aluminio reciclado
Las vidas infinitas del aluminio
24/05/24 | Publicado por TheCircularLab

La economía circular le va “como anillo al dedo” al aluminio. El aluminio es un material que se puede reciclar todas las veces que se quiera sin perder sus propiedades. Sin olvidar que cualquier actividad extractiva de materiales tiene dos desventajas: supone un impacto ambiental y puede llegar a su “pico” de existencias. Es decir, se puede acabar agotando.  

El aluminio se extrae, casi en su totalidad, de la bauxita, donde se encuentra mayormente en forma de óxido. Se separa de la bauxita por decantación para obtener una solución cáustica de aluminio que se enfría para recristalizarlo y separar el hidróxido de la sosa.  

Los principales yacimientos de bauxita, que suelen minas ser a cielo abierto, se encuentran en Australia, Brasil, África y el Caribe, aunque os mayores productores son China, India, Rusia y Canadá.  

Ventajas de reciclar aluminio 

El proceso de reciclar aluminio es bastante más barato que el de extraerlo de las minas, lo que supone no solo un menor impacto ambiental, sino también un ahorro considerable. Por ejemplo, el proceso de reciclaje del aluminio ofrece un ahorro el 95% de la energía que es necesaria para la producción con materia prima nueva. 

El aluminio reciclado tiene exactamente las mismas propiedades que el aluminio original y no presenta problemas de transporte por su volumen, ya que las latas se pueden aplastar, reduciendo así la necesidad de espacio para su traslado.   

Otra ventaja, a diferencia de otro tipo de envases, es que una lata está hecha solo de aluminio, incluyendo la tapa, y por tanto no tiene que someterse a un proceso de separación.  

¿Cómo se recicla el aluminio? 

El reciclado del aluminio es un proceso relativamente sencillo que se realiza en las instalaciones de los recicladores de este tipo de material que, básicamente, lo someten a una fundición y nuevo moldeado. Esto permite hacer “nuevo aluminio” partiendo del aluminio recuperado gracias a un proceso de economía circular, y evitando así la extracción de nueva materia prima de la naturaleza. Los pasos son los siguientes: 

  • En las plantas de selección, se separan las latas de aluminio que ya hemos utilizado (y depositado en el contenedor amarillo) el resto de los envases que están hechos con otros materiales (plásticos, acero, madera, etc.). 
  • La bala de aluminio se traslada de la planta de selección a la de reciclaje. 
  • El reciclador somete a las latas a un proceso de corte y limpieza para conseguir pequeños trozos que se juntan en grandes bloques. Con este proceso se reducen las posibilidades de oxidación en el momento de la fundición.  
  • Los bloques se funden en grandes hornos con temperaturas de unos 750 grados centígrados 
  • Tras la fundición, se retiran las impurezas y el hidrógeno disuelto y se desgasifica.  
  • Finalmente, se preparan en lingotes que se moldean según las piezas que se quiera hacer y la utilidad que vayan a tener.  

Gracias a la responsabilidad de los ciudadanos, en España tenemos una importante tasa de reciclaje de envases de aluminio que permite recuperar este material y darle nuevas vidas. En 2023, se reciclaron 243.604 toneladas de envases metálicos de acero y aluminio. 

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