La métrica IOD refuerza la vigencia del Protocolo de Montreal
29/11/2022

El Protocolo de Montreal está considerado como un caso de éxito a muchos niveles: el consenso internacional, la reacción responsable de los países y su capacidad para poner freno a la mitigación de la capa de ozono dejan constancia de ello. A día de hoy, la ciencia vuelve a reforzar la vigencia de este protocolo a través del IOD o métrica Integrada del Agotamiento del Ozono, un sistema de medición que permite conocer en profundidad los efectos de productos químicos sobre la capa de ozono, así como su deterioro y reconstrucción.

Qué nos dice el protocolo

El 1 de enero de 1989 entró en vigor el Protocolo de Montreal, un tratado mediante el cual se trataba de proteger la capa de ozono (responsable de proteger la Tierra de las radiaciones ultravioleta del sol), controlando la producción y el consumo de las sustancias (gases CFC, halones, HFC… hasta casi completar un centenar) que están causando su deterioro, estableciendo incluso un calendario para su eliminación gradual.

El caso del Protocolo de Montreal ha sido calificado como el acuerdo internacional más exitoso de la historia, ya que además de que los objetivos se han ido cumpliendo, incluso antes de las fechas establecidas, sus puntos de vista han contado con el respaldo de buena parte de la comunidad internacional hasta el punto de lograr la ratificación universal. Desde el punto de vista medioambiental, que era el objetivo principal de este tratado, el Protocolo ha logrado reducir la radiación ultravioleta del sol sobre a la Tierra, protegiendo la salud humana y los ecosistemas

Gracias al Protocolo de Montreal se ha observado que el ozono está recuperándose en algunas zonas de la atmósfera, pero desafortunadamente existen infracciones que perpetran el uso de sustancias nocivas, lo que hace que su eficacia se vea mermada.

A esto se suma el hecho de que surgen sustancias nuevas, ya sea para sustituir a las eliminadas, o para cubrir otros objetivos, lo que exige una constante monitorización y actualización de las sustancias recogidas por el Protocolo. Teniendo en cuenta todo lo anterior, la gran asignatura pendiente es el control de todas esas amenazas, de tal modo que sea posible actuar con rapidez ante la detección de cualquier sustancia que pueda suponer un riesgo para la capa de ozono.

La métrica del agotamiento integrado del ozono

El Centro Nacional de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Cambridge en colaboración con el Centro Nacional de Observación de la Tierra de la Universidad de Leeds ha desarrollado una metodología innovadora para la medición de la capa de ozono: el IOD.

El IOD ofrece un nuevo sistema de medición preciso y fiable, que permite evaluar el efecto de cualquier nueva emisión en la atmósfera en base a tres parámetros: fuerza de la emisión, tiempo que permanecerá en la atmósfera y cantidad de ozono que destruye químicamente.

El funcionamiento del IOD se basa en un modelo informático de química atmosférica, que permite extraer datos acerca de agotamiento integrado del ozono en función del tamaño de las emisiones y la vida útil de los químicos. Esto proporciona permite medir los efectos de las emisiones no reguladas de sustancias que agotan la capa de ozono, monitorizar la recuperación y evaluar la eficacia de las medidas de protección, algo que hasta la fecha se ha venido haciendo con métricas insuficientes.

A través del IOD, se establece una interesante perspectiva de futuro en la que será posible calcular cómo cambiarán los productos químicos en la atmósfera y, al mismo tiempo, evaluar su impacto en la capa de ozono durante el próximo siglo.