Mapas de contaminación lumínica para entender nuestro impacto sobre el planeta
07/01/2024

Para poder reducir nuestros niveles de contaminación ambiental es esencial entender que este concepto se desglosa en diferentes ámbitos: atmosférica, hídrica, del suelo, acústica, térmica, visual y lumínica. En este caso, ponemos el foco en la lumínica: un tipo de contaminación en el que quizá no reparamos tanto. 

Contaminación lumínica 

Cuando hablamos de contaminación lumínica, nos referimos a una alteración de la oscuridad natural de la noche, que se produce a consecuencia de un uso excesivo de iluminación artificial: luminarias urbanas, carteles publicitarios, escaparates… Dicha iluminación alcanza al entorno próximo (que es el que se trata de iluminar), pero también se difunde hacia el cielo, donde se mezcla con gases y partículas contaminantes presentes en el aire, lo que aumenta su resplandor, generando una alteración del ciclo natural de la noche. 

La consecuencia de dicha alteración tiene graves efectos en la salud de los seres vivos: los seres humanos sufrimos alteraciones en una función biológica tan importante como es el sueño, ya que exponernos a luz intensa durante la noche frena la producción de melatonina en nuestro organismo, y esto afecta a nuestra capacidad de conciliar el sueño, pero también afecta a nuestro reloj biológico y al sistema inmunitario, endocrino y nervioso, a la memoria y el aprendizaje. El resto de seres vivos (especialmente los animales nocturnos), también sufren alteraciones en sus ciclos biológicos, algunas de hecho ponen en riesgo su supervivencia: plantas que ven alterados sus procesos de floración, aves migratorias que pierden el rumbo, tortugas que al salir del cascarón confunden la luz con el brillo del mar, luciérnagas que no logran reproducirse, mosquitos que ven alterados sus comportamientos… 

Aunque la contaminación lumínica es especialmente grave en grandes urbes, a día de hoy, el 80% del planeta la sufre, y una de cada tres personas apenas puede ver estrellas en el cielo. De hecho, según la asociación contra la contaminación lumínica CelFosc, la contaminación lumínica aumenta un 10% anual. 

Mantener la salud de nuestras sociedades y el equilibrio de los ecosistemas requiere respetar los ciclos naturales de luz, lo que convierte la lucha contra la contaminación lumínica en un tema prioritario y, en ese sentido, los mapas de contaminación lumínica son una herramienta esencial. 

Mapas de contaminación lumínica 

Como veíamos anteriormente, la consecuencia de la contaminación lumínica es que aumenta el brillo del cielo debido al proceso de reflexión de la luz, por tanto, contar con una herramienta visual es esencial a la hora de poder evaluar los niveles de contaminación lumínica en cualquier territorio.  

Los mapas de contaminación lumínica son la herramienta que nos permite medir en qué medida la luz artificial incide sobre un determinado territorio. En la actualidad, podemos encontrar: 

La lucha contra la contaminación lumínica 

La contaminación lumínica es un tema prioritario en la lucha contra el cambio climático, porque además del impacto en la salud de los seres vivos, implica un derroche de energía que tiene graves consecuencias para nuestro medio ambiente.  

La Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, exige a las Administraciones públicas que promuevan la prevención y reducción de la contaminación lumínica. Además la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental, exige que los proyectos describan, en su caso, las emisiones lumínicas producidas por la actuación prevista, y a esto se suma el Real Decreto-ley 14/2022 sobre medidas de eficiencia energética, que contempla el apagado del alumbrado de escaparates y edificios públicos desde las 22:00h, lo que muestra una tendencia a intervenir en este problema medioambiental.  

No obstante, son necesarias medidas más específicas que tomen como referencia los mapas de contaminación lumínica, como la adoptada por Cataluña, que en 2018, aprobó el Mapa de protección hacia la contaminación lumínica, que reflejan las cuatro zonas en las que se divide el territorio en función de la vulnerabilidad del medio nocturno en la contaminación lumínica y establece las características de la iluminación que se puede instalar.