Cuatro futuros posibles para la economía circular
18/10/2021

Anticipar el porvenir se ha convertido en una necesidad muy extendida en nuestros días. La visión del futuro, que históricamente había pertenecido al terreno de la irracionalidad, aterrizó en el siglo XX en el campo contrario: el del análisis científico de datos. En el siglo XXI, esta actividad ya no es exclusiva de los servicios de inteligencia y de los estudiosos de la geopolítica, sino que se extiende a los negocios, la sociedad e incluso al mundo de la cultura.  

La prospectiva también es aplicable a la economía circular. Cuando se debate sobre la transición hacia la circularidad se suele hacer como si fuera un proceso con un solo desarrollo posible. Y, si bien es cierto que la circularidad responde a un patrón bien definido, que conocemos sobradamente, esto no significa que pueda derivar hacia un modelo predeterminado. El contexto y sus variables son las que marcarán su evolución. 

La publicación especializada Ecological Economics ha demostrado que esta es una cuestión que merece ser tenida en cuenta y lo ha hecho publicando un estudio realizado por el Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Utrecht, titulado Circular Futures: What Will They Look Like?   (Futuros circulares; ¿qué aspecto tendrán?). 

El estudio parte de la premisa, muy cierta, de que, a pesar de que se habla muchísimo sobre economía circular, la conversación nunca gira en torno a cuáles son las evoluciones posibles. Sus autores se han basado en una metodología en la que consideran las influencias de distintas variables, como el papel de las instituciones, el tipo de desarrollo tecnológico, el modo de gobernanza (centralizada/descentralizada) en esas evoluciones. Y, en función de esas influencias, han establecido cuatro posibles escenarios de futuro. 

Escenario 1. Todo programado

El primer escenario se denomina planned circularity y viene definido por el hecho de que el gobierno pilota la transición hacia la economía circular. Un ejemplo de estas medidas sería la prohibición de la obsolescencia programada o de la fabricación de sustancias peligrosas no recuperables. Este modelo supone un estímulo para el desarrollo tecnológico, aunque no plenamente, sino solo en la medida que permite responder a las obligaciones estatales. 

Escenario 2. Sin planificación

El segundo se denomina bottom-up sufficiency. Se trataría básicamente del escenario opuesto al anterior. Aquí la evolución hacia la circularidad no está planificada de modo centralizado, sino que proviene de un impulso dado por comunidades locales, de manera totalmente descentralizada. La palabra sufficiency revela una transformación político-económica profunda dominada por la suficiencia y no por la superproducción de nuestro modelo actual. En este escenario, la sociedad ha adoptado un modelo de decrecimiento y se orienta a cubrir necesidades básicas. El concepto de consumidor se ha abandonado a favor del de ciudadano. La agricultura juega un papel esencial y las empresas son de pequeño tamaño. La innovación tecnológica no es enorme y está condicionada puramente por las necesidades sociales. Por el momento, este escenario tiene tintes distópicos y poca conexión con la realidad, pero no es descartable. 

Tercer escenario. Con tecnología

El tercer escenario se denomina circular modernism y se basa en un modelo en que la transición hacia la circularidad está guiada por el desarrollo tecnológico y en una centralización de las decisiones por parte del poder. Los líderes de estos poderes están guiados por una gran confianza en las soluciones tecnológicas –especialmente en las proporcionadas por la digitalización- y en la capacidad humana para desacoplar la actividad antropogénica de los impactos en el medio natural. Este escenario, cuyo ámbito natural es la globalización, supone un afianzamiento de los modelos de negocio actuales que experimentan una progresiva adaptación a la circularidad. Este escenario supone una proyección de nuestro esquema de funcionamiento actual hacia un futuro con la única novedad de una economía circular que se afianza.  

Cuarto escenario. Consumo colaborativo

El cuarto y último escenario se denomina Peer to peer circularity. En él las tecnologías también  juegan un papel hegemónico (particularmente la impresión 3D o el blockchain), pero en un contexto de capitalismo matizado por la sharing economy o consumo colaborativo. Los consumidores tienen un gran poder y muchos productos se han transformado en servicios a demanda a través de distintas plataformas digitales. Los individuos o consumidores pueden efectuar transacciones de todo tipo entre ellos (peer to peer) sin necesidad de que una autoridad central la valide. A diferencia del tercer escenario, buena parte de la economía, como la generación de energía o las decisiones de movilidad, están en manos de las personas. Existen suficientes tendencias en el mundo actual para que este escenario tenga muchas posibilidades de materializarse, al menos parcialmente. 

Saber identificar las tendencias persistentes en la sociedad concede ventajas claras como anticipar posibles errores y reducir riesgos. De hecho, el estudio del futuro sirve para tomar decisiones en el presente.