Tecnología, clima y medio ambiente
09/08/2022

Aunque no se descarta completamente la incidencia de factores naturales en el cambio climático actual, la ciencia apunta sobre todo al origen antropogénico del calentamiento global como el factor causal más importante en relación con este fenómeno. La Revolución Industrial es señalada de forma prácticamente unánime como punto de inflexión en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y se ha visto una correlación ente la generalización en la quema masiva de combustibles fósiles desde el siglo XIX y el incremento de CO2 metano y otros GEI. En este articulo vamos a hablar sobre la relación entre el clima, medio ambiente y la tecnología.

Por tanto, no es atrevido afirmar que, de alguna manera, la tecnología nos ha llevado a la situación en la que nos encontramos, sin que ello niegue por supuesto todos los aspectos positivos que nos ha traído en los dos últimos siglos.

A partir de aquí es legítimo preguntarse si la tecnología será ahora capaz, si no de acabar -porque esto sería imposible- por lo menos de mitigar el problema del cambio climático. Sobre este punto existen discrepancias. Y es normal que sea así porque se trata de una situación muy compleja de la que no existen precedentes.

Hace unos 5 años se publicó un ensayo sobre esta cuestión que causo cierto impacto en medios relacionados con la sostenibilidad. Se trata de Techno-Fix: Why Technology Won’t Save Us or the Environment. El propio título transmite la tesis de la obra. Pero, para detallarla un poco más, se podría decir que los autores sostienen que la ciencia y la tecnología, tal como se practican actualmente, no pueden resolver los numerosos y graves problemas ambientales a los que nos enfrentamos. Por tanto, es necesario un cambio de paradigma para reorientar la ciencia y la tecnología en una dirección más responsable, desde el punto de vista social, y sostenible desde el punto de vista medioambiental.

Las posiciones que defiende este ensayo no son demasiado diferentes de las que en España sostiene Jorge Riechmann, un autor de gran talla intelectual que apela a una reflexión profunda, ética y filosófica, como auténtico motor para un cambio de paradigma.

No es que la tecnología no tenga importancia, pero dado su carácter instrumental, su capacidad de ayudarnos solo puede depender de las ideas que tenga detrás.

Las fuerzas que mueven el mundo, en este caso nos referimos al World Economic Forum, confían profundamente en la tecnología y sus posibilidades. En un texto publicado en su página web se indica que la gestión del carbono puede dividirse en tres categorías principales: medición y notificación de emisiones, reducción y compensación.

Inteligencia artificial de las cosas

Para trabajar en estas categorías, el World Economic Forum propone soluciones procedentes de la inteligencia artificial de las cosas (AIoT) porque implican enfoques integrales que permiten abordar algunos de los desafíos asociados con la gestión del carbono. Hay tres áreas principales en las que centrarse para que esta gestión sea más eficiente, transparente y eficaz.

La integración de AIoT permite la obtención de datos en tiempo real sobre el nivel de actividad a partir de una amplia variedad de sistemas. Esto proporciona a una organización la capacidad de estructurar, recopilar, y transformar eficazmente los datos en informes para un seguimiento y medición precisos, en este caso de las emisiones de GEI, reduciendo los esfuerzos para recopilar datos y mejorando la calidad de estos.

La segunda área que hay que tener en cuenta es la planificación de la reducción de emisiones. Hoy constituye un reto debido principalmente a la falta de medidas precisas para determinar las futuras emisiones derivadas de ciertos procesos. La tecnología AIoT es capaz, a partir de la gestión de datos en tiempo real, de predecir las emisiones de los procesos. Además de optimizar las estrategias de reducción, esta tecnología también reduce los costes de reducción.

Por último, el World Economic Forum señala que, aunque se trata de un último recurso, el mercado de compensación de emisiones de carbono desempeña un papel esencial en la consecución de los objetivos mundiales de emisiones netas cero para países y organizaciones.

El problema es que la verificación de las compensaciones de carbono y la dificultad de su comercialización son un obstáculo para el sector. La tecnología puede apoyar la validación de los REC (Renewable Energy Certificates) en tiempo casi real y ofrecer un mercado de compensación de carbono más asequible y rápido.

El tiempo dará la razón a uno u otro enfoque respecto al papel de la tecnología, aunque hay que recordar la importancia de factores como la incertidumbre del contexto. Nadie puede descartar eventos imprevistos que afecten a la toma de decisiones cambiando las perspectivas de la noche a la mañana. La pandemia ha sido un ejemplo de ello.