Agricultura regenerativa, alimentos sostenibles y tierras sanas
11/11/2022

Una de las grandes amenazas que enfrenta la agricultura es el cambio climático. Las inundaciones, incendios y fenómenos meteorológicos cada vez más extremos e inesperados destruyen cultivos en todas las latitudes, pero la agricultura regenerativa ofrece una interesante solución en un panorama hasta ahora poco halagüeño.  

Qué es la agricultura regenerativa 

La agricultura regenerativa es una fórmula que aúna técnicas agrícolas, ganaderas y silvícolas preindustriales con conocimientos científicos innovadores acerca de las necesidades del suelo y de nutrición de los cultivos, para lograr que las explotaciones agrícolas sean sostenibles y puedan contribuir a la regeneración y enriquecimiento de los terrenos. 

La particularidad de la agricultura regenerativa es que parte de un enfoque sostenible, ya que no trata de explotar los terrenos hasta agotarlos, sino que pretende mitigar las consecuencias negativas de la actividad agrícola y garantizar que sean accesibles para las generaciones futuras. En este sentido, es importante destacar que promueve la convivencia de animales, cultivos y vegetación silvestre para mejorar la productividad y sostenibilidad de los cultivos, pero también para salvaguardar la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad. 

Este tipo de agricultura no se ciñe exclusivamente al ámbito de cultivos y explotaciones agrícolas, sino que tiene una concepción más compleja en la que se contempla la restauración de bosques, la reducción de CO2 en la atmósfera para mitigar el efecto invernadero y la mejora de la biodiversidad.  

La máxima que sustenta este modelo de agricultura es la protección del medioambiente y de la salud humana algo que se materializa a través de los siguientes principios:  

Técnicas de agricultura regenerativa 

La agricultura regenerativa es posible gracias a técnicas y procesos muy concretos como la siembra directa, realizada con perforadoras especializadas o sembradoras de discos, que garantiza la menor alteración de los suelos, o el uso de abono orgánico o compost y biocarbón (resultante de la quema de desechos forestales y agrícolas), que contribuyen a mejorar la fertilidad de los terrenos de forma exponencial. A esto se suma la intervención de animales, mediante el pastoreo rotatorio de pastos, que garantiza un abono verde y permite regenerar terrenos, al mismo tiempo que mantiene a raya especies invasivas para los cultivos y beneficia a la alimentación del ganado. 

Por otro lado, se contemplan acciones paralelas como el cultivo de árboles y arbustos perennes para proteger los suelos de la erosión y los cultivos de las lluvias y vientos fuertes. Esto implica un sistema circular en el que los árboles de los pastos ofrecen abono al terreno con su follaje y refugio a los animales, que a su vez aportan abono.  

Impacto en nuestro futuro 

La agricultura regenerativa tiene como objetivo contribuir a un futuro sostenible, algo que será posible gracias a que su actividad impacta en nuestro entorno de muy diferentes maneras.  

A través de la vegetación de los cultivos y bosques sobre los que interviene es posible reducir los niveles de CO2 en la atmósfera, además la creación de granjas regenerativas ofrece una fórmula de captación de carbono del suelo. Ambas acciones ayudan a mitigar el cambio climático.  

Por otro lado, este tipo de agricultura ofrece una mejor productividad, al fomentar la agricultura orgánica, y garantiza un modelo más resiliente ante condiciones climáticas extremas o desfavorables. 

Ofrece también una fórmula de mejora del ciclo del agua. Las fuertes sequías desatan evaporaciones intensivas y, a continuación, surgen lluvias torrenciales o sequías aún más severas. La agricultura regenerativa ofrece una fórmula de retención de la humedad a través de la vegetación perenne, lo que representa el punto de partida para combatir los actuales procesos de sequía. 

Todo ello contribuye a proteger la biodiversidad. Las especies versátiles son beneficiosas no solo para el negocio agrícola, sino también para la sostenibilidad ambiental. 

Este tipo de agricultura se focaliza en explotaciones pequeñas (por debajo de 2 hectáreas), que representan el 84% de las empresas y el 12% del territorio agrícola. Esto significa que el margen de expansión es amplísimo, lo que además conlleva la aparición de un agente económico muy potente en zonas rurales.