La lección de transición a la sostenibilidad del puerto de Barcelona
07/01/2024

Según un estudio publicado por la organización Transport & Environment (T&E) en febrero de 2022, el puerto de Barcelona figuraba como uno de los más contaminantes de Europa. Las emisiones derivadas de la cadena de suministro marítima, sumadas a las de los barcos atracados, situaban este puerto como el quinto más contaminante del continente, pero la noticia, lejos de condenarlo, ha sido un revulsivo para este puerto que ahora trabaja para convertirse en un referente de sostenibilidad. 

Impacto medioambiental de los puertos 

La complejidad del entramado de actividades que se desarrollan en los puertos los convierte en entornos cuyo impacto medioambiental puede ser muy elevado.  

En primer lugar, el propio desarrollo de los puertos conlleva la erosión y sedimentación del terreno subacuático debido a cambios hidrológicos ocasionados por la profundización y ampliación del canal y el desarrollo de las zonas playeras (construcción de rompeolas, etc), genera contaminación a consecuencia de la eliminación de materiales dragados y la pérdida de hábitats como humedales y manglares. 

Al margen de todo esto, las diferentes actividades que se desarrollan en relación con el puerto presentan diferentes amenazas. Por un lado, encontramos la actividad propia de las embarcaciones (en su mayoría dependientes de combustibles fósiles), que tiene como consecuencia inmediata la emisión tanto de gases de efecto invernadero como de otros con gran potencial contaminante (el 16% del dióxido de azufre presente en la atmósfera procede del transporte marítimo). Otro aspecto del que quizá no somos tan conscientes es el ruido subacuático: entre 2014 y 2019 la energía total acumulada procedente del ruido subacuático aumentó más del doble en aguas de la UE, lo cual tiene un impacto negativo sobre especies marinas a diferentes niveles. Por último, nos encontramos con que en los últimos 30 años el transporte de petróleo por mar ha aumentado de manera progresiva, y esto ha dado lugar a vertidos cuyo impacto medioambiental es desastroso.  

Los puertos: un reto esencial en la lucha conta el cambio climático 

Los puertos son un eje de actividad comercial fundamental, y por ese motivo su impacto climático es enorme. Consciente de esta situación la Unión Europea ha planteado una hoja de ruta para la descarbonización del transporte marítimo que contempla la reducción progresiva de emisiones en el transporte marítimo de hasta el 80% en 2050, mediante la transición a combustibles limpios y de origen renovable.  

Entre los objetivos contemplados destaca aumentar la demanda y el uso sistemático de combustibles renovables y combustibles hipocarbónicos y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivados del transporte marítimo, garantizando que su funcionamiento no altere el del mercado interior.  

El gran reto para los puertos será lograr cero emisiones en el punto de atraque, lo que requerirá que puedan suministrar electricidad a los barcos o tecnologías alternativas neutras en carbono en buques de pasaje y portacontenedores.  

La transformación del puerto de Barcelona 

Dos meses después de ser reconocido como uno de los puertos más contaminantes de Europa, el puerto de Barcelona firmaba la Declaración One Ocean Summit, una iniciativa que trata de ayudar a los puertos a convertirse en motor de la transición ecológica, alineándose con los objetivos ambientales marcados por la UE y la ONU: lograr una reducción del 50% de las emisiones de los gases de efecto invernadero en el año 2030 y alcanzar la neutralidad en el 2050.  

La One Ocean Summit pone el foco en el impacto ambiental de la actividad portuaria, especialmente en las escalas de los buques en los puertos, y trata de promover la cooperación entre los puertos apostando, entre otras medidas, por el desarrollo de corredores verdes entre ellos. 

Para alinearse con estos objetivos el Puerto de Barcelona ha puesto en marcha el proyecto Nexigen, cuyo objetivo es descarbonizar la actividad portuaria y mejorar la calidad del aire. Entre las diferentes acciones que se abordarán, encontramos la puesta en marcha de sistemas OPS (onshore power supply), que son sistemas de electrificación de muelles que permitirán conectar los barcos a la red eléctrica una vez estén atracados, de manera que puedan desconectar los motores de combustión durante el atraque, eliminando así gran parte de las emisiones de CO2. En el caso del Puerto de Barcelona las obras para la instalación de los sistemas OPS ya han comenzado y se prevé que estarán funcionando en septiembre de 2024 y que además lo harán utilizando energía limpia con certificación de origen 100% renovable. 

Además, se incentivará la llegada de aquellos buques que generen menos emisiones contaminantes y sean más respetuosos con el medioambiente, tomando como referencia indicadores internacionales como el Environmental Ship Index o el programa Green Award mediante una política de bonificaciones que hasta la fecha ha funcionado como incentivo para que algunas navieras hayan incorporado soluciones energéticas innovadoras, como son los barcos cero emisiones a puerto. 

El puerto de Barcelona se sitúa, por tanto, a la cabeza de la descarbonización del sector, demostrando cómo un cambio de modelo no solo es necesario sino que, además, es posible.