Con el foco en la biodiversidad
08/11/2021

La economía circular se ha convertido en una referencia constante en foros empresariales donde se la relaciona con gestión, costes, planificación, etc. Esto es básicamente correcto porque el abandono del modelo económico lineal precisa abordar estas cuestiones. De todos modos, la hegemonía en el discurso de una economía circular “económica”, valga la redundancia, no debe hacer perder de vista que el nuevo paradigma conduce a otros tipos de relaciones y de influencias con otros aspectos en la esfera ambiental. Y uno de ellos es la biodiversidad.  

La propia Fundación Ellen MacArthur subraya esta conexión recordando que más del 90% de la pérdida de biodiversidad se debe a la extracción y procesamiento de recursos naturales. El enfoque de este tema, tal como se establece  en el Convenio de la Diversidad Biológica de 1992 y en los protocolos que se han acordado a lo largo de los últimos años, tienen el valor de la protección y la restauración de los ecosistemas, pero no son suficiente. 

Según la Fundación Ellen MacArthur, la economía circular ofrece el marco adecuado para completar la misión de los tratados internacionales sobre biodiversidad. Esta es la tesis principal del estudio que ha publicado con el nombre de The Nature Imperative- How the circular economy tackles biosiversity loss 

Esto es posible porque la economía circular es capaz de tratar las causas de fondo de la pérdida de biodiversidad. La primera es la polución a partir de residuos no tratados. Si estos cierran el círculo difícilmente podrán dañar los ecosistemas. Lo mismo ocurre al reducirse la demanda de recursos. Un ejemplo de ello es el aumento de la durabilidad de la ropa de algodón o su correcto reaprovechamiento por parte de la industria textil. Esto reduce la necesidad de crecientes extensiones de tierra para cultivar algodón y beneficia a las poblaciones de animales salvajes. En tercer lugar, ciertos tipos de actividad económica, como la agricultura regenerativa, pueden reconstruir la biodiversidad de manera directa y activa. 

Visión optimista

El estudio aporta una visión optimista y señala que cada vez más empresas de distintos sectores están adoptando principios circulares para crear valor, impulsar la innovación y aumentar competitividad. En la moda (uno de los que más impacta en el medio ambiente), se prevé que la reventa tenga un mercado dos veces mayor que la fast fashion (una tendencia crecientemente desacreditada)  para 2030. 

Recuerda también que  los gobiernos de todo el mundo están acelerando el cambio. En este sentido, cita que la economía circular es un pilar clave del Pacto Verde Europeo y que se ha promulgado legislación en el mismo sentido en mercados clave como la propia Unión Europea, China y América latina, con Chile a la cabeza.  

Finalmente, el informe señala que la implementación de un Marco de Biodiversidad Global Post-2020, con la puesta en marcha de planes nacionales de recuperación post-Covid, ofrece una oportunidad para permitir nuevas y mejores formas de crecimiento, así como para sustituir el modelo lineal actual que es -indica- “catastróficamente destructivo para los ecosistemas naturales y la biodiversidad”.