Alquilar ropa: el ‘Everything as a Service’ llega al mundo textil
15/09/2021

Los que están familiarizados con el cine norteamericano recordarán una escena recurrente en muchas películas: unos adolescentes acuden a una tienda de ropa para alquilar, por unas horas, un traje perfectamente limpio y planchado que será “estrenado” en la fiesta de final de curso del instituto.  

Esta acción se explica, claro está, por la existencia de un dress code muy marcado en el ámbito de la enseñanza secundaria para este tipo de eventos sociales, pero también, y no menos importante, por qué el uso de ese traje es tan puntual que la compra carece de sentido.  

En los últimos años, la moda juvenil, y no tan juvenil, está dominada por el fenómeno conocido como fast-fashion, que se fundamenta en la compra compulsiva y masiva de piezas textiles, cuyo único valor reside en que se presentan como novedades. El problema de este fenómeno, como ya es bien conocido, es que las empresas de venta deben renovar el stock de las tiendas constantemente. Con ello,  la producción se dispara y, también, la dinámica de usar y tirar, generándose ingentes cantidades de residuos con un  destino lamentable desde el punto de vista ambiental. 

¿Qué diferencia hay entre el uso de un traje durante unas horas y la adquisición de una pieza que va a ser sustituida en una semana por otra nueva? La diferencia está entre el alquiler y la compra, claro está. Pero quizás lo más importante en este caso es la similitud. En ambos casos la pieza tendrá un uso prácticamente efímero. Si se tiene en cuenta que una pieza de ropa, como producto, puede durar años, utilizarla unas horas o unos días a fin de cuentas acaba siendo lo mismo. 

Seguramente, a esta misma conclusión habrán llegado los promotores de un cambio sustancial en el modelo de negocio de alquiler de ropa. En España, ya existen por lo menos 10 plataformas dedicadas a ello, según este artículo del blog Esturirafi, donde se puede ver su perfil con enlaces a cada una de ellas 

Un modelo con futuro

En el artículo se afirma también que esta modalidad “es el futuro” y que grandes marcas como H&M entrarán en este modelo para llegar a nuevos clientes. Un modelo que, si llega a implantarse a gran escala, podría alejar el mundo de la moda de la generación de residuos sin control y acercarlo a la circularidad.  Es una hipótesis, de momento, que solo el tiempo validará. 

Sin embargo existen algunos elementos para creer que, en los próximos años, podría producirse un cambio en esta dirección. En primer lugar, porque el modelo de negocio XaaS (Everything as a Service) se está implementando en todos los sectores de la economía.  

Esta fórmula, propia del mundo digital y basada en suscripciones o en pago por uso, empezó en el ámbito tecnológico con el Software as a Service, pero rápidamente traspasó estas fronteras y se extendió a otros sectores, como el automóvil o el retail,  llegando incluso a subsectores tan específicos como la cosmética. 

En segundo lugar, el modelo XaaS triunfa porque supone un win-win para el cliente y para la empresa, lo cual no significa que automáticamente sea viable como negocio. Pero si las cosas se hacen bien, y se conecta con el mercado adecuado, los beneficios son interesantes. El cliente gana comodidad y la oportunidad de disfrutar de diversos productos controlando el gasto. Incluso existe la opción de tener acceso a productos premium que, en caso de adquirirlos, tendrían un precio muy elevado. Para las empresas, este modelo aporta ingresos recurrentes y la oportunidad de fidelizar más a sus clientes que, incluso, con visitas a la tienda. 

En tercer lugar,  las nuevas generaciones, y al parecer no solo ellas, están tendiendo a valorar  cada vez más las experiencias en detrimento de la posesión de objetos. Este fenómeno está cambiando la economía. Así lo ha analizado la revista especializada Forbes en este artículo 

Esta tendencia abre una gran esperanza para la circularidad pero, quizás también, para una cierta salud mental colectiva que la sociedad de la acumulación en la que vivimos no facilita.