En un contexto de crisis climática global, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se ha convertido en uno de los mayores retos que la humanidad tiene por delante. Y tiene toda la pinta de que lo seguirá siendo durante las próximas décadas, ya que deberemos esforzarnos por adaptar el modo de vida de los países industrializados, así como el modelo energético y de producción y consumo, si queremos mantener el aumento de la temperatura media de planeta por debajo del 1,5ºC con tal de suavizar los impactos sociales, políticos, económicos y ambientales que acarrea el cambio climático.
En las ciudades, que cobran cada vez más importancia a medida que se urbaniza el mundo, uno de los grandes focos de emisión es el transporte, y por ello ya se están planteando e implementando iniciativas para modificar los hábitos de movilidad, así como para electrificar las infraestructura de transporte y para transitar hacia las energías limpias y renovables.
Pero otra gran fuente emisora de gases de efecto invernadero en las ciudades son los propios edificios. De hecho, éstos son culpables de más de la mitad de las emisiones de los asentamientos urbanos, según establece el grupo de liderazgo climático urbano C40. Las ciudades que forman parte de este grupo adoptaron hace unos meses el compromiso de que en 2030 todos los nuevos edificios deberán ser neutros en carbono. Concretamente, los alcaldes y alcaldesas se comprometieron a “aprobar reglamentos y diseñar las políticas que garanticen que los edificios nuevos generan cero emisiones netas de carbono para 2030 y todos los edificios generan cero emisiones netas para 2050”, para lo que, aseguran, desarrollarán una hoja de ruta, un paquete de incentivos y programas de apoyo y una información anual sobre el progreso hacia las metas propuestas. En su declaración sobre este acuerdo, el C40 reconoció la importancia del sector privado en la reducción de las emisiones que provienen de los edificios, y felicitó a las empresas que firmaron el compromiso del World Green Building Council para lograr unos edificios de cero emisiones netas de carbono.
El parque municipal de edificios, también de cero emisiones
Además de este compromiso, algunas de las ciudades decidieron aplicar este principio de edificación neutra en carbono a su propio parque municipal de edificios, pues los edificios municipales “generan una proporción significativa de las emisiones producidas por los edificios”, alegan. Por ello, convinieron que, para 2030, serán poseídos, ocupados y desarrollados por la administración local únicamente aquellos edificios que generen cero emisiones netas de carbono.
Para cumplir con este último, que firmaron Ciudad del Cabo, Copenhague, Durban, Johannesburgo, Medellin, Montreal, París, Portland, Estocolmo, Sídney, Toronto, Tshwane, Vancouver, Newburyport, San José y Santa Mónica (además de las regiones de Yucatán, Navarra y Cataluña), realizarán evaluaciones sobre la energía que en realidad precisan sus edificios municipales, así como sobre las emisiones de carbono que generan y buscarán las formas de reducirlas. Elaborarán también una hoja de ruta sobre cómo llegar a esta meta e informarán anualmente de sus avances en este sentido.
Liderazgo de los asentamientos urbanos en materia climática
Las administraciones locales han demostrado tener liderazgo climático en diversas áreas, y un ejemplo de ello es el Pacto de Alcaldes por el Clima y la Energía, así como las iniciativas que, en el marco del grupo C40, se han llevado a cabo para “avanzar hacia el residuo cero” y para asegurar asimismo “calles verdes y saludables”.
En Suecia, destacan medidas de transición energética como las que están aplicando algunos municipios del país escandinavo, que facilitan de manera gratuita asesorías de eficiencia energética a los ciudadanos. Para ello ponen a disposición de los individuos una persona especialista en eficiencia energética que acude a sus viviendas y les aconseja cómo ahorrar energía, de forma que se reduzca su factura de la luz y su emisión de gases de efecto invernadero.
Decisiones como tapar las ollas al cocinar (para acelerar el tiempo de cocción y reducir así el gasto energético), bajar las persianas durante el día en verano para no sobrecalentar la casa y que no haga falta encender el aire acondicionado, o apagar los “stand by” de los aparatos electrónicos (de modo que no derrochen electricidad) son algunas de las recomendaciones de los expertos a los particulares.
Otra de las áreas de actuación en materia de acción climática que están liderando las ciudades es el secuestro del carbono, mediante la renaturalización de las calles. Recuperando o ampliando su masa forestal urbana, las ciudades están contribuyendo a reducir las emisiones de CO2, causantes del cambio climático, al tiempo que ayudan a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.