Vaqueros para siempre, y no para mañana
28/05/2021

En 2018 unos pantalones vaqueros fueron subastados en los Estados Unidos. La pieza en cuestión era de la década de los 90 ¡Pero del siglo XIX!. Con más de 120 años a sus espaldas este modesto atuendo parece que había adquirido un valor enorme. Su estado de conservación era magnífico y se sospecha que si llegó al siglo XXI en estas condiciones se debía al hecho de no haber sido utilizados. Aunque esto es solo una hipótesis. 

Antes de la subasta, la marca que los fabricó y que todavía sigue en el mercado, los quiso adquirir por 5.000 dólares, pero el propietario de los pantalones estaba seguro que conseguiría más. Y así fue. Concretamente los adjudicó por 100.000 dólares. 

Resulta irónico que alguien pague una fortuna por un tipo de prenda que hoy en día está engullida en la vorágine de la fast-fashion. La prestigiosa revista The Atlantic ha publicado un artículo extremadamente crítico sobre esta tendencia en el que aparece un dato que se comenta solo: los norteamericanos compran de media una pieza nueva de ropa cada 5 díasMuchas piezas duran días, a lo sumo semanas. 

Entre 120 años de vida (o más) y algunas semanas tiene que haber un término medio y, afortunadamente, hay iniciativas que nos sitúan en este margen de sensatez. Este es el caso de infinitdenim que tiene en la circularidad el eje vertebrador de su negocio. El objetivo de esta organización catalana es alargar al máximo el ciclo de vida de la ropa, especialmente de los vaqueros por lo que  han diseñado una ruta circular tejana 

Naturalmente su principal materia prima es el denim (vaquero) que procede de donaciones y de productos no comercializables. La composición del hilo con el que confeccionan la ropa procede en un 30% del denim posconsumo, entre un 20 y un 30% de algodón preconsumo reciclado y entre un 40 y 50% de celulosa de bosques cultivados de forma sostenible. Además, realizan la compra de materiales a empresas lo más cercanas posible geográficamente para reducir las emisiones de CO2. Toda la producción de ropa se realiza íntegramente en Cataluña.   

Compra y reflexión

La importancia de este tipo de iniciativas es que situándose en el mercado hacen más por la difusión de la circularidad que 1.000 conferencias sobre el tema. Muchas veces se piensa en captar una idea en abstracto y después materializarla en el ámbito de lo concreto pero ¿y si resulta que la materialización llega primero y luego se forma la idea?  Comprar una pieza de ropa puede satisfacer una necesidad material, pero también provocar la reflexión. Un gran contraste sin duda con la pulsión irreflexiva que mueve la fast-fashion. 

En este momento de hegemonía absoluta de la moda de usar y tirar, no se puede pretender un cambio inmediato del modelo. Millones de personas lo refrendan cada día. Pero quizás también lo hacen porque no conocen alternativas de consumo responsable. A medida que vayan surgiendo las irán usando y valorando. Y van surgiendo. Otro ejemplo, también en Cataluña, lo constituye la compañía Iaios, cuyos jerseyes se elaboran en pequeños talleres de proximidad utilizando como materia prima hilo 100% reciclado en un proceso que además no genera residuos. 

Y una cosa es segura: ninguna de estas prendas de larga duración cuesta 100.000 euros.