Granada y la costa de Almería albergan la nevera de Europa. Los invernaderos ubicados en estas regiones aprovechan el calor y las altas temperaturas para producir frutas y hortalizas frescas que de otro modo sería imposible consumir en todo el continente en los meses de invierno. Aunque la fama de los invernaderos no ha gozado de buena prensa en los últimos años, los avances científicos y tecnológicos demuestran que los invernaderos solares pueden convertirse en la fórmula más sostenible para afrontar los retos del futuro en materia de agricultura.
Qué son los invernaderos solares
Los invernaderos solares son aquellos que recurren a la energía solar directa para generar unas condiciones óptimas de cultivo. Se trata de grandes estructuras cubiertas de plásticos, responsables del paso de la luz del sol y del clima cálido que se genera en su interior, y que permiten el cultivo de especies propias del verano. Hortalizas como el tomate, pimiento, judías o calabacín no serían productos tan habituales en nuestra dieta sin los invernaderos solares.
Beneficios de los invernaderos solares para el medioambiente
Los invernaderos solares se revelan como el sistema más eficaz para alimentar a una población en constante crecimiento y son la solución a la producción sostenible de alimentos. En la actualidad el reto para la agricultura es producir más con menos suelo cultivable, lo que requiere tecnología, intensificación de los cultivos y sostenibilidad. Los invernaderos solares contribuyen a trabajar en las tres direcciones logrando una existencia sostenible:
- Riego. Técnicas como el enarenado, el riego por goteo, la fertirrigación o la recolección del agua de lluvia permiten hacer un uso sostenible del agua, haciendo un consumo siete veces más eficiente que los cultivos al aire libre.
- Energía solar. Además de agua, la necesidad de cualquier cultivo es luz y una temperatura adecuada. Los invernaderos permiten prescindir casi totalmente de cualquier fuente de energía ya que solo con la luz del sol permiten crear las condiciones lumínicas y climáticas idóneas.
- Tecnología. Aunque al pensar en agricultura no nos viene a la cabeza la tecnología, lo cierto es que ya es una herramienta imprescindible que ayuda a producir de manera más eficiente, más respetuosa con el medio ambiente y a precios más competitivos. La industria de los invernaderos lleva asociada una importante labor de I+D+i que tiene como objetivo mejorar la productividad y reducir el impacto medioambiental (mejora de semillas, desarrollo de nuevos sistemas de riego…).
- Contribuyen a reducir el calentamiento global. La cubierta de los invernaderos produce el llamado efecto albedo: sus cubiertas al estar blanqueadas reflejan poca radiación solar, lo que ha contribuido a bajar la temperatura media del entorno 1ºC. Por otro lado los cultivos albergados en estos invernaderos absorben entre 8-10 toneladas de CO2 al año, al mismo tiempo que generan oxígeno.
- Reduccion de residuos. El principal residuo que se genera en los invernaderos solares es el plástico, pero la industria, consciente de la importancia de una buena gestión de sus residuos, reutiliza los plásticos durante su vida útil y posteriormente los recicla. La gestión de los plásticos de difícil reciclado recurre a la economía circular: se destinan a la producción de combustible fósil líquido. En cuanto a la segunda gran partida de residuos, los residuos vegetales, se reutilizan en producción de cosméticos, complementos alimenticios o nuevos alimentos.
- Empleo. los invernaderos solares se han convertido en el gran motor económico de la región y a día de hoy son responsables de casi el 40 % de su PIB.
Pese a que la imagen pública de los invernaderos solares nos conecta con esos mares de plástico visibles desde el espacio y casi nos predispone negativamente hacia ellos, es interesante saber que forman parte indispensable de nuestra alimentación. Al mismo tiempo la manera en que se conciben los invernaderos solares se alinea con varios de los ODS de la ONU (producción agrícola y consumo responsables, acción por el clima..). Sin lugar a dudas podemos reconocer los invernaderos solares como fuente de sostenibilidad y desarrollo tecnológico.