¿Se puede desmontar un barco por completo manteniendo perfectamente identificadas todas sus piezas? Muchos pensaran que esto es solo posible en el mundo de juegos de Lego, pero la mayor compañía de transporte marítima mundial Maersk lo ha llevado al mundo real ya hace tiempo. Y todo gracias al pasaporte Cradle to Cradle®. Con este método cada tornillo, tuerca y chapa de un barco de 60.000 toneladas de peso se etiqueta de forma precisa, lo que mejora el reciclaje de la práctica totalidad de los componentes y contribuye a una eliminación y segura del resto. Este concepto ya existía previamente en la edificación. En este artículo vamos a hablar sobre la libre circularidad y transporte marítimo sostenible, cómo la crisis de las materias primas ha hecho que se valoren las ventajas de la reutilización de los recursos y materiales.
El pasaporte en cuestión se enmarca en una política ambiental de la empresa que, en lugar de buscar nuevos recursos, está orientada a satisfacer sus necesidades futuras utilizando sus propios productos en un banco de materiales, entre los que se encuentran acero, cobre, plástico, madera, vidrio y distintos minerales.
A su vez, esta política forma parte de la Sustainable Shipping Initiative (SSI), una iniciativa impulsada en 2010 por parte de las grandes empresas de toda la cadena de valor del transporte marítimo para mejorar la sostenibilidad del sector en términos de impacto social, ambiental y económico.
Aunque el pasaporte de estos grandes buques no es una novedad, a veces, resulta poco conocido, incluso por parte de aquellos que están interesados en temas ambientales, y ya no digamos para el gran público. Tampoco son suficientemente divulgados los esfuerzos y compromisos que están realizando los grandes puertos del mundo para mejorar su performance ambiental a través de programas de alcance global como el World Ports Sustainability Program.
Auge de la libre circularidad y el transporte marítimo
Volviendo a los grandes buques de carga, la circularidad tiene más sentido que nunca en este modo de transporte. Por una parte, el papel del tráfico marítimo en el comercio internacional es crucial. El 80% de los productos se desplaza por mares y océanos. Si el volumen total de mercancías transportadas por esta vía fue de algo más de 2.600 millones de toneladas en 1970, en 2019 superó los 11000 millones de Tm. La pandemia de covid-19 ha marcado un paréntesis, pero las perspectivas del comercio internacional son de crecimiento en los próximos años.
Por otra parte, estamos ante un sector que precisa de un gran volumen de materiales y fuentes de energía y que no puede poner en riesgo su continuidad debido a las continuas crisis de suministros que están teniendo lugar. De ahí el interés en recuperar el máximo posible de los viejos barcos para construir los nuevos. De este modo, la sostenibilidad del negocio se alinea perfectamente con la ambiental para un futuro sostenible.
A ello hay que sumar las iniciativas de mejora de la eficiencia energética de los motores y de reducción de emisiones. Estas iniciativas están ejemplificadas por la clase Triple-E, una familia de portacontenedores de Maersk que se han ido incorporando a su flota en la última década.
Existe una tendencia natural a pensar que los grandes cambios deben empezar con modestas transformaciones y que poco a poco estas irán ganando terreno y transformando la realidad. Pero, a veces, la misma realidad nos enseña que lo más efectivo es intervenir primero a gran escala. La incorporación de la libre circularidad y el transporte marítimo sostenible (Maersk) sería uno de esos casos.
Pasar gradualmente de lo pequeño a lo grande es un reto que tiene su interés, sin duda, pero en el proceso siempre planea la duda de hasta dónde se puede llegar. En cambio, si se parte de lo grande sucede lo contrario: desde el momento en que es posible identificar en el sector del transporte marítimo todas las piezas de un barco de enormes dimensiones, ¿qué no se podrá hacer en otros sectores de la industria?. Es entonces cuando la célebre frase quién puede lo más puede lo menos cobra todo su sentido.