Flores lentas
14/06/2022

Slow Flowers es un movimiento que promueve el apoyo y la compra de flores cultivadas localmente en determinadas condiciones. Así como el movimiento Slow Food surgió en su día para preservar los alimentos kilómetro cero y sostenibles, así como la cocina tradicional, Slow Flowers se centra en animar a los consumidores a apoyar a su economía local y a adquirir conscientemente sus flores de forma estacional y ética y de proveedores cercanos.

Slow Flowers es un movimiento activo en Norteamérica, donde se inició, y en los Países Bajos, Alemania, Finlandia, Bélgica, Francia, entre otros. Slow Flowers pretende que las personas vuelvan a apreciar las flores en relación con el acto de cultivarlas, reconociéndolo como una rama la agricultura orientada a la belleza y al bienestar.

Existe un interesante manifiesto, hecho público en 2021, que profundiza en el porqué de esta cuestión y, al leerlo, se hace evidente que lo que ocurrido con las flores puede trasladarse a muchos otros sectores. Básicamente, el manifiesto denuncia que las flores se han convertido en una simple commodity ligada a un proceso de producción masiva que no se preocupa por los costes ambientales y sociales que provoca.

Ciclos naturales y estaciones

El modelo de negocio actual se basa en un elevado volumen de producción a muy bajo coste y un elevado nivel de globalización. Sin ir más lejos en los Estados Unidos el 80% de las flores cortadas son de importación. Los promotores del movimiento sostienen que el impacto ambiental en emisiones y recursos para un producto tan perecedero está muy poco justificado y que tendría más sentido pensar en las flores como un producto local relacionado con sus propios ciclos naturales y las estaciones.

De ahí se deduce que los productores de flores deben ser apoyados frente a las importaciones masivas. Concretamente, se les puede ayudar en el desarrollo de cultivos orgánicos, y a crear sellos de calidad que pongan de manifiesto sus buenas prácticas ante el consumidor.

Este apoyo debería extenderse a toda la cadena de valor en la que intervienen también diseñadores y vendedores. El manifiesto no olvida señalar la importancia de llegar a eliminar los residuos y el uso de productos químicos en el sector.

Es muy difícil que el movimiento Slow Flowers sea el origen de una disrupción en un sector altamente maduro, tecnificado, globalizado y en expansión continua: se espera que su ritmo anual de crecimiento sea del 6% entre 2021 y 2025.

Está claro que el mundo, igual que ocurre en el caso de los alimentos, se ha habituado a tener a disposición de todo y en todo momento. La estacionalidad se ha convertido en un concepto obsoleto. Sin embargo, Slow Flowers, como sucedió con Slow Food, ha llegado para recordar que existe una alternativa a la productividad extrema, la inmediatez, y la oferta infinita.