Medir la cantidad y la calidad de la circularidad
21/06/2021

Es frecuente hoy en día citar la frase “Lo que no se mide no se puede mejorar”. La encontraremos en múltiples presentaciones de negocios o de inversiones y en muchos otros ámbitos. Existen ciertas dudas sobre la autoría de este (casi) axioma, aunque la mayor parte de las fuentes lo atribuyen al científico británico  Thomas Kelvin, conocido por haber desarrollado la escala de temperatura que lleva su nombre. Es posible que las palabras no fueran literalmente estas, pero hay constancia de que Thomas Kelvin resaltó durante su vida la importancia de la mejora y el avance a partir de los datos recopilados.  

Todavía hay escépticos sobre este enfoque, pero la realidad los desmiente. Los datos, cifras, e indicadores proporcionan un conocimiento decisivo. Los ejemplos se multiplican hoy en día gracias a la capacidad de medir nunca vista. La Industria 4.0, sin ir más lejos, se basa en la medición constante de los procesos lo que permite saber, no solo lo que ha ocurrido en cualquier pequeño paso de la producción, sino incluso predecir cuando va a fallar un equipo en una fábrica. 

La economía circular no podía quedar al margen de la medición y en los últimos tiempos han surgido diversas  herramientas para cubrir esta necesidad. Una de ellas es Circulytics  (fusión de las palabras circular y analytics).  Ha sido creada por la Fundación Ellen MacArthur para ayudar a las empresas a mejorar su circularidad a través de la evaluación de todas sus operaciones, no solo de los flujos de materiales y de productos.  

Circulytics permite saber si los esfuerzos para avanzar hacia la circularidad dan resultados y otras cuestiones más sofisticadas, como hasta qué punto la circularidad forma parte del núcleo de la estrategia, o si la compañía dispone del equipo de personas adecuadas para avanzar en el cambio de paradigma. 

Incluye un conjunto de indicadores que han sido desarrollados por la fundación conjuntamente con 13 socios estratégicos y han sido probadas en distintas compañías. La Fundación Ellen MacArthur ha recogido las opiniones de un gran número de personas acerca de este instrumento 

Circulytics se centra en dos grandes aspectos. Uno tiene que ver con las entradas y salidas de materiales y energía en todas las operaciones. El otro se centra en cuestiones de planificación, de personal y capacidades, de infraestructuras, y de procesos de innovación.  El resultado obtenido del análisis procederá de sospesar y valorar todos estos factores de manera combinada.  

Dada su naturaleza, este método une la obtención de datos online con las apreciaciones y opiniones de las personas. Por tanto no proporciona los resultados de manera automática sino que precisa de un tiempo de análisis. 

Más allá de los flujos

Existen otros instrumentos de medida/certificación. Cradle to Cradle Certified es uno de ellos y, como su nombre indica, está avalado por los creadores de C2C. Se extiende a diversas categorías incluida la responsabilidad social. Cabe señalar también los Circular Transition Indicators promovidos por el World Business Council for Sustainable Development, y aplicables  a negocios e industrias de todos los sectores y tamaños. La lista podría ampliarse, por supuesto.  

Un comentario general entre los observadores de estos instrumentos es que la simple medición de flujos de materiales no puede ofrecer una comprensión sobre la evolución de la circularidad. Hay que añadir métricas sobre aspectos cualitativos que tienen mucho que ver con la filosofía, la actitud y las decisiones de los miembros de una organización.  

Es muy recomendable leer este artículo de James Woolven editor de la Fundación MacArthur para comprender que los datos y las métricas no son un elemento opcional o complementario, sino clave para cualquier empresario que quiera realmente llevar a cabo la transición a una economía circular. Woolven también insiste en que hay que ir más allá de la simple “recirculación de materiales”.