Es oficial. La creciente sensibilización por la responsabilidad colectiva para con el medio ambiente y el conjunto de la sociedad ya se ha trasladado a los hábitos de consumo de la ciudadanía española. De hecho, según ha revelado un nuevo estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y del NESI Global Forum (Foro de la Nueva Economía e Innovación Social), el 73’5% de los españoles basa sus decisiones de compra y estilo de vida en relación a principios éticos y de sostenibilidad, y el 62% afirma creer en la gran capacidad que tiene su modo de consumo responsable para mejorar el sistema. En concreto, este porcentaje dijo considerar el consumo como una “herramienta muy potente para cambiar el mundo y la economía social”.
“Casi tres cuartas partes de los españoles toman decisiones de consumo por motivos éticos o de sostenibilidad en algún grado, ya sea para evitar ciertos productos y servicios (21.6%), por preferirlos (29.5%) o para ambas opciones (22.4%)”, reza el informe «Otro consumo para un futuro mejor: Nuevas economías al servicio de las personas y el planeta”, que insiste en el hecho de que el consumo no es sólo las cosas que compramos, sino también el estilo de vida que llevamos. Tenemos cada vez mas presentes las cifras del reciclaje, como el informe que publicamos en Ecoembes cada año. Y sabemos cada vez mas las cosas que no son reciclables.
Cuando barajamos las distintas opciones de consumo o decidimos no comprar y, en cambio, reutilizar o adquirir productos hechos a partir de materiales reciclados, reciclables o de segunda mano, cuando optamos por el transporte público o la bicicleta en lugar del vehículo privado a motor, cuando decimos que no a los cubiertos desechables si tenemos la opción de usar metálicos, o pedimos que nos sirvan el café en taza, en lugar de beberlo en vaso de plástico o de cartón, estamos tomando decisiones de consumo responsable que tienen una repercusión (en este caso, positiva) sobre el planeta y las personas que vivimos en él. Es decir que estamos tomando una decisión consciente y responsable.
Muchas personas que, según este informe, ya son mayoría en España, adoptan esta postura de activismo cotidiano para procurar un menor impacto en el resto de especies y de sociedades, y dejar un planeta mejor a las generaciones futuras.
¿Cómo se favorece el consumo responsable a pesar de las dificultades?
Sin embargo, existen barreras, sobre todo, de falta de información, de precio y de accesibilidad, que dificultan la transición a un consumo responsable y sostenible en su totalidad. Una lectura inversa, menos positiva, de este estudio revela que todavía hay un porcentaje significativo de la población, un 26’5%, que no integra la ética y la sostenibilidad en sus decisiones de consumo y producción.
El precio de los productos ecológicos o sostenibles es, en muchos casos, mayor que el de los convencionales, pero un 10% de las personas encuestadas señaló que no le importa asumir ese sobrecoste, mientras que un 36% lo asumiría si la diferencia no fuera muy grande, y un 24% lo haría si la compra fuera de un producto específico o relacionado a un tema que les afecta especialmente.
Consumismo y consumo responsable ¿Incoherencia total?
Vivimos en el mundo que vivimos con sus inconsistencias sociales y medioambientales, y a veces puede parecer complicado no dejarse llevar por la inercia de hiperconsumismo que se respira, sobre todo en épocas determinadas, como las navidades, en los países industrializados, donde la distribución y consumo alcanzan altísimos porcentajes. Sin embargo, afortunadamente a día de hoy hay suficientes alternativas, y toda una serie de nuevas economías (circular, verde, azul, baja en carbono, social y solidaria, feminista, colaborativa, etcétera) que se imponen conjuntamente y poco a poco sobre el modelo económico lineal, aquel que, ya lo sabemos, ha sobreexplotado los recursos energéticos y materiales durante décadas, ha acortado deliberadamente la vida de los productos y, en consecuencia, ha promovido patrones de consumo insostenibles y distorsionado las necesidades reales.
