El vehículo eléctrico se presenta como una alternativa a los motores de combustión. En los últimos años hemos estamos viendo cómo poco a poco el mercado va introduciendo este tipo de vehículos en muy diferentes formatos, ofreciéndonos alternativas de movilidad que tienen como objetivo final reducir las emisiones de gases a la atmósfera y frenar el cambio climático
La concienciación es el punto de partida
El vehículo eléctrico habla de futuro. En primer lugar, señala la necesidad de reflexionar acerca del impacto de nuestras acciones, ya que parte de la base de que una actividad cotidiana y aparentemente inocua, como desplazarse en coche, tiene un impacto en el medioambiente. En segundo lugar, y partiendo de la premisa anterior, trata de ofrecer una alternativa a las emisiones derivadas del transporte por carretera, que solo en España constituyen el 27 % de las emisiones totales.
La Ley Climática Europea establece como meta para España contar con 5 millones de vehículos eléctricos e híbridos no enchufables en el año 2030 para reducir al menos el 55% las emisiones de gas de efecto invernadero. En el año 2022 se cifraron 78.316 vehículos de estas características según ANFAC, lo que pone de manifiesto el gran reto que tenemos por delante.
Tipos de vehículos eléctricos
El hecho de que las tecnologías en movilidad sostenible estén evolucionando tan rápidamente ha dado lugar a que a día de hoy podamos encontrar en el mercado una amplia gama de vehículos eléctricos que logran cubrir diferentes necesidades:
- Vehículo eléctrico de autonomía extendida (EVER). Se trata de un vehículo en el que el motor eléctrico (o motores, ya que puede haber más de uno) cuenta una pequeña ayuda en forma de motor de combustión. El motivo por el que este tipo de vehículo no se considera híbrido es que el motor de combustión no es capaz de impulsar por sí solo el coche, puesto que su misión es generar energía con la que alimentar la batería cuando esta se encuentre baja de carga o totalmente descargada. Su proceso de carga es mediante conexión a la red.
- Vehículo microhíbrido (MHEV). Es un vehículo con motor de combustión que cuenta con un motor eléctrico de apoyo que lo refuerza en el proceso de aceleración, o suministra electricidad a algunos sistemas del vehículo. Este tipo de vehículo no puede moverse recurriendo exclusivamente a su motor eléctrico.
- Vehículo híbrido (HEV). Es la fórmula de vehículo eléctrico más extendida hasta la fecha. Cuenta con un motor eléctrico cuya función es asistir al de combustión con el objetivo de reducir el consumo de combustible. Aunque pueden funcionar exclusivamente en formato eléctrico, su autonomía es muy limitada debido al reducido tamaño de sus baterías, pero cuenta con la ventaja de que dicha batería se recarga por sí sola en las frenadas.
- Vehículo híbrido enchufable (PHEV). Plantea un modelo de transición en el que conviven motor de combustión y motor eléctrico (o motores, ya que puede haber varios vinculados a las ruedas, los ejes o la caja de cambios). La particularidad de este tipo de vehículos es que todos los motores pueden mover el coche de manera independiente o en conjunto, aunque el formato eléctrico cuenta con poca autonomía. De hecho, el conductor es quien decide el modo de conducción con el que funciona el coche en cada momento. La recarga del motor eléctrico se realiza conectando el vehículo a la red.
- Vehículo eléctrico de batería (BEV). Es la fórmula más habitual de vehículo puramente eléctrico, que funciona exclusivamente con electricidad almacenada en una batería. Este tipo de vehículo requerirá realizar cargas de batería que pueden hacerse en el parking donde se aparca (por ejemplo, por la noche), o en estaciones de carga. La velocidad de carga dependerá de la potencia de los cargadores a los que se conecte. Para mejorar la autonomía, recurren a frenada regenerativa en deceleraciones.
- Vehículo eléctrico con pila de hidrógeno (FCEV). En este caso, la denominada pila de hidrógeno permite generar la electricidad que necesita el vehículo para moverse, mediante un proceso denominado electrolisis. De momento no son vehículos muy habituales porque aún no existe un mercado competitivo de hidrogeneras, y su fabricación conlleva altos costes, pero es un modelo de vehículo eléctrico por el que ya apuestan marcas como Toyota o BMW.
¿Qué otros beneficios nos reporta el vehículo eléctrico?
La tecnología que hace posibles los vehículos eléctricos trata de aportar mejoras a diferentes niveles, de modo que, al margen de la reducción de emisiones, nos encontramos con la reducción del ruido, algo esencial en las ciudades, donde la contaminación acústica constituye un problema de salud ambiental.
Por otro lado, encontramos que contar con un vehículo eléctrico tiene un impacto positivo en la economía de sus propietarios. En primer lugar, encontramos que el consumo de energía que plantean es una tercera parte de los de combustión. Además, existen ventajas fiscales que tratan de incentivar la compra de este tipo de vehículos que aplican a su matriculación, el impuesto de circulación y la declaración de la renta de sus propietarios.
Por último, debemos atender a la comodidad que aporta un vehículo eléctrico: hablamos de conducir sin ruidos, olores o vibraciones, propias del motor de combustión, pero también de un mantenimiento muy sencillo (al prescindir de cambios de aceite, filtros o refrigerante) y de una tasa de averías mecánicas casi nula. Cuando además hablamos de circulación en ciudad, el vehículo eléctrico nos ofrece acceso a zonas reducidas y ventajas de aparcamiento (que en muchos casos es gratuito).