La concienciación acerca del cambio climático tiene sus orígenes a finales de los 80, cuando empiezan a hacerse evidentes los primeros síntomas del calentamiento global. A día de hoy, más del 97 por ciento de los científicos especializados en clima confirman el cambio climático como un hecho indiscutible y perfectamente demostrable.
Entender el cambio climático
Cuando hablamos de cambio climático nos referimos a las modificaciones que ha sufrido el clima en nuestro planeta a consecuencia de la intervención humana.
Nuestra atmósfera está compuesta por diversos gases que, en la proporción adecuada, permiten alcanzar temperaturas compatibles con la vida en la Tierra tal como la conocemos hoy. Desde la Revolución Industrial, la emisión de gases de efecto invernadero ha ido modificando la atmósfera, de tal modo que retiene más calor del necesario y, por tanto, aumenta la temperatura del planeta generando lo que conocemos como calentamiento global.
En los últimos 150 años, el calentamiento ha ido acelerándose y cada vez somos más conscientes de él, pero las previsiones arrojan datos preocupantes: en 2030 la temperatura en la Tierra podría alcanzar el umbral de +1,5ºC respecto a la era preindustrial, esto ocurriría diez años antes de lo previsto en las estimaciones de 2018. Antes de 2050, se superaría este umbral, e incluso se llegaría a +2ºC si no se reducen drásticamente las emisiones.
Manifestaciones del cambio climático
En los últimos años, las consecuencias del cambio climático se han hecho cada vez más evidentes y, aunque todavía hay quien lo cuestiona, estamos viviendo alrededor de todo el planeta la evidencia, que se manifiesta de muy diversas formas:
- Derretimiento de los polos y subida del nivel del mar. El aumento de temperatura en la Tierra está provocando el derretimiento de los polos. La principal consecuencia de esto es la subida del nivel del mar, que implica la desaparición de litorales costeros y pequeños estados insulares que serán engullidos por el mar.
- Acidificación de los océanos. Al mismo tiempo, se produce un proceso de acidificación de los océanos, que al absorber un exceso de CO2 perjudican a especies de peces, algas, y otros organismos corren el riesgo de desaparecer.
- Cambios en los ecosistemas y desertificación. La subida de las temperaturas implica un cambio en los ecosistemas que produce desajustes en los ciclos vitales de los seres vivos, enfermedades, migraciones masivas y la desaparición especies.
- Fenómenos meteorológicos extremos. Cada vez son más frecuentes las noticias de huracanes, sequías, inundaciones, incendios, nevadas… de extrema violencia que se desatan a causa del calentamiento global. La consecuencia de estos fenómenos, al margen de los daños materiales, son pérdidas de vidas humanas, pero también conlleva la desaparición de medios de subsistencia.
- Migraciones forzosas. Todo lo anterior repercute en la vida de las personas que sufren el azote de la naturaleza. En muchas ocasiones, las consecuencias de los fenómenos climáticos implican el desplazamiento forzoso de lo que se conoce como “refugiados climáticos”. Se estima que en 2050 mil millones de personas sufrirán esta situación.
¿Estamos a tiempo de mitigar el impacto del cambio climático?
No estamos a tiempo de detener el cambio climático, pero sí de mitigar sus consecuencias. El punto de partida es la reducción de emisiones de gases efecto invernadero para frenar el ritmo al que sube la temperatura en nuestro planeta. Al mismo tiempo, es necesario desarrollar estrategias de adaptación que nos permitan ser menos vulnerables a las manifestaciones del cambio climático y tener una mejor adaptación a las condiciones medioambientales que puedan sucederse.
En todo este proceso, los acuerdos internacionales ocupan un papel fundamental: cabe destacar el papel del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), que evalúa el impacto del ser humano en el clima al mismo tiempo que trata de ofrecer soluciones. Por otro lado, existen acuerdos y tratados como las Conferencias de las Partes (COPs) y el Protocolo de Montreal, que establecen pactos a nivel global y tratan de fijar un marco común de actuación contra el cambio climático.