Es conocido en todo el mundo desde hace décadas por sus trabajos de fotografía, siempre en blanco y negro, que capturan la relación del ser humano con los territorios que habita, con sus contradicciones, éxitos y fracasos. Series como “Gold”, “Éxodos”, “Terra” o “Amazonía” nos transportan a realidades humanas que impactan en los ecosistemas y, en ocasiones, los degradan hasta su desaparición, pero también nos conectan con la esencia de la vida en la tierra a través, por ejemplo, de las tribus del Amazonas. El Instituto Terra es su última aventura personal.
Nacido en Brasil en 1944, ya prácticamente jubilado de su actividad profesional como fotógrafo, Salgado decidió hace unos años comenzar un proyecto ambiental que está siendo todo un éxito. Los padres del fotógrafo explotaban una finca agrícola en la localidad de Aimores (región de Minas Gerais, Brasil). Pero con el tiempo la finca quedó abandonada y siguió la misma suerte que el resto de esta región que antaño acogía una masa forestal atlántica de gran biodiversidad. El llamado bosque atlántico brasileño ocupaba prácticamente todo el litoral el país y está considerado uno de los más antiguos del mundo. Sin embargo, la degradación, las sequías, la sobreexplotación ganadera y la minería arrasaron con la riqueza natural de la zona casi en su totalidad.
Restaurar lo perdido
Hace unos 25 años, Salgado y su inseparable mujer y compañera de trabajo, Lélia Wanick, decidieron restaurar a su estadio primigenio la finca familiar, que tiene nada menos que 608 hectáreas. Así, la repoblaron con especies autóctonas recuperando el bosque atlántico.
Fue en 1998 cuando el gobierno brasileño accedió a conceder a este proyecto el título de RPPN (Reserva Privada del Patrimonio Natural). Y fue todo un logro, porque en aquella fecha la finca no tenía ni un solo árbol.
Hoy, están plantados 2,7 millones de árboles, recuperándose en la finca una buena parte de su masa forestal original. Actualmente, ya están restauradas 550 hectáreas, lo que genera empleo local para más de 70 vecinos. La idea del Instituto Terra es restaura un total de 1.500 hectáreas durante los próximos años, anexionando fincas aledañas que también sufrieron una alta degradación.
Esta recuperación de un “pedazo” del bosque atlántico brasileño es todo un logro y un ejemplo que está sirviendo para que se comiencen otros proyectos similares de restauración en otras zonas del país. Por desgracia, tan solo queda vivo en Brasil el 10% del bosque atlántico original que existía antes de la desbordante expansión de la ganadería y la minería.
La replantación se ha ido haciendo en varias fases, como la preparación en laboratorio de las semillas, el crecimiento de los plantones en el vivero, la selección de especies (actualmente se trabaja con unas 100) según se ha ido estudiando su adaptación y la plantación masiva por áreas.
Hoy, el bosque atlántico florece en la antigua finca familiar del fotógrafo Sebastiao Salgado gracias a esta iniciativa que, además, se ha convertido en un centro de estudio e interpretación del bosque atlántico brasileño donde trabajan decenas de voluntarios, Es, además, un proyecto que ha recibido numerosos premios, cuenta con el apoyo de empresas e instituciones, y es hogar de numerosas especies de mamíferos y aves.