Durante la primera quincena de diciembre tuvo lugar en Madrid la vigésimo quinta cumbre del clima de Naciones Unidas. En el marco de esta cumbre, también conocida como COP25, los medios de comunicación hicieron una cobertura exhaustiva de lo que sucedía a lo largo de ambas semanas, en las que organizaciones de todo tipo aprovecharon para dar a conocer sus informes, propuestas e iniciativas relacionadas con el cambio climático.
Una de estas propuestas fue el Pacto Verde Europeo o European Green Deal. Recién aprobada por la Comisión Europea, esta hoja de ruta recoge las medidas necesarias para impulsar un uso eficiente de recursos con el que frenar la crisis ecológica y el calentamiento global. El plan del nuevo ejecutivo comunitario, liderado desde el 1 de diciembre por la alemana Ursula Von Der Leyen, describe también los instrumentos de financiación disponibles para lograr la descarbonización de la economía y sugiere los mecanismos para garantizar que la transición ecológica sea socialmente justa, es decir, que “no deje a nadie atrás”.
Desde la presentación en Bruselas de este Acuerdo Verde se ha hablado mucho de lo que supone para la lucha contra la crisis climática y de que vuelve a colocar a Europa entre los actores internacionales líderes en ambición referente a la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). Pero ¿en qué consiste este acuerdo exactamente y de qué manera puede afectar a los Estados miembro?
Qué es el Green Deal y qué medidas contempla
La idea de fondo es que Europa sea climáticamente neutra en 2050. Para ello, la CE propone una reducción de emisiones de GEI de entre el 50 y el 55 por ciento para 2030 respecto a los niveles de 1990 (endureciendo así la meta de recorte de emisiones de co2 del 40% que la UE se había fijado hasta ahora).
Medidas del Pacto Verde Europeo
- Comerciar sólo con países que respeten los acuerdos
- Inversión para abandonar los combustibles fósiles
- El transporte marítimo se contemplará en el RCDE UE
- Creación de la Ley de Clima Europea
Comerciar sólo con países que respetan los acuerdos
Una de las soluciones sostenibles o medidas para alcanzar este objetivo es que sólo se establezcan acuerdos comerciales con aquellos países que son consecuentes con sus compromisos nacionales (sus contribuciones determinadas a nivel nacional o NDCs) del Acuerdo de París.
Inversión para abandonar los combustibles fósiles
En cuanto a la financiación, la UE pretende elaborar un plan de inversión de hasta 100.000 millones de euros, tanto de fuentes públicas como privadas, y destinar ese dinero al “Fondo de Transición Justa”, con el que se ayudará a los Estados miembro a abandonar los combustibles fósiles.
En la Unión Europea la mayoría de países todavía son altamente dependientes de estos combustibles, si bien es cierto que hay algunos, como Alemania —uno de los mayores contaminantes a nivel global—, que están abandonando ya el carbón, pese a que esta fuente de energía ha tenido un peso importante en su economía. Algo más le está costando a Polonia, que aún depende en un 80% del carbón para generar electricidad. Así, el concepto de “transición justa” está pensado apoyar a estos países a llevar a cabo un cambio de paradigma sin que afecte negativamente al empleo ni a otros ámbitos de la economía.
El transporte marítimo se contemplará en el RCDE UE
Otra novedad que llega con el nuevo plan es que el transporte marítimo (tanto buques de mercancías como cruceros) pasa a contemplarse en el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea, el mercado de carbono europeo conocido internacionalmente como EU ETS (EU Emissions Trading System) que hasta ahora sólo afectaba a las centrales eléctricas, a los sectores industriales de alto consumo energético y al tráfico de aeronaves entre los aeropuertos de la UE, Noruega e Islandia.
Creación de la Ley de Clima Europea
Todos estos cambios pasarán por una Ley de Clima Europea que la Comisión prevé presentar en un plazo de 100 días, así como por una inversión “significativa”, según la describe la propia UE en su página web.
260.000 millones de Euros costará llegar a los objetivos de cambio climático
“Se calcula que cumplir los objetivos actuales en materia de clima y energía para 2030 requerirá 260.000 millones de euros de inversión anual adicional, lo que representa aproximadamente el 1,5 % del PIB de 2018”, señalan. Y para ello, precisan, será necesario involucrar también al sector privado, y no sólo movilizar fondos públicos.
“Al menos el 25 % del presupuesto de la UE a largo plazo deberá dedicarse a la acción por el clima, y el Banco Europeo de Inversiones, que es el banco climático europeo, ofrecerá apoyo adicional. Para que el sector privado contribuya a financiar la transición ecológica, la Comisión presentará la Estrategia de Financiación Ecológica en 2020”.
Pero no todo es calentamiento global. En paralelo a la emergencia climática —aunque en parte propiciado por la misma— se está produciendo un fenómeno que tiene igualmente preocupada a la comunidad internacional: la perdida acelerada de especies a la que estamos asistiendo y que, avisan, nos está llevando a una “sexta extinción masiva” (la primera provocada por el hombre).
La presión que los humanos ejercemos sobre la naturaleza no sólo se mide en la incidencia que, se ha demostrado, tenemos en el clima —que altera el funcionamiento de los ecosistemas— sino también en las actividades económicas como la agricultura intensiva (y el consecuente acaparamiento de terrenos, la deforestación y el uso de agroquímicos), la construcción y expansión urbana, la extracción de recursos mineros o la sobrepesca; actividades que destruyen el hábitat de muchas especies y desencadenan el alarmante declive poblacional.
Así, este Acuerdo Verde Europeo plantea crear también una Estrategia sobre Biodiversidad para 2030, así como una nueva Estrategia Industrial, un Plan de Acción de la Economía Circular, una Estrategia “de la granja a la mesa” de alimentación sostenible y propuestas para una Europa sin contaminación.