Cada vez son más las empresas que entienden la economía circular como una oportunidad para mejorar su huella ambiental, pero también la competitividad, la eficiencia y la reputación de sus servicios o productos. Ante la necesidad de reducir el impacto en el medio ambiente de las actividades humanas, promover un consumo más responsable y fomentar el reciclaje, son mucha las organizaciones que actúan aplicando protocolos de circularidad en toda su cadena de valor.
Pero no es tan sencillo como parece. Las empresas necesitan nuevos conocimientos y aptitudes para avanzar en la circularidad, adaptar sus capacidades físicas y humanas, y renovar su visión y valores. Es un cambio de paradigma tan profundo que en muchas circunstancias todavía no se dispone de las herramientas para implementarlo.
Qué es el Protocolo de Circularidad para Empresas
Con el fin de transitar hacia una circularidad global, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés) propone su “Protocolo de Circularidad para Empresas” (GCP, por sus siglas en inglés) y su correspondiente “Análisis del impacto sobre el clima, la naturaleza, la equidad y el desempeño empresarial”
El objetivo el GCP es ayudar a las empresas para que aceleren sus procesos de circularidad. Para ello, realiza un análisis de capacidades y posibilidades que las organizaciones tienen para reducir su impacto ambiental y social. El GCP propone un marco integral para que las empresas puedan medir sus impactos, establecer objetivos y presentar regularmente informes sobre su desempeño en circularidad, con el objetivo final de reducir el consumo de materiales y su huella ambiental.
Gracias al análisis de implementación de esta herramienta, el WBCSD ha demostrado que si el GCP se aplica de manera amplia se podría reducir el impacto ambiental y las emisiones de carbono, especialmente en cuatro sectores claves: industria, construcción, transporte y agricultura. El WBCSD ha lanzado el GCP gracias a la colaboración con la Red One Planet y al apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Conclusiones del análisis de impacto
Gracias al análisis de impacto sobre los beneficios que aportaría la implementación del GCP, se pueden conocer algunos objetivos que las empresas podrían alcanzar:
- Consumo de materiales: reducción de entre un 4% y un 5% del actual consumo de 2026 a 2050 (entre 000 y 120.000 millones de toneladas en dicho periodo, que es el consumo global que actualmente se produce en un año).
- Emisiones de C02: la implementación del GCP permitiría reducir a nivel mundial las emisiones de C02 entre el 6% y el 7% durante el periodo 2026-2050, lo que supondría un ahorro de entre 67 y 76 gigatoneladas de C02
- Naturaleza: disminución de la contaminación del aire, concretamente de PM2,5, de entre un 11% y un 12% por año de 2026 a 2050.
- Acelerar la circularidad: en conjunto, se calcula que la implementación del GCP podría duplicar el ritmo actual de avance de la circularidad en las empresas.
Hoja de ruta del GCP
El Protocolo GCP está recién nacido, pero el WBCSD ya tiene definida una hoja de ruta para su progresiva implantación. El primer objetivo es presentar una primera versión ya cerrada del Protocolo en la cumbre de cambio climático COP30 del año 2025 que se celebrará en la ciudad brasileña de Belém. Elegir una cumbre sobre cambio climático para presentar el GCP tiene una clara intencionalidad por relacionar la circularidad empresarial con la lucha contra el calentamiento global.
Esta primera versión que se conocerá a fondo en la COP30 planteará cuatro líneas estratégicas de trabajo:
- Análisis del impacto circular.
- Sistema de rendimiento y rendición de cuentas corporativas para la circularidad.
- Marco político para la circularidad.
- Objetivos basados en la ciencia para la circularidad.
Dado que la visión el GCP abarca toda la cadena de valor de las empresas, la gestión de los residuos, tanto los producidos en la fabricación como los generados tras el final de la vida útil de los productos, el reciclaje tendrá un protagonismo muy especial.
El compromiso de las empresas por reciclar sus residuos ya es patente en el caso de los residuos municipales a través de la Responsabilidad Ampliada el Productor. De hecho, son más de 16.000 empresas las adheridas a Ecoembes para gestionar adecuadamente la recogida selectiva y el reciclaje de los residuos de envases domésticos.
Además, En nuestro país, y tras la publicación del Real decreto 1055/2022, las empresas también adquieren una responsabilidad directa y obligatoria sobre sus residuos de envases comerciales e industriales, lo que vendrá a ampliar la necesidad de contar con un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) para cubrir esta nueva necesidad.
Por ello, Ecoembes ha constituido la Asociación Ecoembes Comerciales, que es la impulsora del nuevo SCRAP para los envases comerciales, de manera que se pueda dar un servicio integral a las empresas.