Biomasa: volver al pasado para encontrar el combustible del futuro
13/01/2023

Como suele ocurrir cuando reflexionamos acerca de sostenibilidad y la economía circular, la biomasa, lejos de ser un invento reciente, nos conecta con nuestra historia y nos permite retomarla para ofrecer soluciones innovadoras que se adapten a nuestras necesidades actuales sin dejar a un lado las de nuestro planeta.

Regreso al pasado

La biomasa es el primer combustible empleado por el hombre y ocupó un lugar privilegiado hasta la llegada de la Revolución Industrial.

Cuando hablamos de biomasa nos referimos a la materia orgánica (de origen animal o vegetal) que permite extraer energía cuando se procesa correctamente. El ejemplo más claro lo encontramos en el fuego, que a partir de ramas y troncos permitió a nuestros antepasados cocinar alimentos, calentarse, hacer cerámica y metales… A medida que las necesidades de consumo de energía fueron aumentando (era necesario lograr la mayor cantidad de energía generada en el menor espacio posible para permitir el desplazamiento de trenes, barcos, maquinaria industrial…), se identificaron combustibles sustitutivos, como el carbón o derivados del petróleo que dominaron el panorama energético.

A día de hoy, volvemos la vista atrás revalorizando el papel de la biomasa, que nos ofrece una fuente de energía renovable y sostenible, que además puede jugar un papel realmente interesante como dinamizador de la economía en zonas rurales.

Un combustible con múltiples orígenes

Para terminar de entender qué es la biomasa, debemos reconocer los diferentes tipos que existen, en función de su origen.

La biomasa, independientemente de su origen, puede ser seca o húmeda. Su aprovechamiento, en función del tipo de materia con que se esté trabajando, será mediante métodos termoquímicos (por combustión, gasificación, pirólisis), o bioquímicos (fermentación alcohólica o metánica).

Ventajas de la biomasa

La biomasa nos ofrece una fuente de energía renovable, económica y mucho menos contaminante que los derivados del petróleo, permitiendo el aprovechamiento de materias primas de origen natural para generar energía térmica, biogás, biocombustibles o electricidad. A continuación, analizamos las ventajas que podemos encontrar en ella:

Sin lugar a dudas, la biomasa se postula como una de las fuentes de energía del futuro. Las inversiones en su perfeccionamiento y desarrollo serán esenciales para lograr que su uso se vaya extendiendo y normalizando, para finalmente desbancar con ella otras fórmulas menos sostenibles y dañinas para el medioambiente.