La estimulante sorpresa circular de Taiwán con su ‘5+2’
13/09/2021

Taiwán, la otra China, tiene mucho que decir en economía circular. En la economía circular de Taiwán existen dos aspectos que considerar de entrada: posee una estrategia y política sólida al respecto y en este sentido la presidenta del país, Tsai Ing-wen, ha enviado mensajes muy decididos en el terreno ambiental y especificamente en la defensa  de la economía circular. Por otra parte, Taiwán es proveedor de una enorme cantidad de productos para la industria mundial, desde semiconductores a componentes electrónicos para los vehículos Tesla. Con ello, su apuesta por la circularidad del país tiene implicaciones en la economía global. 

En 2016 The Wall Street Journal describió  a los taiwaneses como «los genios mundiales de los residuos». El país recicla el 60% de sus residuos (en Europa, solo Alemania supera esta cifra), y aunque gestión de residuos y economía circular no son exactamente lo mismo, la presidenta recién elegida aquel año (y revalidada en el cargo en 2020) proclamó que Taiwán entraba en la era de la «economía circular», integrándola en el ambicioso del programa de innovación industrial ‘5+2’ de la nación.  

Este curioso nombre se refiere a los siete sectores que, según el gobierno, deben guiar el futuro desarrollo económico. Estos sectores son: maquinaria inteligente; TIC (Asia Silicon Valley); energía verde; biomedicina; defensa nacional y aeroespacial; nueva agricultura, y economía circular.  

De este nuevo enfoque se espera  que Taiwán avance hacia un nuevo modelo centrado en negocios, servicios y soluciones de alto valor añadido que estimule la innovación, impulse la competitividad y aumente la rentabilidad de las empresas, creando más puestos de trabajo. El paro es actualmente del 3,8%. 

Cabe señalar que, previamente a este impulso, en 2012, se creó en el país la Alianza Estratégica Cradle to Cradle de Taiwán a instancias de EPEA (la fundación impulsada en los años 80 por Michael Braungart, cocreador de C2C) y la Agencia de Protección del Medio Ambiente. El objetivo de la organización es ayudar a sus miembros a entender los conceptos de C2C y guiarlos para que trabajen juntos con el fin de impulsar la aplicación de los planes de C2C en la industria. 

Gran ambición de Taiwan

Otro actor decisivo para la economía circular en Taiwán es la denominada Circular Taiwan Network. Se trata de una organización sin ánimo de lucro que empezó su andadura en 2015 y su misión es facilitar la coordinación entre todos los agentes sociales (gobierno, industrias, universidades, institutos de investigación, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación) para fomentar la transformación de las industrias con el objetivo final de que “la economía circular forme parte de la vida cotidiana en Taiwán y convertir el país en un líder global de este modelo”. 

Uno de los aspectos más interesantes de esta organización es que recopila experiencias y casos de éxito en todos los sectores del país 

Un sector particularmente sensible es el de la agricultura/alimentación. Con sus tierras de cultivo limitadas, Taiwan no puede ser autosuficiente. Al mismo tiempo, el país produce más de medio millón de toneladas al año de desperdicio alimentario. Por tanto, esta se convierte en un área prioritaria de trabajo donde el objetivo es utilizar adecuadamente los excedentes de alimentos y los productos imperfectos. 

En cuanto a la parte de alimentos que no son viables como tales, se trataría de convertirlos en pienso y fertilizantes para devolverlos al sistema como nutrientes, y también en energía. Asimismo, se ha pensado en los subproductos del proceso de producción alimentaria que pueden convertirse en materiales innovadores, ecológicos y de alto valor.  

Con la circularidad, Taiwán espera también cambiar por completo el sistema de agricultura convencional, centrado en la productividad, por un sistema que no sea perjudicial para el medio ambiente y cierre todos los ciclos. 

La inquietud de la República de China (el nombre oficial de Taiwán) en este cambio de paradigma está siendo estudiado como un modelo de referencia. Sin ir más lejos, un estudio reciente Supporting a circular economy: Insights from Taiwan’s plastic waste sector and lessons for developing countries explora cómo el país ha desarrollado con éxito su industria de residuos plásticos como una economía circular industrial en un marco de gobernanza institucional adaptable.