Así, las personas encuestadas por la OCU reconocieron los límites a las decisiones individuales, asumiendo que es una misión difícil lograr una total coherencia con sus ideas. Pero la tendencia de cada vez más gente de adoptar un consumo comprometido (no comprar más de lo que objetivamente se necesita, reciclar, aprovechar lo que se tiene, no desperdiciar las cosas, ser autosuficiente al máximo, adquirir productos y servicios de proximidad, mirar de dónde vienen las cosas, etc.) está generando un cambio en la demanda, lo que lleva a un cambio en la oferta y, potencialmente, a una bajada en los precios de los productos ecológicos o de producción responsable (local, con condiciones dignas para los y las trabajadoras y un reparto justo de las ganancias).
¿Qué decisiones de compra tienen más influencia en los recursos naturales?
Desgranado por sectores, la OCU destaca que “mientras en alimentación, movilidad en el propio municipio, moda u hogar, casi todos los encuestados practican al menos algún hábito sostenible, en otros sectores como movilidad de largo recorrido o finanzas las decisiones de sostenibilidad no tienen tanto calado”.
En la alimentación, predominan las medidas como aplicar estrategias para evitar el desperdicio alimentario, no comprar alimentos sobreenvasados, procesados -que se relacionaba más con la salud que con el medio ambiente- o con un elevado impacto ambiental (como aquellos que contienen aceite de palma, los producidos con transgénicos o el atún rojo), favorecer el bienestar animal y acudir a mercados o tiendas pequeñas del barrio.
Consejos prácticos para un consumo responsable
Queremos hacer hincapié en la responsabilidad individual que tenemos como ciudadanos para llevar una vida sostenible y saludable. Y es que, a veces pensamos que llevar a cabo acciones beneficiosas para nosotros y para el medio ambiente puede ser complicado. O no sabemos por dónde empezar y nos cuesta dar el primer paso.
Por esa razón y para ayudarte, hemos recopilado una serie de consejos e ideas prácticas fáciles de aplicar en tu día a día y que te reportarán beneficios muy satisfactorios.
El coste de tu ropa es más importante de lo que crees
Existe en nuestra sociedad, y en casi todos los ámbitos, la percepción de que “disponemos de todo el tiempo del mundo” y que “podemos abarcar todo sin límites”. Sin embargo, la realidad es que contamos a lo largo de nuestra vida con un tiempo limitado. Por eso, no tiene ningún sentido tener un armario lleno de ropa cuando nos vamos a poner la mitad.
- Llena tu armario con básicos (un vestido negro, una chaqueta vaquera, una de cuero,..etc). Son atemporales y siempre los podrás combinar con distintas prendas y de diferente manera. De esta manera, solo usarás la ropa que tienes, tendrás más espacio en tu armario y no perderás el tiempo pensando en qué te tienes que poner.
- Compra ropa de segunda mano y dona la que ya no uses o véndela a través de plataformas como Wallapop. Un buen baremo de medir puede ser descartar aquella que no te hayas puesto en el último año.
- Deshazte de “tus imposibles” (prendas que conserves con la idea de ponértelas en un futuro cuando estés en tu peso ideal). Mantenerlas cuando no puedes usarlas, además de ocuparte espacio, te generará malestar por “no haber alcanzado aún tu objetivo” de perder peso.
- Decántate por productos artesanales de pequeñas empresas y apuesta por el comercio justo. Compra en boutiques locales. Fomentarás la economía circular, apoyarás el pequeño comercio y vestirás de manera diferente.
- Oponte a la moda producida en cantidades supra industriales. Evita comprar en franquicias o en grandes superficies. Piensa que todo el mundo acaba vistiendo igual y que además, este tipo de marcas no suelen ser responsables con la naturaleza.
- Disminuye tu consumo de ropa: no compres de forma compulsiva. Elige prendas especiales y apuesta por la máxima calidad antes que por la cantidad. En el caso de que te resulte inevitable comprar en franquicias, consume prendas que estén fabricadas con materiales resistentes y que sean perdurables en el tiempo.
- Practica un consumo responsable: elige ropa fabricada con materiales sostenibles y producida éticamente.
¿Son tus alimentos sostenibles?
