El diseño de envases par alimentos surge de la combinación de varias disciplinas: marketing, diseño de packaging, seguridad alimenticia, sostenibilidad… la clave está en saber combinarlas para obtener envases seguros, de calidad, cómodos de usar y que además sean capaces de transmitir los valores de la marca y el producto.
La importancia de un envase adecuado
El envase es un elemento determinante en la vida útil del alimento. Su principal función es protegerlo de elementos externos como la luz, la humedad, cambios de temperatura, bacterias… Además, el envase ha de ser acorde al estado en que se comercializa el alimento: no utilizaremos el mismo tipo de envase para una legumbre seca que para una legumbre cocida o guisada junto con otros alimentos.
Los riesgos que tratamos de prevenir con los envases son la velocidad de deterioro del alimento; la proliferación de microorganismos; alteraciones en la temperatura (que tanto si aumentan como si descienden pueden acelerar el deterioro del alimento); cambios en la humedad del alimento (tanto si aumenta como si disminuye, se alterará la calidad y se acortará la vida útil del producto), y cualquier efecto que la luz pueda tener sobre él, ya que es responsable de los procesos de oxidación.
El reto del diseño de envases para alimentos
Desde el año 1955, en que se empezó a comercializar el plástico en España hasta hoy, este material se ha convertido en un elemento imprescindible y sector de los envases alimenticios se ha transformado radicalmente. En menos de 70 años hemos pasado de comprar alimentos envueltos en papel encerado a utilizar envases que nos garantizan una seguridad y calidad de mantenimiento sin precedentes.
A la hora de diseñar estos envases las premisas son garantizar la higiene, calidad y seguridad alimentaria del producto:
· Respetar y mantener las características físicas del producto (sólido, líquido, con contenido en gas…) sin perder de vista cómo se consumirá: no basta con hacer llegar el producto al consumidor, pues el envase debe garantizar que el alimento tendrá sus cualidades intactas y buen aspecto en el momento de consumirlo o servirlo.
· Facilitar el correcto envasado en las cadenas de producción teniendo en cuenta los procesos que va a experimentar el envase, porque en el llenado va a sufrir presiones internas y externas (propias de procesos como el vacío, procesamientos térmicos…).
· Compatibilidad producto-envase. Es esencial realizar pruebas que garanticen que la combinación envase-producto garantice su llegada al consumidor en condiciones óptimas.
· Asegurar la ergonomía, practicidad y facilidad del envase por parte del consumidor sin perder de vista cualidades estéticas, como colores, disposición del logo, tamaño y forma, que pueden determinar que el consumidor se decante por un producto o por otro.
· Proteger el alimento ante todos los procesos de transporte que experimenta.
· Contribuir a hacer una logística más eficiente (que permita más envases por caja, por ejemplo). En ocasiones variando tan sólo unos milímetros el tamaño de un envase se logra que quepan más envases en cada caja, mejorando la eficiencia del transporte, sus costes y sostenibilidad.
· Garantizar que el coste de producción no perjudicará a la competitividad del producto final (en ocasiones planteamientos de diseño muy interesantes pueden suponer un sobrecoste que los hace inviables).
· Vida útil del producto. Es importante que tengamos en cuanta cuánto tiempo debe mantener el producto sus cualidades originales, porque el material que escojamos dependerá en buena parte de este factor.
· Impacto ecológico. Es esencial tener en cuenta cómo el envase impacta en el medioambiente. Para ello el diseñador valora aspectos como los materiales, procesos de fabricación, la vida del envase después del uso (si puede ser reutilizado, reciclado o biodegradable), etc. Hoy en día, la mayor parte de los diseñadores de envases para alimentos trabajan tratando de encontrar el equilibrio entre sostenibilidad, funcionalidad y estética.
En cada producto que observamos en los lineales de los supermercados hay un envase realizado a medida. Cierres adhesivos, combinaciones de papel y plástico, latas, envases de PET… un sinfín de formas, colores y materiales que tienen como objetivo final garantizar una alimentación segura.