Compartir, intercambiar, reutilizar… Todo esto, y mucho más, se puede encuadrar en lo que hoy llamamos economía colaborativa, cuya definición más ortodoxa es “el conjunto de acciones que las personas usuarias de un servicio o producto hacen en red, prestando, compartiendo, comprando, vendiendo o alquilando”. Es decir, compartir bienes, recursos, productos, servicios, ideas, espacios físicos… Además de las ventajas de carácter social y económico, la economía colaborativa también tiene importantes beneficios ambientales, pues reduce el consumo global.
Lo más llamativo de la economía colaborativa es que siempre ha existido, porque el ser humano lleva siglos usando herramientas de intercambio como el trueque o proyectos comunes, como el trabajo comunitario en zonas rurales. Compartir, en realidad, es una cualidad innata al ser humano.
Ahora, las nuevas tecnologías y la digitalización están permitiendo una expansión de la economía colaborativa, especialmente a través de apps especializadas que permiten conectar con un coste muy bajo a miles de personas que comparten un interés común.
Tipos de economía colaborativa
También llamada economía del intercambio compartida, en este modelo convergen varios tipos dependiendo de cuál sea la finalidad. Algunos de los más relevantes son:
- Consumo colaborativo. Basado en el intercambio, el uso compartido o el alquiler colectivo de bienes o servicios. El ejemplo más popular es el método carsharing (coche compartido), tan popular en muchas ciudades de todo el mundo.
- Producción colaborativa. Se realiza cuando diferentes personas interaccionan para poner un proyecto común en marcha, normalmente en un espacio físico compartido. El modelo más habitual es el coworking.
- Finanzas colaborativas. Cuando un grupo de personas se unen para financiar un proyecto aportando pequeñas cantidades económicas. Es conocido también como crowfunding.
- Conocimiento colaborativo. Hace referencia a los espacios donde se difunde el conocimiento de manera libre y gratuita recibiendo aportaciones de diferentes personas y colectivos. Los cursos abiertos online o páginas de internet como Wikipedia son algunos ejemplos.
Dónde funciona mejor
Son muchos los sectores de actividad donde encontramos buenos ejemplos. A los ya mencionados a en los diferentes tipos de economía colaborativa, podemos destacar algunos muy populares que utilizan las nuevas tecnologías para su despliegue, especialmente en los sectores de la compra-venta, la movilidad, el alquiler de inmuebles, el trabajo compartido, la lucha contra el desperdicio alimentario y el intercambio de información.
Indiegogo. Es una plataforma que conecta a quienes ofrecen nuevas e innovadoras tecnologías con usuarios que quieran financiarlos para que se puedan lanzar al mercado. Es un crowdfunding especializado en innovación.
Peerby. Plataforma que conecta personas para que puedan intercambiar (en alquiler o gratuitamente) herramientas y equipos de bricolaje.
Skillsshare. Web para el intercambio de habilidades y conocimientos. A través de ella se puede acceder a una gran oferta de cursos y materiales gratuitos tras pagar una cuota inicial.
Wallapop. Compra-venta de productos entre particulares.
Airbnb: Pone en contacto a propietarios de inmuebles con personas interesadas en alquilarlos.
Waze. Una app donde los usuarios intercambian información actualizada sobre el estado del tráfico en carreteras y ciudades.
Blablacar. Propietarios de vehículos comparten plazas para viajes. Los gastos se reparten entre todos los viajeros.
Ventajas
Toda acción que comporte la reducción del uso de materia y energía es positivo para el medio ambiente, porque reduce la presión de la demanda de nuevos recursos sobre los ecosistemas naturales. La economía colaborativa tiene esta ventaja ambiental y otras como:
- El consumo global se reduce, dado que se reaprovechan bienes y productos, o bien se comparten para su uso común.
- Una alta eficiencia en el trabajo cuando se realiza en red, con la mejora de las relaciones humanas y el intercambio de habilidades.
- Una reducción de precios importante, porque la economía circular promueve el intercambio y la reutilización.
- Se minimiza la huella de ambiental, porque se reduce el consumo de insumos (materia, agua…) y de energía.
- Se crean nuevas relaciones sociales, dado que ya sea físicamente o a través de plataformas digitales, las personas comparten ideas, productos, espacios de trabajo, transporte, planes de ocio, conocimientos…