Ya sea de sobremesa o portátil, apagado o sólo enchufado, en uso o en desuso, los ordenadores contaminan el medio ambiente. Y no sólo eso, sino que las tareas que realizamos gracias a ellos como mandar un correo electrónico o hacer una búsqueda, también tienen un impacto medioambiental y emiten dióxido de carbono.
Cada hora que tu ordenador se mantiene encendido, emite entre 52 y 234 gramos equivalentes de CO2 considerando una potencia de entre 80 y 360 vatios, según la Comisión Europea. Aunque ésta engloba todo tipo de ordenadores, la Agencia de Medio Ambiente francesa ADEME ha estimado que un ordenador portátil consume entre un 50 y un 80 por ciento menos que uno de mesa.
Ahora bien, de acuerdo con sus cálculos, a la hora de trabajar las emisiones son las mismas, por ejemplo: el envío de 33 correos con un archivo adjunto de 1 mégaoctet a dos destinatarios por día y por persona, genera unas emisiones equivalentes de 180 kg de CO2 al año, lo que equivale a más de 1.000 km de recorrido en coche.
¿Quieres reducir tu huella de carbono en casa o en la oficina? Empieza por usar eficientemente el ordenador. El Departamento de Energía de Estados Unidos te recomienda:
- Apaga el monitor si no vas a trabajar durante veinte minutos, la típica pausa del café a media mañana, por ejemplo.
- Si prevés que la pausa va a ser más larga porque tienes una reunión o una comida, es decir, si vas a estar ausente más de dos horas, apaga el monitor y el disco duro.
- Conecta el monitor, la impresora y el resto de accesorios a una regleta de enchufes y apaga el botón cuando no los vayan a utilizar durante bastante tiempo. Si no usas regleta, directamente desenchúfalo. Si no lo haces, seguirás consumiendo electricidad.
- Evita el stand by. Al año, un ordenador en stand by consume 44 KWh y emite 28,5 Kg, según la Organización de Consumidores y Usarios.
Además, ADEME recomienda adquirir aparatos con la etiqueta europea Ecolabel o el certificado Energy Star de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). La Agencia de Medio Ambiente francesa ha estudiado cuánto CO2 emiten las tareas que hacemos con el ordenador, como el envío y recepción de correos electrónicos o las búsquedas. Al respecto recomienda:
- Conserva sólo los correos necesarios y elimina inmediatamente el correo spam.
- Multiplicar por 10 el número de destinatarios también multiplica por cuatro su impacto climático. Reduce el número de personas a las que envías un mismo correo a las estrictamente necesarios.
- El tiempo de lectura de un mensaje determina cuánto CO2 emite. Envía documentos fáciles y rápidos de leer y optimiza su tamaño.
- Si en vez de usar un motor de búsqueda escribes directamente una dirección, divides entre cuatro las emisiones de gases de efecto invernadero. También si la pinchas desde “favoritos”.
- Si no tienes más remedio que hacer una búsqueda, simplifícala todo lo que puedas y utiliza las palabras claves más precisas.
Siguiendo estos consejos no sólo ahorrarás energía, sino que prolongarás la vida de tu computadora. Alargar la vida útil de tu ordenador puede llegar a evitar la emisión de 2,3 kg equivalentes de CO2 al año, lo mismo que cerca de 500 millones de km. recorridos en coche, en el caso de Francia, según ADEME.
Así evitarás tener que desecharlo antes y a aumentar la cantidad de residuos electrónicos que invaden el planeta. Has de saber que incluso un ordenador que no sirve puede seguir contaminando. Lo explica muy bien la guía de consumo de la campaña de la Comisión Europea “Generation Awake”. Este documento advierte de que grandes cantidades de chatarra electrónica llegan a África o Asia donde los componentes son desmontados a mano. Se quedan con la chatarra y el resto lo queman. Esto libera gases tóxicos que pueden contaminar los alimentos, el suelo y las aguas superficiales.
La guía afirma que la chatarra electrónica aumenta en Europa entre un 3 y un 5% cada año. Por esoEcoembes te recuerda que lleves a reciclar tu ordenador una vez que haya terminado su vida útil. Entre los materiales usados para fabricar ordenadores están el oro y la plata o el aluminio y el acero. Todos se pueden aprovechar para fabricar nuevos productos.