- La comida juega un papel fundamental en nuestro día a día. Antes de adquirirla, elabórate un plan semanal equilibrado de comidas para controlar lo que comes y el dinero que inviertes en comprar alimentos para optimizar tus recursos
- Compra en fruterías, en mercados locales, en tiendas ecológicas y en espacios que vendan a granel y al peso. Promoverás el comercio local y el consumo responsable con el medio ambiente.
- Reduce tu consumo de plástico y evita los productos envasados.
- Elimina los productos procesados de tu lista y compra productos frescos y de temporada.
Piensa en movilidad sostenible
- En tus viajes fuera de la ciudad, usa siempre que puedas el transporte público (autobuses) o de uso colaborativo. De esta manera, ayudarás a limitar el número de vehículos en las carreteras y contribuirás a la movilidad sostenible.
- Dentro de la ciudad, ve andando o en bicicleta. Y, siempre y cuando no tengas que cargar peso, usa las escaleras normales. Olvídate de las mecánicas y del ascensor. Será bueno para tu organismo y no consumirás energía.
- Opta por practicar el coachsurfing y buscar alojamientos baratos. Beneficiarás a particulares y no a compañías.
Da una segunda vida a los objetos
- Antes de tirar un objeto a la basura pregúntate si puedes arreglarlo, modificarlo para que cumpla otra función o si puedes regalárselo a alguien que lo necesite o a alguna fundación o mercado que esté necesitado de fondos. Y por supuesto, no dejes basura abandonada en la naturaleza.
- Practica el DIY (Do It Yourself o hacerlo tú mismo/a) y customiza tus prendas u objetos. Para conseguirlo, busca materiales cuya aplicación en tus posesiones te pueda resultar sencilla (telas y abalorios en el caso de la ropa, pinturas en el caso de objetos) De esta manera, dejarás tu sello personal y alargarás la vida de tus pertenencias sin necesidad de tirarlas y de comprar otras nuevas.
- Si te llama la atención el mundo de la restauración, ponerla en práctica puede ser una buena opción, y te dará resultados muy interesantes.
Limita tus posesiones y optimiza tu espacio
- El espacio que nos rodea cuando estamos en casa es limitado. Si abarrotamos nuestras paredes, armarios y mesas de cosas nos resultará complicado encontrar lo que estamos buscando.
- Crea un entorno minimalista en el que solo tengas lo necesario. Piensa que aquello que no uses es “basura” que te resta m2, energía y tiempo ordenando cosas.
- No compres productos (de limpieza, cosméticos, etc) hasta que no hayas gastado los que tienes.
Apúntate a los Bancos del Tiempo
Son sistemas gratuitos de intercambios de servicios. Su moneda de valor es el tiempo y son una buena opción para fomentar la economía circular. Si entras a formar parte de uno aprenderás a hacer cosas mientras enseñas a otras personas sobre temas de los que ya tienes un conocimiento extenso.
Limita tu basura
- Separar tus deshechos para reciclarlos está bien, pero es preferible pensar en ellos como elementos que van a gastar una energía en los procesos de reciclaje que igual puede evitarse. Por eso, piénsatelo dos veces antes de comprar comida. Por ejemplo, ten en cuenta el tipo de envasado, en caso de que lo tenga.
- Valora la durabilidad de las cosas. Considera la alargalesciencia. Antes de comprar ropa, elementos decorativos o del hogar pregúntate cuánto tiempo te van a durar y si los vas a querer mantener durante un período muy largo o te vas a cansar enseguida de ellos.
- Opta por lo natural antes que por lo artificial. En lo que respecta a tratamientos de cosmética es posible realizar mascarillas para el pelo o para la cara a partir de productos naturales. Ahorrarás dinero y, al no consumir productos químicos, reducirás la contaminación.
- Alquila en vez de comprar. Los libros, las películas y la música muchas veces son posibles de alquilar en bibliotecas. Si no los vas a consultar o a disfrutar en repetidas ocasiones, es preferible esta opción antes que comprarlos y que a la larga se conviertan en “un trasto más”.
Esperamos que estos consejos te resulten de utilidad en tu vida cotidiana. Si tienes más ideas sobre cómo practicar el consumo responsable, compártelas con nosotros aquí. Estaremos encantados de aprender sobre nuevas formas de sostenibilidad y de optimización de los recursos diarios.