El biodiseño ha evolucionado hasta un punto en el que la imitación de la naturaleza profundiza más allá de aspectos mecánicos o ergonómicos para conectar con aspectos biológicos. Hablamos de un tipo de diseño que no sólo se sirve de estructuras orgánicas, sino que las analiza en profundidad para replicar comportamientos naturales y orgánicos reproduciendo además su eficiencia: producir oxígeno, almacenar y convertir energía, neutralizar sustancias tóxicas, eliminar desechos del forma limpia y eficaz… e, incluso, interviene sobre ella.
Nuevos materiales
El origen de muchos de los materiales que usamos no es sostenible. El plástico procede del petróleo, la piel de explotaciones ganaderas y ambos procesos tienen un grave impacto medioambiental. Pero también lo tienen la producción de aluminio (emisiones de CO2 y de sustancias químicas tóxicas como fluoruro de hidrógeno), la de acero o la de cemento. El biodiseño pone sobre la mesa la realidad de la innovación en materiales, que abre un horizonte infinito, en el que se trabaja mediante diferentes vías:
- Replicar la naturaleza. Es la fórmula más habitual de biodiseño que se limita a replicar procesos, formas o comportamientos observados en la naturaleza. La Nano Dry Tech es un buen ejemplo de esta forma de biodiseño que, tomando como referencia el proceso antiadherente y autolimpiante de ciertas plantas, ha permitido desarrollar un tejido con alta capacidad autolimpiante y repelencia al agua y la suciedad. Otro ejemplo interesante es el Panel de madera con núcleo de nido de abeja. El panal de abejas sirve como referencia para crear unas celdas de papel en el interior de panel, que aumentan su resistencia, ligereza y capacidad de flexión al mismo tiempo. Estas cualidades lo convierten en un elemento estructural ideal (con una capacidad de carga de 1kg por kg de material).
- Diseño apoyado en la naturaleza. En este caso hablamos de recurrir a elementos de la naturaleza como algas, hongos o bacterias para que intervengan en el desarrollo de materiales. Es la base de los materiales biodegradables. Algunos de los desarrollos más interesantes en este campo son los recubrimientos inteligentes, pinturas que mediante procesos como la fotocatálisis son capaces de eliminar compuestos contaminantes y dañinos del aire de una habitación, o Halflife, un prototipo de pantalla para lámpara que combina células ovulares de hámster con ADN modificado de luciérnaga, que le permiten generar una reacción enzimática a partir de la cual se puede obtener luz sin necesidad de alimentación eléctrica.
- Diseñar organismos vivos. Este tercer nivel de biodiseño es lo que conocemos como diseño biológico y resulta un terreno controvertido ya que implica crear organismos vivos mediante ingeniería genética o biología sintética para crear nuevas funciones o características no presentes en la naturaleza. Se trata de una rama científica con aplicación en medicina, y agricultura, pero también utilizada en arquitectura, diseño de producto y moda, en tanto que abre una vía al desarrollo de nuevos materiales con múltiples cualidades y un marcado carácter sostenible. Bolt Threads ha creado Mylo, un material sustitutivo del cuero a partir de células de micelio, con la particularidad de que es flexible y duradero, pero tiene la capacidad de biodegradarse. Otro ejemplo interesante son los bioplásticos de diseño biológico, que se producen utilizando organismos vivos, como bacterias, levaduras o algas, o sus componentes genéticamente modificados para llevar a cabo la síntesis de polímeros.
Un debate ético
Cuando el diseño biológico interviene en la producción de materiales y productos cotidianos nos encontramos con que es necesaria la manipulación de organismos vivos en un laboratorio, y esto inevitablemente suscita un debate ético.
Lógicamente, no nos encontramos ante conflictos tan graves como los que puede plantear el diseño biológico aplicado a la medicina o la agricultura, pero, en cualquier caso, la creación de vida artificial exige una responsabilidad adicional que no puede ser eludida.
En muchos casos, el desarrollo de nuevos materiales mediante biodiseño exigirá la modificación genética de microorganismos y la creación de nuevos materiales biológicos, y siempre debe abordarse garantizando la ausencia de riesgos ecológicos y la sostenibilidad (no tendría sentido el desarrollo de un nuevo material que en su producción requiriese el uso de recursos naturales en grandes cantidades, o los dañase).
Por otro lado, el desarrollo de materiales biológicos innovadores supone una vía de desarrollo económico. Dado que es imprescindible contar con cierto desarrollo tecnológico y económico de base, nos encontramos en un punto de partida desigual: no todos los países tienen la misma capacidad y recursos para investigar, por tanto, existe el riesgo de que esta vía de innovación aumente las desigualdades económicas y sociales.
Por último, es imprescindible que el desarrollo de materiales este respaldado por pruebas que garanticen su seguridad a largo plazo.
No cabe duda de que nos encontramos ante una disciplina poderosa que multiplica exponencialmente las posibilidades de innovación y nos permitirá alcanzar un modelo de consumo más sostenible, pero es imprescindible lograr un compromiso ético e incluso una regulación que garanticen un desarrollo beneficioso para la sociedad y el medio ambiente.