Los próximos 5 y 6 de noviembre tendrá lugar la segunda Conferencia Internacional sobre Biodiversidad y Gestión Ambiental BEM 2021. El cometido de este evento es descubrir fórmulas para mitigar los impactos negativos que las actividades antropogénicas están causando en la fauna y la flora del planeta, en especial la amenaza de extinción de numerosas especies.
Esta conferencia no está organizada por Naciones Unidas, sino que responde a una iniciativa surgida en el subcontinente asiático, concretamente por dos instancias académicas, una de Sri Lanka (Universidad de Sri Jayawardenepura) y otra de la India (el Fergusson College asociado a la Universidad de Pune), que han delegado la responsabilidad de la organización del evento a la compañía de Sri Lanka Iconferences, especializada en conferencias internacionales online.
Un primer punto de interés de esta conferencia es que surge del llamado mundo en desarrollo y, particularmente, de dos países con una gran riqueza en biodiversidad. Esto no significa que se trate de una conferencia regional, sino que está abierta a la participación universal. La edición de 2019 atrajo 40 participantes de India, Sri Lanka, Malasia, Indonesia, Perú, pero también del Reino Unido y de Estados Unidos
En esta segunda edición el tema de la conferencia es “Llevando la biodiversidad hacia el mainstream. Sosteniendo a las personas y sus medios de vida”. Este planteamiento parte de la base que la sobreexplotación de los recursos naturales y la acumulación de contaminantes en los sistemas acuáticos y terrestres dañan gravemente muchos ámbitos vitales, como la agricultura, la salud, así como a diversos sectores económicos.
La idea de fondo de los promotores de la conferencia es reunir en una sola plataforma la experiencia de personas procedentes de diversos campos. Esta es la única manera -sostienen- de reunir conocimiento y de una forma útil. Esta experiencia vendrá aportada por la solicitud de papers que finalizó el pasado mes de septiembre.
Haciendo un repaso de los ámbitos temáticos, sorprende su amplitud con la presencia de tecnologías verdes, ecosistemas acuáticos, etnobiología y normativas ambientales, microbiología, polución, y un interesante grupo temático dedicado a las interrelaciones entre el Covid-19 y el medio ambiente.
¿Y la economía circular?
Lo que sorprende es que, en algunos ámbitos que forman parte de este conjunto, como son la economía ambiental y las tecnologías verdes, donde se incluyen disciplinas tan específicas como la contabilidad verde o el vertical farming, no aparezca por ningún lado la economía circular.
Ello no desmerece, naturalmente, el propósito y, sin duda, el valor del BEM 2021, pero provoca una reflexión. ¿Qué podría mejorar en la pedagogía y difusión de la economía circular para que esta no pudiera ser soslayada por nadie? No ocurre así con el cambio climático que tiene de su parte la idea de urgencia de la acción asociada. ¿Pero es este el único problema? Quizás no haya respuestas fáciles a estas preguntas, pero aun así deben ser formuladas.
Cabe recordar que la Fundación Ellen MacArthur acaba de presentar su primer estudio sobre la relación entre circularidad y pérdida de biodiversidad. Es posible que este estudio, dada la influencia de la institución que lo ha generado, inste a la próxima edición del BEM a contemplar esta cuestión.
De momento cabe desearle el mayor éxito al BEM 2021 y habrá que seguir en el futuro sus resultados.