Biodiversidad amenazada
23/08/2022

Hace ahora 30 años, en junio de 1992, tuvo lugar la cumbre de la Tierra, en su nombre oficial: Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo. Esta cumbre no fue una más sino que supuso un cambio radical y marcó el inicio de una lucha contra el calentamiento global y las amenazas a la biodiversidad que hoy sigue más a la orden del día que nunca, con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. También constituyó el arranque de la Agenda 21 que durante muchos años trazaría el marco de actuación de los gobiernos locales en pro de la sostenibilidad.

Quizás no tan publicitado como los dos instrumentos anteriores, fue el Convenio sobre la Diversidad Biológica que también surgió de la cumbre de Río. Este acuerdo internacional entró en vigor el 29 de Diciembre de 1993 y constituye un tratado casi universal, ya que cuenta con más de 196 partes contratantes. La Unión Europea, España y el resto de Estados Miembros son partes del convenio. España firmó el Convenio el 13 de Junio de 1992 y lo ratificó el 21 de diciembre de 1993.

Sus tres objetivos principales son tres actividades humanas: la conservación de la diversidad biológica; el uso sostenible de sus componentes; y el reparto justo y equitativo de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.

Extinciones masivas

Pero, a pesar del Convenio sobre la Diversidad Biológica, existen un millón de especies amenazas, tanto animales y vegetales, de un total estimado de 8 millones, corren el riesgo de extinguirse, muchas de ellas en pocas décadas, según el último informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).

Hoy en día se están perdiendo los habitats ,quedan menos del 13% de los humedales presentes hace unos siglos y los arrecifes de coral vivos se han reducido casi a la mitad en los últimos 150 años, mientras que un tercio de las poblaciones de peces están sobreexplotadas. Aunque el ritmo de la deforestación ha disminuido en todo el mundo desde la década de 1990, sigue siendo elevado, con una deforestación anual estimada en unos 13 millones de hectáreas, que afecta a hábitats animales y vegetales críticos.

La única parte positiva de todo este escenario es que las amenazas a la biodiversidad están perfectamente identificadas. Veamos a continuación cuales son las principales.

En primer lugar cabría citar el hecho de que la biodiversidad se ve amenazada cuando se produce una pérdida o degradación significativa del hábitat. Esto ocurre cuando una zona que antes se utilizaba como hábitat deja de ser lo debido a la deforestación, la minería, la agricultura o las actividades industriales.

Normalmente estas actividades, cuando se realizan sin control y sin medida, suelen eliminar espacios de hábitat cruciales para la fauna y la flora. Pero no es menos cierto que los acontecimientos naturales también pueden causar la degradación y destrucción de los hábitats a través de eventos como huracanes, erupciones volcánicas o incendios forestales.

Otro motivo de la pérdida de biodiversidad es la introducción de especies exóticas invasoras. Estas especies incluyen cualquier planta o animal que no es propio o nativo de un ecosistema o entorno natural. Estas especies tiendan a superar en número a las plantas y animales ya presentes en un hábitat. El problema es que en muchas ocasiones estas especies, a pesar de constituir una amenaza potencial, se encuentran con toda facilidad en el mercado. Así, por ejemplo, el CSIC ha revelado que hasta 30 especies de plantas invasoras se pueden comprar en viveros españoles

Cualquier forma de contaminación también es una amenaza para la biodiversidad, ya sea en el agua, el aire o la tierra. Los productos químicos sintéticos y tóxicos entran sin problemas en los ecosistemas naturales, lo que ha provoca a menudo la extinción de especies animales y vegetales. Incluso las sustancias naturales pueden convertirse en contaminación si son demasiado abundantes en una zona determinada.

Pero volviendo a los contaminantes artificiales, los plásticos han llegado a todos los océanos y se han llegado a detectar a niveles microscópicos en el Monte Everest y hasta en el sistema digestivo humano.

Cambio climático y sobreexplotación

El aumento de las temperaturas globales -o cambio climático- está teniendo efectos significativos sobre la biodiversidad. Las estaciones llegan antes o después de lo previsto, lo que puede dejar a determinado número de especies animales luchando por encontrar recursos para sobrevivir y adaptarse.

Además, el cambio climático ha provocado un aumento del nivel del mar y una disminución de la cantidad de hielo marino, lo que ha afectado tanto a animales marinos como terrestres. A medida que el clima y las temperaturas continúen con la evolución actual, las amenazas a la biodiversidad no harán más que aumentar.

La sobreexplotación de los recursos naturales es otro factor relevante. Actividades como la caza, la pesca, o la extracción de recursos naturales amenazan la biodiversidad. La pérdida de grandes poblaciones de animales o plantas en poco tiempo puede provocar un efecto dominó en el resto de la fauna de una región. Por ejemplo, si un depredador principal es sobreexplotado, no habrá nada que mantenga las poblaciones de sus presas bajo control.

El aumento de población humana

Existen todavía muchas más amenazas a la biodiversidad pero el espacio es limitado. Eso sí no se puede concluir esta entrada en el blog sin hablar de una que es causa de algunos factores comentados anteriormente: el aumento de la población humana.

Hace unos 200 años, vivían en la Tierra menos de mil millones de personas. Ahora hay unos 7.000 millones de habitantes, y para el año 2050 se espera que la población sobrepase los  10.000 millones de personas. A medida que aumente la población humana, aumentará la necesidad de recursos. Y aquí es cuando la economía circular tiene la oportunidad de cambiar la evolución negativa de la biodiversidad conteniendo el uso de recursos.

La biodiversidad no es un problema accesorio ni un capricho ecologista. Es un elemento central para nuestra vida en el planeta. Posibilita ecosistemas funcionales que suministran aire y agua limpios, facilitan la polinización de plantas, el control de plagas, el tratamiento de aguas residuales y muchos servicios ecosistémicos. Además, proporciona materias primas para el consumo y la producción. Muchos medios de vida, como los de los agricultores, pescadores y trabajadores de la madera, dependen directamente de la biodiversidad.

La biodiversidad tiene una relevancia inconmensurable en el ámbito científico, en el cultural y en el simbólico y, aparte de todo esto, tiene un valor intrínseco: la vida vale por ella misma sin necesidad de tener que justificarse en un valor ajeno.