La circularidad en el Planeta está por debajo del 10%
18/06/2021

En 2018, con ocasión del el Foro Mundial Anual de Davos, se publicaba el primer  Circularity Gap Report. Este primer informe estableció que el mundo actual  es menos de un 10 % circular, lo que ofrece un enorme margen (gap) de mejora. De ahí el nombre del documento publicado en el marco de la Platform for Accelerating the Circular Economy, un instrumento estratégico creado por el World Economic Forum y vinculado al World Resources Institute 

Esta cascada de nombres sirve básicamente para entender que el Circularity Gap Report no es un informe más, sino la expresión de la preocupación, y a la vez de la capacidad de iniciativa, del capitalismo global respecto al progreso de la circularidad, que ya ha sido asumida como la vía correcta para abordar el futuro del planeta. 

El Circularity Gap Report  (CGR) ofrece una medición anual de la circularidad global que mide el estado de la economía mundial e identifica las palancas clave para la transición a la circularidad. También proporciona información sobre la brecha de circularidad de los distintos países y sectores. La edición de 2021 lanza algunos mensajes esperanzadores y otros menos, pero el informe no es ni derrotista ni esperanzador, simplemente pone sobre la mesa la realidad que proporcionan los datos. 

Para empezar, señala que la combinación de la economía circular y de las políticas de  mitigación del cambio climático podría situar al mundo muy por debajo de los 2 grados de aumento de temperatura media del planeta respecto a la era preindustrial (cabe recordar en este punto el Acuerdo de París) para 2032.  

Según el CGR, los compromisos actuales, en caso de cumplirse, solo permitirían cubrir el 15% del camino necesario para llegar a ese objetivo y es precisamente  la economía circular la que permitiría aportar el 85% restante. La parte más positiva es que para ello no haría falta llegar a una circularidad total, sino tan solo doblar el nivel de circularidad actual. Algo que no cae, ni mucho menos, en el terreno de la utopía.  

La circularidad global empeora

El problema –y este es otro punto clave del informe– es que la tendencia de la economía del planeta a la circularidad está ahora empeorando ligeramente. El CGR recuerda que, en su primera edición, la circularidad global era del 9,1%, en el informe de 2020 fue del 8,6% y en el de 2021, si bien no se ha dado una cifra por falta de datos, todo apunta a que el porcentaje estaría bajando aun más. Lo que sigue creciendo es el consumo de materias primas. Si esto aumenta y la circularidad disminuye se puede afirmar que las cosas van mal. 

El informe subraya que “la corrección del rumbo requerirá un importante cambio de marcha en el pensamiento sistémico”, Asimismo reclama “mirar más allá del estrecho enfoque energético de la visión actual sobre el clima”  Y defiende que “para  tener un impacto real hay que aplicar estrategias circulares en la intersección entre los materiales y los puntos críticos de emisiones, para retener valor y reducir el consumo excesivo y, de este modo, cortar en gran medida las emisiones de GEI”.  

Los cálculos del CGR apuntan a que la economía circular tiene la capacidad de reducir las emisiones globales de GEI un 39% y el uso de materias primas en un 28%. Además, asegura que con menos insumos de material y menos emisiones, se podría ofrecer el mismo o incluso un mejor resultado para cubrir las necesidades de la humanidad. 

Según el CGR, aunque de manera cruda y por un espacio de tiempo concreto, la pandemia ha mostrado que una disminución de las emisiones es posible y ha hecho avanzar la idea de que los cambio estructurales son necesarios.  

Los ámbitos estudiados en el CGR se corresponden con los que hoy en día generan un mayor impacto ambiental, aunque son ambivalentes en el sentido que también son aquellos que ofrecen mayores posibilidades de avance hacia la circularidad. En este orden son: la construcción, la alimentación, la movilidad, la comunicación (vinculación entre digitalización y reducción del consumo de recursos), los bienes de consumo, y los servicios sanitarios.