Siempre se ha dicho que, si existe un espacio geográfico donde la sostenibilidad se convierte una realidad tangible. Ese espacio son las islas. Cuando se hace esta afirmación no se piensa tanto en islas-continente, como Australia, ni tampoco en las de gran dimensión, como Gran Bretaña, sino en islas más pequeñas donde la cuestión de los límites se hace más presente y donde la necesidad de poder contar con los propios recursos deviene acuciante.
En los últimos años se han multiplicado las iniciativas que parten de esta concienciación y que están incorporando la economía circular como un factor clave del desarrollo de las islas tanto a escala global como regional.
Una de ellas está promovida por Island Innovation, una empresa social especializada en fomentar proyectos de sostenibilidad en las islas y zonas rurales de todo el planeta a través del intercambio de buenas prácticas y proyectos innovadores. Uno de sus grandes objetivos es crear una economía circular para las islas del planeta.
En este esquema una propuesta destacada es el sistema agroalimentario circular que según Island Innovation “representa una gran oportunidad para las islas de todo el mundo”. Su argumento es el siguiente: muchas islas dependen en gran medida del turismo y la agricultura, dos actividades conocidas por producir enormes cantidades de residuos. Con el modelo agroalimentario circular, las islas pueden convertir los residuos de estas dos actividades en recursos orgánicos para la producción de cultivos y fuentes de generación de energía. No se trata de reemplazar modelos existentes, sino de sacarles el máximo provecho con la economía circular.
En América cabe señalar la iniciativa Sustainable Islands Plattform que se fundamenta en tres pilares: la economía azul, la resiliencia climática y la circularidad. Esta iniciativa está promovida por el Banco Interamericano de Desarrollo y su cometido está sintetizado en este video.
De estos tres pilares, la economía circular es el que de momento reúne más proyectos con un total de 12, destinados a fines como la prevención del lanzamiento de residuos al mar, la obtención de energía de las olas para frenar la dependencia del exterior en este ámbito o el desarrollo de una gobernanza que haga posible la gestión sostenible de los recursos a través de la Small Islands Organization (SMILO), entre otros.
Baleares y Canarias mueven ficha
Las islas españolas se han incorporado a esta corriente y están contemplando la circularidad como un componente intrínseco de su desarrollo en los próximos años. Las Baleares han vinculado su plan de reactivación económica a la economía circular. El plan incluye la gestión más sostenible de los residuos turísticos.
Por su parte, el director general de Promoción Económica, Emprendimiento y Economía Social y Circular del Govern Balear , Manel Porras, hizo unas declaraciones en las que apuntó que la economía circular «es menos utopía de lo que puede parecer, ya que la circularidad está cada vez más dentro de las estrategias empresariales» . Baleares está trabajando en estos momentos en su propia estrategia autonómica de circularidad. El objetivo del Govern Balear es hacer de las islas “el primer destino turístico verde de Europa”.
Las Canarias han ido un poco más lejos y ya han aprobado su estrategia de Economía circular para el período 2021-2030. Se trata de un documento muy bien estructurado y detalladísimo. Se articula en torno a 11 objetivos generales, que se concretan en cinco ejes de actuación y 30 líneas, las cuales se deberán ir desplegando en sucesivos planes de acción a lo largo de esta década y que no dejan ningún cabo suelto: materias primas, agua, energía, gestión, gobernanza, producción y consumo.
Emociona leer en este mismo documento una cita del gran artista y defensor de la sostenibilidad avant la lettre César Manrique, fallecido en 1992: “La suma de todos los individuos es lo que realmente producirá resultados. Cuando una amplia mayoría de la población sea consciente de la fragilidad y equilibro del todo, seremos capaces de revertir la destrucción que hemos puesto en marcha.”
Todo apunta a que los territorios insulares están llegando a este nivel de conciencia.