Entre 1845 y 1849 Irlanda vivió la denominada Gran Hambruna, provocada por el tizón tardío, un hongo que destruyó todas las cosechas del alimento fundamental de su población: la patata. La falta de alimento provocó la muerte de un millón de personas y la emigración de otro millón. Este es sólo un ejemplo de cómo a lo largo de la historia las plagas han podido tener un grave impacto sanitario, económico, social o político.
¿Qué es el control biológico de plagas?
El control biológico es el uso de organismos vivos para el control de plagas. Se trata de una técnica ancestral que, a pesar de que en el S. XIX fue reconocida como uno de los métodos de control de la agricultura más relevantes, con el desarrollo de la industria química y los productos fitosanitarios en el S. XX fue cayendo en desuso hasta, aproximadamente, los años 70.
El control biológico es una herramienta fundamental a la hora de mantener la salud y el equilibrio de los ecosistemas, ya que su funcionamiento se basa en la acción benéfica de parásitos, patógenos y depredadores (conocidos como enemigos naturales), sobre plagas y sobre los daños que éstas provocan. Su gran virtud frente a los químicos que intentaron desbancar estas técnicas es que no perjudican (y si lo hacen es de manera residual) a otros insectos cuya actividad es beneficiosa para la agricultura o garantiza la biodiversidad, y no tienen un impacto dañino en el medioambiente como sí ocurre con los insecticidas, funguicidas, herbicidas…
Las técnicas de control biológico se aplican en agricultura o incluso para mantener el equilibrio en ecosistemas tras la aparición de especies invasivas. El gran valor que aportan en que funcionan en base a principios científicos ecológicos y de sostenibilidad, lo que explica que en la actualidad jueguen un papel fundamental en nuestros ecosistemas.
Tipos de control de plagas
El control de plagas requiere la realización de estudios minuciosos acerca de los denominados enemigos naturales o agentes de control biológico para conocer su biología y comportamiento, evaluar riesgos y establecer una estrategia de control que garantice que la especie introducida no se pueda convertir en una nueva plaga. Una vez analizadas todas las variables, se pueden establecer varios mecanismos de control de plagas:
- Control biológico clásico. Introduce en el ecosistema a un enemigo natural de la plaga que no está presente en ese ecosistema. Existen empresas especializadas que se dedican a la liberación e inoculación de agentes controladores.
- Control biológico conservativo. Establece diferentes medidas con el objetivo de que los enemigos naturales de la especie que produce la plaga, que ya están presentes en el ecosistema, puedan desarrollarse correctamente. Curiosamente, esta es la estrategia menos estudiada y la más compleja de aplicar, ya que requiere un profundo conocimiento del funcionamiento del ecosistema.
- Control biológico aumentativo. Multiplica de manera artificial el volumen de enemigos naturales de la plaga, que ya estaban presentes en el ecosistema. Esta técnica puede complementarse con la introducción de insectos estériles.
Es importante tener en cuenta que todo control biológico debe supervisarse de manera que la especie que se ha introducido pueda ser retirada una vez ha cumplido con su función.
Ventajas del control de plagas
Las ventajas más importantes que aporta esta técnica de manejo de plagas son:
- Permite una disminución del uso de productos fitosanitarios. Esto significa por un lado reducir daños en el medioambiente y, por otro, seguir las directrices de la Unión Europea en cuanto al uso sostenible de productos fitosanitarios y la restauración de la naturaleza.
- El control biológico de plagas en la mayor parte de los casos tiene un efecto permanente. Esto contrasta con los resultados del uso de plaguicidas, que en muchos casos dan lugar a recidivas (reaparición de la plaga), aparición de otras plagas a consecuencia de la mortalidad de sus depredadores o al desarrollo de resistencia a los químicos por parte de la especie invasora.
- Aunque las inversiones necesarias para el control biológico de plagas son elevadas, sus resultados a largo plazo lo convierten en el método más rentable.
- En el caso de la agricultura, el control de plagas se asocia a modelos productivos sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Esto de cara a los mercados alude a productos de calidad con una ventaja competitiva.
- El control de plagas requiere profesionales cualificados, y esto inevitablemente redunda en la creación de empleo.
El manejo integrado de plagas (que recoge todas medidas preventivas y correctivas para evitar que las plagas causen problemas significativos), es un elemento fundamental dentro del campo de la bioseguridad, que además se alinea con modelos de agricultura sostenible. Una vez más, devolver la vista al pasado nos da soluciones de futuro que, con el apoyo de la ciencia y la tecnología nos ayudarán a mantenernos en equilibrio con el entorno optimizando el uso de recursos.