Las energías no renovables siguen siendo la principal fuente energética a día de hoy en todo el mundo. Y lo son desde la primera Revolución Industrial, en la que el carbón lideró el crecimiento industrial de Gran Bretaña, y la segunda Revolución Industrial, cuando el petróleo y el gas se colocaron como fuentes de energía predominantes y dieron lugar a nuevos inventos como los motores de combustión, que permitieron desarrollar los automóviles y los aviones.
Las fuentes de energía no renovables son varias
- El carbón. Forma parte de los combustibles fósiles y es un mineral de origen orgánico. La minería de carbón todavía es muy importante en países europeos como Polonia o Alemania. A nivel internacional, la economía de Australia o de China, entre otras, es muy dependiente de este sector.
- El petróleo. También se incluye entre los combustibles fósiles, ya que se encuentra en yacimientos subterráneos. Aparte de su consumo para uso energético se usa como materia prima para la generación de derivados como los plásticos.
- Gas natural. El gas es una mezcla de hidrocarburos que se extrae también de yacimientos subterráneos. Debe ser procesado y tiene multitud de aplicaciones en la generación de energía eléctrica, en la industria, en el transporte y en el uso doméstico.
- Energía nuclear. Esta energía es la que se genera en el proceso de desintegración de los átomos de uranio.
Según el informe de la Agencia Internacional de la Energía de 2018 las tres principales fuentes son el carbón, el petróleo y el gas. El primero sigue descendiendo y ya son varios los países que han fijado un horizonte en el que se desharán completamente del carbón. El petróleo, sin embargo, sigue siendo la fuente de energía más utilizada en el mundo y, por su lado, el gas va ganando también espacio. En el caso de los coches, el Gas Natural Comprimido (GNC) para propulsar vehículos es una tendencia, por ejemplo, en España. Según los datos de la Asociación Ibérica del Gas Natural para la Movilidad (Gasnam), las matriculaciones que usan GNC crecieron un 112% en 2017.
Impactos ambientales de la energía no renovable
El impacto de las energías no renovables en el medio ambiente es elevado y se produce en múltiples maneras.
- La constante producción de residuos y desechos con el consecuente problema de almacenamiento.
- El aumento de la actividad comercial conlleva un incremento en el transporte de mercancías, que —cuando se alimenta de combustibles fósiles— supone un efecto negativo sobre el medio ambiente.
En el caso marítimo, el impacto no viene sólo por la emisión de gases de efecto invernadero si no por la alta probabilidad de dañar el hábitat natural de especies clave en el ecosistema marino.
En cuanto al transporte terrestre, el perjuicio se da sobre todo por la polución que generan los automóviles y camiones al liberar óxido nitroso, pequeñas partículas y otros contaminantes que empeoran la calidad del aire, además de emitir CO2, que contribuye al calentamiento global.
Y a nivel aéreo, según la Organización de Aviación Civil Internacional el transporte en avión contribuye en un 2% a las emisiones de efecto invernadero a nivel mundial, al tiempo que genera contaminación atmosférica.
- Otro de los impactos del uso de energías no renovables es la lluvia ácida, un fenómeno que se forma cuando la humedad del aire se combina con el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por industrias, vehículos y demás centrales productoras de energía. Esto provoca el aumento de la acidez de los ríos, lagos, la composición de los suelos y las aguas subterráneas.
Comparando el impacto de las energías no renovables con las renovables
Pese a la hegemonía de los combustibles fósiles en la actualidad, la inversión y el abaratamiento en los costes de producción e implantación de las energías renovables sigue aumentando, apoyado mediante leyes y regulaciones que las promueven e incentivan su implantación.
Existen distintos tipos de energías renovables. Las más comunes son:
- Energía solar fotovoltaica. Aprovecha la radiación electromagnética del sol y la transforma en electricidad mediante paneles solares.
- Energía hidráulica. Produce energía aprovechando la fuerza de las corrientes y saltos de agua.
- Energía eólica. Obtiene energía mediante la utilización de la energía cinética generada por el viento.
- Otras renovables, menos conocidas, son la solar térmica, la geotérmica, la aerotérmica, la mareomotriz, la de biomasa o la osmótica (se obtiene a partir de la diferencia en la concentración de la sal entre el agua de mar y el agua de río).
Ventajas de las energías renovables
Las ventajas de las energías renovables se suelen resumir en el hecho de que son más respetuosas con el medioambiente debido a su baja emisión de CO2. Pero lo cierto es que, además, son más seguras para nuestra salud, pues en el proceso de desmantelamiento no sería necesario una custodia de los residuos generados. También promueven la autonomía y desarrollo económico de la región que las aplica, al reducirse la dependencia energética del exterior.
Aún así, el uso de energías renovables no está exento de contradicciones. Para empezar, una aclaración: energía renovable no es equivalente a energía limpia. Ambos conceptos suelen ir de la mano pero no son exactamente lo mismo. Una fuente de energía renovable es aquella que es ilimitada, mientras que la energía limpia produce cero emisiones a la atmósfera y no genera residuos. Así, no todas las energías renovables son limpias (es, por ejemplo, el caso de la biomasa, que emite gases cuando se quema), ni todas las limpias son renovables (algunos consideran la energía nuclear como limpia, pues no emite gases contaminantes, aunque sí genera residuos y no es renovable).
Otros impactos generados por energías renovables como la eólica, geotérmica, hidráulica o solar son los impactos visuales y la alteración del terreno que produce su instalación, la gran extensión de terreno que requiere su implantación con la consecuente erosión del mismo, la finitud de los materiales necesarios para su despliegue masivo o el ruido que produce el giro de los rotores.