Resiliencia y economía circular
27/10/2021

A priori, la idea de resiliencia parece simple, pero no lo es. Este término ha tenido tanta fortuna que hoy se aplica a campos tan diversos como la psicología, la cultura, el derecho, el urbanismo o la ecología, entre muchos otros.

Pero existen algunos matices según el ámbito. En psicología, la resiliencia es la capacidad de las personas de superar períodos de sufrimiento. En ecología aparece definida como la capacidad de los ecosistemas de aguantar perturbaciones y de regresar al estado previo a estas.

Aquí se perciben algunos matices significativos.  Nunca se suele afirmar que la persona que supera psicológicamente una adversidad vuelva a ser la misma. Probablemente habrá cambiado y no volverá a su estado original. En cuanto a la acepción ecológica del término, quizás debería ser revisada porque nadie puede asegurar que, tras un determinado grado de perturbación, un ecosistema vuelva a funcionar como si nada hubiera ocurrido en todos los casos.

La Fundación Goldschmeding ha publicado el informe Resilience and the Circular Economy Opportunities and Risks en el marco de la Circular Jobs Initiative. En el documento se percibe también las complejidades y paradojas del término resiliencia, usado en ocasiones un tanto a la ligera.

Sus conclusiones constatan que existen multitud de sinergias entre el pensamiento sobre la resiliencia y la economía circular, pero a la vez advierten que no todas las tendencias de la economía circular cumplen siempre con los principios de la resiliencia socioecológica.

El matiz relevante aquí es nítido: implementar la circularidad no garantiza la resiliencia, aunque ambos conceptos parezcan asociados por una relación de causa-efecto universal e inequívoca. Las mismas conclusiones lo ilustran con un ejemplo. Al incrementar la eficiencia en el uso de recursos, la economía circular contribuye a frenar la extracción excesiva de materias primas. En la persecución de este mismo objetivo, las empresas pueden responder flexibilizando la fuerza laboral y aumentando así la vulnerabilidad de los trabajadores.

Importancia de la tesis principal

De todos modos, no hay que perder de vista que la tesis principal del informe es que la mayor parte de las tendencias asociadas a la circularidad sí que resultan en una mayor resiliencia socioecológica: mejoran la disponibilidad de recursos, estimulan la colaboración de todos los agentes del ciclo de vida y disuelven la hiperespecialización propia de la economía lineal.

El informe sostiene que aplicar un enfoque de resiliencia a la hora de impulsar la transición hacia la economía circular puede ayudar a garantizar que este nuevo paradigma económico cree un valor positivo tanto para la sociedad como para el planeta.

Para hacerlo bien a la hora de aplicarlo no basta con hablar de resiliencia (como si tratara de una invocación mágica que lo soluciona todo). El informe propone analizar las interrelaciones entre las características definitorias de la resiliencia y  los conceptos integrados en la economía circular en una matriz.

En función del estudio detallado de estas interrelaciones se podrá ver si se crean oportunidades sustanciales de resiliencia durante la transición a la circularidad o bien si la resiliencia se ve obstaculizada y, por tanto, hay que realizar un mayor esfuerzo para que esto no ocurra.

Por cierto, el informe contiene una definición propia de resiliencia: la capacidad de un sistema –social, natural, geográfico, político, económico o cultural- de recuperarse de un shock, como una crisis económica, una pandemia global o un desastre natural. A continuación, establece las peculiaridades propias de cada ámbito y hay que remarcar que, al referirse a resiliencia ecológica, habla de la capacidad de un ecosistema de resistir un shock y retener su estabilidad original o bien de adaptarse a una nueva estabilidad.