Optimizar el reciclaje requiere facilitar a los ciudadanos la recogida de residuos lo máximo posible. Este es el motivo por el que, junto a los contenedores de resto, encontramos otros cuyo objetivo es el reciclaje de residuos, como los de papel y cartón, vidrio y envases, además de los de residuos orgánicos (utilizados para generar compost o biogás), ¿y qué ocurre con el resto de los residuos?
La importancia de los puntos limpios
La UE cuenta con una legislación muy exigente en lo referente al reciclaje de residuos y la separación de estos por parte del ciudadano es esencial. En este sentido, los puntos limpios también se presentan como una clara muestra de nuestra transición hacia un modelo de economía circular, ya que a través de ellos es posible gestionar residuos reciclables (chatarra, metales, escombros), residuos reutilizables o susceptibles de preparación para la reutilización (ropa y calzado, muebles, electrodomésticos…) y residuos “peligrosos” (aceites de motor, disolventes, pilas…).
Muchos de estos residuos son habituales en nuestra vida cotidiana y requieren de una correcta gestión si queremos evitar que acaben en la fracción de resto (porque son reciclables, o quizá contienen elementos recuperables que de otro modo se perderían o porque, por sus características, serían altamente contaminantes para el medioambiente). Para facilitar su reciclaje o reutilización, y reducir el volumen de residuos que generamos, surgen los puntos limpios, donde los ciudadanos pueden acudir para dar salida a:
- Elementos de cristal y vidrio
- Papel y cartón
- Plásticos y envases
- Objetos metálicos
- Objetos de madera
- Aceites de cocina usados
- Aceite de vehículos
- Baterías de automóviles.
- Medicamentos.
- Pilas alcalinas, salinas y de botón y baterías, también baterías de móvil.
- Radiografías.
- Bombillas, fluorescentes, luces LED…
- Mobiliario (colchones, sillas, puertas, ventanas…)
- Escombros
- Basura electrónica, televisores, ordenadores, móviles, pequeños electrodomésticos…
- Grandes electrodomésticos (neveras, lavavajillas, aparatos de aire acondicionado…)
- Ropa y calzado.
- Tóner, cartuchos de tinta de impresora, CDs, DVDs…
- Termómetros y elementos que lleven mercurio.
- Restos vegetales procedentes de podas y desbroces.
- Cápsulas de máquinas de café.
- Jeringuillas y agujas hipodérmicas.
- Neumáticos de bicicleta.
No obstante, antes de acudir al punto limpio es importante informarse de si aceptan los objetos que queremos desechar, ya que existen variaciones de unos a otros. Además, tendremos en cuenta que, como norma general, en los puntos limpios no es posible desechar residuos orgánicos, materiales radioactivos o explosivos, residuos infecciosos o neumáticos.
Puntos limpios móviles
El único inconveniente que podemos encontrar en los puntos limpios es que acudir a ellos no es tan rápido y cómodo como, por ejemplo, puede serlo bajar al contenedor de cartón y papel que tenemos a la puerta de casa.
Normalmente, los puntos limpios se encuentran en las afueras de distritos o municipios, lo que suele requerir un desplazamiento específico (el número de puntos limpios por municipio dependerá de su tamaño y del presupuesto del que disponga para la gestión de residuos). Incluso podemos encontrar pequeños municipios que no disponen de punto limpio y deben recurrir al de otro mayor. Si hacemos una mudanza o reforma es natural que contemos con un amplio volumen de residuos para el que merece la pena desplazarse al punto limpio, pero cuando se trata de residuos puntuales (un par de bombillas, un bote de pintura, un pequeño electrodoméstico…), es posible que la urgencia de la vida cotidiana se imponga a nuestro compromiso con la sostenibilidad.
Para incentivar y facilitar la recogida de estos elementos surgen los puntos limpios móviles, que son vehículos que se aparcan en diferentes puntos del municipio en un horario fijo un día a la semana, para recoger los residuos que normalmente se entregarían en el punto limpio fijo. De este modo, los ciudadanos pueden mantener una gestión sostenible de sus residuos evitando grandes desplazamientos.
Los puntos limpios móviles pueden ser furgonetas o bien camiones que pueden contar con caja y chasis, o bien con un remolque que actúa como contenedor. Su espacio de recogida esta compartimentado para poder clasificar los diferentes tipos de residuos.
Y es que, el compromiso con el reciclaje y con una gestión de residuos sostenible debe ser un gesto individual para un bien colectivo. Para poder cumplir con él es necesario reducir nuestro volumen de residuos y conocer los puntos limpios más cercanos a nuestro domicilio. El compromiso personal de acudir a ellos para iniciar una gestión optimizada de nuestros residuos será el elemento transformador que definirá el futuro de nuestros recursos.