El impacto ambiental negativo de la contaminación por millones de toneladas de basura plástica, especialmente en los océanos del mundo, es ampliamente conocida. Hasta la fecha, los esfuerzos para reducir este tipo de polución se han centrado en buena medida en minimizar los vertidos y desechos de plásticos que llegan al mar de forma directa o indirecta, así como en soluciones de eliminación y limpieza. En este artículo vamos a hablar sobre las posibles alternativas a los polímeros.
Material substitutes to address marine plastic pollution and support a circular economy es el título de un estudio publicado en 2021 por Naciones Unidas que subraya la necesidad de reducir la producción y el uso de polímeros convencionales para pasar a producir polímeros biodegradables. Este documento repasa las opciones que existen para promover sustitutos del plástico junto con los problemas, retos y consideraciones a los que probablemente se enfrenten los responsables políticos que tomen cartas en el asunto, desde la perspectiva del comercio y el desarrollo sostenible.
Material substitutes to address marine plastic pollution and support a circular economy empieza señalando cuales son las opciones para sustituir la producción de plásticos de forma natural. Están, por una parte, los materiales tradicionales que se basan en polímeros naturales de origen vegetal y animal, así como en sustancias minerales no renovables que se encuentran en la naturaleza.
Por otro lado, están los polímeros de base biológica derivados de polímeros naturales, pero que son sometidos amplias transformaciones físicas, químicas y abióticas. Muchos de estos polímeros sólo son compostables en condiciones específicas de compostaje industrial y, por esta razón, no son una solución en lugares donde estas instalaciones son escasas o inexistentes, especialmente en los países en desarrollo.
Materiales tradicionales
Los países en desarrollo, señala el documento, pueden explorar diversos materiales tradicionales que ya gozan de ventajas inherentes a la producción y a la exportación como sustitutos del plástico. Muchas fibras naturales y productos de valor añadido, especialmente el yute, el abacá, el coco, el kenaf y el sisal (conocidas como fibras JACKS por sus iniciales en inglés) son producidos y exportados por varios países en desarrollo y benefician así a sus agricultores.
Material substitutes to address marine plastic pollution and support a circular economy explica que las iniciativas de política comercial, como la reducción de los aranceles y de las barreras no arancelarias para los sustitutos del plástico, como las fibras JACKS antes citadas, podrían incentivar el aumento de su producción y penetración en el mercado.
Los aranceles a la importación de productos con valor añadido suelen ser elevados en muchos grandes países en desarrollo, por lo que su reducción podría fomentar un mayor comercio Sur-Sur de sustitutos del plástico. Estas iniciativas de acceso al mercado podrían llevarse a cabo de forma unilateral, bilateral, regional y plurilateral, así como de forma multilateral en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) mediante iniciativas de liberalización, incluso como parte de un paquete más amplio de liberalización de los bienes medioambientales.
Al mismo tiempo, dado que muchos países en desarrollo son también grandes exportadores de materiales plásticos convencionales, hay que tener en cuenta las repercusiones económicas en estos sectores. Abordar la cuestión de las subvenciones a los combustibles fósiles, que ahora mantienen bajos los precios del plástico, también contribuiría a la adopción de las alternativas.
Finalmente, el documento señala también iniciativas relacionadas con el comercio para la ampliación y difusión de sustitutos de los residuos plásticos. Son las siguientes: revisar y modificar el Sistema Armonizado (SA); llevar a cabo iniciativas comerciales y de inversión relacionadas con la gestión al final de la vida útil; atraer la inversión extranjera en el sector de los sustitutos del plástico, especialmente en los países en desarrollo de la unión europea; y llevar a cabo medidas de cooperación técnica y tecnológica para crear capacidades en el lado de la oferta e introducir marcos normativos adecuados.
Todas estas medidas con condiciones especiales, concluye el documento, son además elementos esenciales para la creación de una economía circular con alternativas a los polímeros.