estabilidad
07/01/2024

Si pensamos en que los seres humanos estamos compuestos en torno a un 70% de agua y que esta además cubre el 70% de nuestro planeta, es fácil entender la importancia que el líquido elemento tiene para nuestra supervivencia. La vida en la Tierra es posible gracias al agua que nutre a los seres vivos que la poblamos, por ello es esencial entender el ciclo del agua y las amenazas que enfrenta en las últimas décadas. 

El ciclo del agua 

Para entender nuestra relación con el agua es esencial entender su ciclo, que no es otra cosa que los diferentes cambios físicos que la transforman y transportan de unos lugares a otros. Y es que, sorprendentemente, la cantidad de agua que hay en nuestro planeta es siempre la misma, pero no siempre la encontramos en el mismo estado ni en el mismo lugar. Los procesos que atraviesa hacen que la podamos encontrar en cualquiera de las siguientes fases:  

El cambio climático pone en jaque el ciclo del agua 

Si el agua experimenta una circulación constante, ¿cómo es posible que suframos sequías?  Es cierto que el ciclo del agua no se puede frenar, pero la estabilidad a la que estábamos acostumbrados los habitantes de nuestro planeta ha tenido una grave transformación a consecuencia del cambio climático, lo que provoca fenómenos meteorológicos extremos y reduce la capacidad de previsión de la disponibilidad de recursos hídricos, al mismo tiempo que disminuye la calidad del agua y plantea una nueva amenaza al desarrollo sostenible, la biodiversidad y el acceso a agua potable y saneamiento de muchas personas en todo el mundo.  

Es imprescindible que la lucha contra el cambio climático incluya un análisis de la gestión de los recursos hídricos en el que por su puesto se prevea su conservación, pero que también se aborde un enfoque resiliente que cuente con la variabilidad del ciclo del agua.  

El compromiso de gobiernos e instituciones es parte esencial, y afortunadamente encontramos iniciativas como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que trabaja en gestión integrada del agua bajo tres pilares: acceso, seguridad y calidad hídrica, participando además en la gestión aplicada del agua en todos los ODS, en carteras tan diversas como la naturaleza, el clima, la energía, los residuos, el crecimiento inclusivo y la reducción del riesgo de desastres.  

Del mismo modo, la Unión Europea desde su programa Horizonte 2020 cuenta con diversas líneas de acción en torno a la gestión del agua. Pero el objetivo ha de ser lograr un mayor compromiso e inversiones, y la creación de leyes y políticas que garanticen cambios reales para lograr un consumo controlado en el corto plazo y la rendición de cuentas.