Quien no conozca el papel que está jugando Revolve en la divulgación de la circularidad en Europa y en el mundo debería hacerlo cuanto antes. Revolve es, en primer lugar, una organización sin ánimo de lucro, con sede en Viena, cuyo objetivo es “abogar por una transformación sistémica de una cultura lineal obsesionada con el crecimiento económico en sociedad circular justa e inclusiva”.
Su foco está en influir en las narrativas dominantes y contrarrestarlas con una presentación rigurosa y moderna de la información por diversos canales de comunicación a través del periodismo y la divulgación científica.
En uno de estos canales, su revista, denominada también Revolve, publicó el año pasado una altamente recomendable entrevista con Martin Calisto Friant, experto reconocido en economía circular del Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Utrecht. El material publicado es de aquellos que merecen ser archivados por su valor perenne.
El valor radica en el hecho de que Calisto Friant se ha dedicado a analizar, comparar y diferenciar una gran cantidad de discursos sobre circularidad. Esto le ha permitido establecer una primera sistematización de visiones existentes sobre la materia desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Este experto muestra y demuestra que la economía circular es cualquier cosa menos algo novedoso y señala cuáles son los conceptos que han ido incorporándose a su visión en décadas sucesivas .
Su investigación le hace llegar a la conclusión de que la circularidad hoy parte de dos grandes visiones, dos grandes modelos de negocio. Una de ellas es fundamentalmente de tipo técnico y con un fuerte componente económico y de negocio y otra es más holística, puesto que incluye la justicia social y el apoderamiento político.
Existe aún, según Calisto Friant, otra posible división entre una mirada optimista sobre la economía circular y su capacidad de desacoplar el crecimiento económico de los efectos negativos para el medio ambiente, y una mirada escéptica sobre las posibilidades de que tal desacoplamiento ocurra.
Estas dos divisiones o categorizaciones básicas pueden combinarse dando lugar a: sociedad circular reformista, economía circular tecnocéntrica (optimistas en cuanto al desacoplamiento) y sociedad circular transformativa y economía circular “fortaleza” (escépticas respecto al desacoplamiento).
Pero estas categorías no tienen el mismo peso en la realidad. Es interesante remarcar que, de las 120 definiciones de economía circular estudiadas por Calisto Friant, un 84% corresponden a la categoría “tecnocéntrica”. Esto explicaría la proliferación en los últimos tiempos de las visiones holísticas y más “sociales” que critican, el hecho de que se dé tanta importancia al crecimiento y la competitividad.
Calisto Friant asegura en la entrevista que algunas opiniones públicas dan su apoyo a una visión holística. Concretamente, cita una encuesta reciente llevada a cabo en Francia según la cual el 54% de los ciudadanos serían partidarios de una transición ecológica orientada al decrecimiento y solo el 15% apoyaría una transición “tecno-liberal”.
La pieza publicada en Revolve demuestra, una vez más, que no hay temáticas neutras o asépticas y que cualquier propuesta que implique transformaciones en la economía y la sociedad siempre sufre de un sesgo inevitable, no ya ideológico, sino relacionado con el ciclo de vida y la concepción del mundo.
Tal como señala, Calisto Friant, la diversidad conceptual no es un problema en sí misma, la cuestión está en que un solo discurso sea totalmente hegemónico respecto al resto y ello sea una excusa para que otras alternativas se aparten del debate.