Los puertos reúnen buenas condiciones para promover y facilitar las iniciativas de economía circular debido a la concentración de actividades que se realizan y también porque el rol de las Autoridades Portuarias, al menos en Europa, tiende cada vez más a favorecer el desarrollo de iniciativas de economía circular dentro de sus instalaciones.
La información expuesta en este post está elaborada a partir de las respuestas a un cuestionario enviado a la Autoridad Portuaria de Barcelona sobre cómo el puerto de la capital catalana está posicionándose en relación con la economía circular.
Cabe señalar la importancia de la red LOOP-Ports, cuyo objetivo es promover la circularidad en estas infraestructuras. Cuenta con diversos socios en la Unión Europea, entre ellos algunos españoles. La propia Autoridad Portuaria de Barcelona es uno de ellos y considera esta red como “una buena iniciativa”.
Actualmente distintos puertos están empezando a trabajar en proyectos para garantizar la circularidad, si bien hasta ahora son parciales, centrándose en determinadas cuestiones (sobre todo en el aprovechamiento de residuos). Por tanto, en este momento no existe un puerto que pueda calificarse como “modelo de economía circular”.
Tres líneas de actuación
Es por esto que podemos decir que el puerto de Barcelona se hace circular, en la visión de la Autoridad Portuaria de Barcelona, las principales líneas para conseguir un puerto circular en el corto plazo serían tres.
En primer lugar, la reutilización de materiales o equipos que algunas actividades ya no necesitan y que pueden ser útiles para otros fines. Por ejemplo, en el caso del puerto de la ciudad condal, las cintas transportadoras de la terminal de cemento y clinker fuera de servicio se han destinado a otros usos de las empresas. Por otra parte, el astillero de yates está estudiando la reducción del uso y el aprovechamiento de los plásticos de protección, dentro de un proyecto específico.
La segunda línea sería la simbiosis ambiental, que debe entenderse como una voluntad de acuerdo para compartir recursos entre empresas que están situadas en un mismo ámbito. Un ejemplo es el aprovechamiento de frío de la regasificadora de gas natural para la conservación de alimentos y de productos farmacéuticos. Otro ejemplo sería la generación de calor: cuando una caldera de una empresa produce más calor del que necesita y vende el excedente a una empresa cercana.
La tercera línea es la recuperación de la energía de los residuos. Este es quizás el caso más conocido. Los residuos son un recurso del que se puede obtener energía (incineración) y gases para procesos de gasificación o fermentación. Un ejemplo sería la metanización de los residuos orgánicos de jardinería o de comidas de los cruceros para producir biogás, el cual puede ser usado, como biometano, para propulsión o bien para producir hidrógeno.
Plan de sostenibilidad
Las iniciativas circulares de los puertos se inscriben a menudo en un marco de planificación más amplio. En el caso del Puerto de Barcelona, la entidad posee un Plan de Sostenibilidad Sectorial impulsado en 2015 (que a su vez se inscribe en una política de sostenibilidad iniciada en 1992).
El objetivo que se buscaba con el Plan de Sostenibilidad Sectorial era dar respuesta a las expectativas de los clientes del área de influencia más cercana -el área metropolitana de Barcelona- y de la sociedad en general respecto a esta infraestructura. Este plan entiende el Puerto de Barcelona como el conjunto de 500 empresas, públicas y privadas que operan en él, con un total de 37.000 trabajadores que hacen posible su funcionamiento.
El plan inició el proceso de adhesiones con 45 organizaciones. Actualmente, se continúa trabajando en la economía circular en Barcelona con varios frentes. reúne 89 organizaciones y se sigue trabajando para implicar al máximo número de empresas e instituciones de la comunidad portuaria de Barcelona. Las empresas adheridas al plan llevan a cabo un reporting conjunto, en forma de indicadores, para explicar de qué manera están dando respuesta a las expectativas de los grupos de interés y también para dar a conocer cuáles son las iniciativas y proyectos, encaminados, en general, a que la actividad portuaria sea cada vez más sostenible.
El reto de futuro consiste, por un lado, en seguir incrementando el número de organizaciones implicadas en este tipo de proyectos y, por otro, en conseguir que dichas organizaciones incrementen las acciones aumentando la competitividad de sus clientes y proporcionando servicios logísticos y de transporte eficientes. Y todo ello con criterios de sostenibilidad.
¿Y la desmaterialización?
La autoridad portuaria barcelonesa contempla el hecho de que, en el futuro, la desmaterialización de la economía incidirá claramente en una reducción del transporte y en una menor actividad en los puertos (y en toda la cadena de transporte), pero posiblemente el valor de las mercancías se incrementará. Es decir, habrá menos mercancías, pero serán más valiosas.
En este sentido, el papel real de los puertos es ser una puerta abierta a la importación y exportación de mercancías para beneficiar a las empresas productoras o destinatarias, y hacerlo de la manera más segura, sostenible y eficiente posible. Por tanto, no es tan importante si el tráfico disminuye, sino que el valor de este tráfico sea elevado para las empresas.