Los paneles solares son los responsables de absorber la luz solar y transformarla en energía eléctrica en instalaciones fotovoltaicas. Hasta hace algunos años existieron hasta cuatro tipos distintos de paneles solares: monocristalinos, policristalinos, un modelo mixto y, por último, los paneles de tecnología amorfa. Debido a su alta eficiencia, los paneles monocristalinos y policristalinos se han hecho con el mercado.
¿Cómo se fabrican los paneles solares?
Hablamos de dos tipologías de paneles que tienen en común el hecho de que sus células fotovoltaicas están compuestas por silicio, un elemento que se extrae del cuarzo que, afortunadamente, resulta ser uno de los minerales más abundantes en nuestro planeta.
En función del proceso de transformación al que sometamos al silicio obtendremos células monocristalinas o policristalinas. El silicio se funde para obtener unos lingotes, cuando se les da forma cilíndrica hablamos de silicio monocristalino. En este caso, el objetivo es introducir la mayor cantidad posible de silicio en el panel, por lo que cada cilindro es una célula de silicio.
Cuando se utilizan moldes cuadrados, hablamos de silicio policristalino. En este caso, el objetivo es encajar lo mejor posible las células en el interior del panel.
Posteriormente, los lingotes, tanto monocristalinos como policristalinos, se cortan en finas láminas que, a través de diferentes procesos químicos, se convierten en células fotosensibles, que compondrán el panel solar y se conectarán entre sí.
Diferencias entre paneles solares monocristalinos y policristalinos
Aunque parten de la misma materia prima, a continuación, veremos en qué medida el proceso de fabricación va a determinar las diferentes características de cada uno de estos dos tipos de panel solar:
- Fabricación. Precisamente debido a la complejidad del proceso de fabricación de paneles monocristalinos, éste tiene un alto coste energético y es más lento que el de los paneles policristalinos.
- Eficiencia. La eficiencia de los paneles solares alude a su capacidad de convertir la luz solar en electricidad. Como los paneles policristalinos tienen una eficiencia menor, necesitarás más cantidad para alcanzar la misma producción que con menos paneles monocristalinos. En este sentido, los paneles, al estar compuestos por una sola pieza de silicio, son un 2-3% más eficientes que los policristalinos.
- Coeficiente de temperatura. Este factor se refiere a la capacidad que tienen los paneles solares de trabajar a altas temperaturas. Debemos tener en cuenta que son sistemas sometidos al calor directo del sol, por lo que es importante que dicho coeficiente sea lo más bajo posible si queremos garantizar la eficiencia de la instalación. Aunque los avances tecnológicos están logrando reducir los coeficientes en ambos tipos de paneles, los paneles policristalinos suelen presentar coeficientes de temperatura más altos que los monocristalinos (cuando se calientan pierden productividad).
- Coste. Dado que el proceso de fabricación de los paneles monocristalinos es más complejo, lento, y utiliza una mayor cantidad de silicio, el precio de los paneles compuestos por este tipo de celdas es más elevado que el de los paneles policristalinos.
- Durabilidad. Cuando hablamos de la vida útil de los paneles no encontramos diferencias entre uno y otro, ya que, normalmente, los fabricantes garantizan un óptimo rendimiento durante un periodo de más de 25 años.
- Condiciones climáticas. Dado que los paneles monocristalinos ofrecen coeficientes de temperatura más bajos son una opción más recomendable en climas más calurosos, que normalmente perjudicarán a los paneles policristalinos. Por otro lado, si atendemos a las condiciones de luz, recurriríamos a paneles monocristalinos en lugares en los que ésta escasee, ya que aún en estas condiciones ofrecen un buen rendimiento.
- Aspecto. A simple vista, es fácil diferenciarlos. Los paneles monocristalinos están compuestos de una sola célula y un solo cristal de silicio, lo que hace que tengan un color más oscuro que los policristalinos, que presentan un tono azulado.
Energía solar fotovoltaica: un modelo en auge
La energía solar fotovoltaica se desvela como una tecnología de gran valor cuando los objetivos son la eficiencia energética, el ahorro y reducir la dependencia de combustibles fósiles. La elección del tipo de panel dependerá de las necesidades específicas de cada caso particular.
Tan sólo en el primer trimestre de 2022, la instalación de paneles solares para autoconsumo creció en torno a un 30%. En una geografía privilegiada por sus más de 3.000 horas de luz solar al año, el parque de energía solar fotovoltaica ha logrado triplicarse en tan solo cinco años.
Actualmente, en nuestro país la energía solar fotovoltaica es responsable de 13,3% de la electricidad generada y cabe esperar que, gracias a las subvenciones y al apoyo institucional (tanto nacional como europeo), los paneles monocristalinos y policristalinos pasen a convertirse en un elemento cotidiano tanto en domicilios particulares como en empresas e instituciones con el objetivo de promover el autoconsumo.