Comida y arquitectura: una coincidencia sostenible
04/08/2021

La circularidad, sin ninguna denominación, era una realidad cotidiana en el pasado rural, donde cualquier explotación agraria reciclaba y le daba una segunda vida a todo aquello que podía. No existían residuos alimentarios porque los animales los aprovechaban y las cenizas del fuego servían para mejorar la calidad de la tierra para las hortalizas o incluso para elaborar jabón. Es curioso que lo evidente no tuviera nombre y que lo que hoy sí lo tiene (economía circular) no sea todavía evidente para todos.

Se tiende a pensar que para conseguir grandes objetivos –y la circularidad sería uno– hay que trabajar con instrumentos a gran escala. Seguro que hay una parte de verdad en esta convicción, pero no es menos cierto que, a veces, una modesta iniciativa puede ser más tanto o más transformadora.

Este es el caso de Leka, un proyecto, y realidad empresarial, que ha llevado a la restauración un modelo de negocio basado en productos de calidad, de proximidad, de temporada y que respetan el bienestar animal. Todo ello teniendo en cuenta, además, la trazabilidad y la circularidad.

Leka nació en un barrio industrial de Barcelona, Poblenou, a principios de los 80, una zona que hoy es más conocida por su nombre de branding, ‘distrito tecnológico 22@’. Este primer restaurante sigue abierto, pero desde 2019 Leka cuenta con un nuevo local en una ubicación privilegiada: la masía de Can Valldaura. Este edificio, construido en el siglo XIX, está ubicado en el corazón del Parque Natural de Collserola, en el centro del área metropolitana de Barcelona.  En este lugar, Leka ha impulsado un proyecto de restauración basado en la sostenibilidad, la circularidad y la ética.

En cuanto a circularidad, los objetivos son claros: eliminar los residuos en la medida de lo posible y reducir al mínimo el derroche alimentario.

Más que un restaurante

Pero en Can Valldaura hay algo más que un restaurante. La masía también es uno de los edificios donde desarrolla su actividad el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC), un centro educativo y de investigación dedicado al desarrollo de una arquitectura puntera capaz de hacer frente a los desafíos de la construcción de la habitabilidad en el siglo XXI.

El instituto impulsa en Can Valldaura su propio proyecto: Self-Sufficient Labs. Su objetivo es la creación de un centro de investigación del hábitat autosuficiente. Cuenta con laboratorios para la producción de energía, alimentos y objetos, y desarrolla proyectos y programas académicos en asociación con los principales centros de investigación de todo el mundo.

Las filosofías de Leka y del IAAC se han unido en una feliz coincidencia que evoca, por una parte, la comida km 0 y ecológica de nuestros antepasados (sin estos nombres) con el vanguardismo high-tech que se proyecta al futuro, imaginando otros escenarios de vida.

Más allá de la restauración propiamente dicha, algunas iniciativas de Leka apuntan a soluciones que combinan lo funcional con lo poético. Este es el caso de las luces que iluminan su comedor, realizadas con troncos de árbol reales y colgados del techo del revés. Los troncos son el resultado del violento temporal “Gloria” que castigó con fuerza a Cataluña en enero de 2020. Concretamente, fueron encontrados en la playa de la Barceloneta junto a una gran cantidad de residuos vegetales y de todo tipo. De algún modo, se podría afirmar que no solo es posible realizar economía circular contra el cambio climático, sino también con el cambio climático.

Más prosaica, pero no menos interesante, es la iniciativa de Leka a través de la cual los residuos y los descartes alimentarios del restaurante, convenientemente procesados, se han convertido en un snack para mascotas con un alto valor nutritivo. Su nombre en catalán: Circular Gos (perro circular).