El reciclaje está expuesto a un constante proceso de innovación. Hablamos de procedimientos y tecnologías que deben adaptarse a las necesidades de la industria y el medioambiente como si se tratara de un traje a medida. El proyecto Circular FoodPack , respaldado por la UE, nace con el objetivo de hacer posible la circularidad de envases alimenticios y de higiene personal.
¿Qué reto enfrentan los envases alimenticios?
Hemos convertido el plástico en un elemento imprescindible en nuestra vida. Los productos de consumo más frecuentes como alimentos o elementos para nuestra higiene personal (gel, champú, pasta de dientes…) recurren al plástico para su envasado gracias a las garantías de seguridad e higiene que ofrece, pero después de su uso nos encontramos, con que tan solo en la UE, de los 26 millones de toneladas de residuos de plástico generados al año, menos del 30% se almacena para reciclaje.
El reciclado de este tipo de envases enfrenta un reto y es que, debido a las necesidades de seguridad e higiene que tienen los productos que albergan, en ocasiones es necesaria la utilización de una estructura compleja de plástico en la que pueden llegar a encontrarse hasta 7 finísimas capas con diferentes componentes formando una única película. Y el problema está servido, ¿de qué manera se pueden reciclar esas diferentes capas que de entrada no se pueden separar y clasificar fácilmente?
A esto se suma otro obstáculo, y es que la legislación europea define estrictamente que sólo los envases de productos alimentarios y de higiene personal se pueden reciclar para reutilizarse en contacto directo con los alimentos o con elementos que vamos a aplicar sobre nuestro cuerpo pero, como no existe una separación específica solo para residuos de envases alimentarios y no alimentarios, no es posible cumplir con los propios requisitos de la UE.
¿Qué solución ofrece Circular FoodPack?
El proyecto Circular FoodPack, que se puso en marcha en junio de 2021 y se prolongará hasta noviembre de 2024 contando con unos 5,4 millones de euros de financiación, trata de dar solución a esta problemática y mejorar la eficiencia del reciclado en Europa.
Circular Foodpack pone el foco en el desarrollo de tecnologías que mejoren el proceso de reciclaje de envases alimenticios, para ello se trabajará en varias líneas:
- Clasificación de envases plásticos con el objetivo de separar los alimentarios de los no alimentarios. Para ello recurrirá a un sistema de etiquetas legibles mediante láser que permite clasificar el tipo de envase a través del código asignado.
- Mejora de los procesos de reciclaje. Esto implica el uso de disolventes mecánicos y físicos que permiten reducir suficientemente los contaminantes, el color y el olor. Además, un procedimiento de destintado que puede eliminar todo tipo de tintas y garantiza la desodorización. En última fase el desarrollo de CreaSolv® permitirá la separación en diferentes componentes del material (por ejemplo, cargas, aditivos y polietileno). El resultado final es la obtención de polímeros reciclados de gran pureza, aptos para el envasado de productos que estarán en contacto con nuestro organismo.
- Ecodiseño. El proyecto incluye entre sus objetivos el desarrollo de material de envasado que contenga al menos un 50% de materiales reciclados postconsumo y el diseño de láminas de envasado monomateriales, que cubran la función del actual multicapa y sean fácilmente reciclables.
Toda esta investigación y desarrollo irá seguida de un minucioso análisis que permita medir el impacto social y medioambiental, así como de una evaluación de las necesidades del mercado y de los consumidores para establecer un modelo de negocio competitivo. En última instancia Circular FoodPack identificará los mercados adecuados con el objetivo de introducir en ellos sus innovaciones.