Montañas de residuos textiles en el mundo: Allanar la montaña del textil
23/12/2021

Se estima que el mundo genera un total de 92 millones de toneladas de residuos textiles cada año. Esto engloba ropa, sábanas, toallas y cualquier otro material textil. Y se ha calculado que, si el actual ritmo de consumo de ropa y productos textiles se mantiene sin variación, a finales de la década el número podría llegar a 134 millones de toneladas anuales, según datos difundidos por la BBC.

Como es bien sabido, este es el triste resultado del fenómeno conocido como fast fashion o moda rápida que impele a aquellos que la siguen a comprar y desechar compulsivamente ropa ya que se reduce la vida útil de los mismo, generalmente por cambios de modas o falta de calidad. Si esta moda no existiera, continuaríamos teniendo residuos textiles que se depositan en los vertederos, pero no a estos niveles.

Esta tendencia es muy propia de los (mal) llamados países avanzados. Estados Unidos, el paradigma del primer mundo, es donde el fenómeno es más acusado: un americano medio tira 37 kilos de prendas de vestir cada año. El hecho de que hay algo insalubre en estas dinámicas no solo se deduce de su impacto ambiental, sino de la psicología que revelan. Un estudio llevado a cabo en Inglaterra por la Universidad de Manchester descubrió que un 12% de la ropa que está en los armarios de las mujeres está simplemente estacionada ahí sin usarse jamás. Seguro que en los armarios de los hombres no pasan cosas muy distintas.

Tecnologías para la recogida selectiva de residuos textiles

La gestión de residuos en el sector textil se desarrolla a través de distintas metodologías mecánicas o químicas y naturalmente no hay que olvidar, como en otros sectores, la importancia del ecodiseño. Por eso vale mencionar la responsabilidad ampliada del productor. Pero tal como apunta este artículo publicado por el Centro de Innovación Tecnológica de la Universitat Politècnica de Catalunya y firmado por Enric Carrera, director del Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de Terrassa (INTEXTER), existen todavía problemas técnicos importantes para solventar en las metodologías existentes.

La tecnología necesita otro ritmo para gestionar los textiles desechados, pero no se detiene. Véase sino la iniciativa citada por The Guardian en mayo de 2021 sobre unos investigadores australianos que han desarrollado procesos innovadores en el reciclaje de textiles usados, dando respuesta especialmente a la separación de las fibras naturales y artificiales mezcladas en una misma pieza de ropa. Ambos provienen de la industria textil y prevén poner en marcha una planta con la nueva tecnología funcionando a pleno rendimiento a finales de 2022.

La organización Circle Economy, conocida por publicar el seguido informe anual Circularity Gap Report, lanzó en 2014 el Circle Textiles Programme y desde entonces, bajo este paraguas, ha puesto en marcha numerosos proyectos que demuestran las enormes posibilidades de la economía circular en el ámbito textil.

Su lema sirve perfectamente para una reflexión final: preventing and reducing the textiles waste mountain. Y la reflexión es que hay que impedir que el problema siga teniendo la magnitud actual con actitudes adecuadas, independientemente de las metas que la innovación pueda alcanzar.