Más o menos todos hemos oído en alguna ocasión la palabra extrusión, pero quizás no sean muchos los que puedan explicar con precisión de qué se trata. Y lo cierto es que en nuestra vida cotidiana estamos rodeados de objetos que han sido fabricados con esta técnica, desde una sencilla tubería hasta un extintor de incendios, pasando también por la pasta que nos comemos en un buen restaurante italiano.
Si extrusión nos suena un poco lejano, más extraño nos puede parecer el concepto de squirting, que es como se llamó este proceso técnico hasta 1820. El culpable fue el ingeniero Joseph Bramah, a quien se le ocurrió la idea allá por 1797, cuando la revolución industrial estaba ya lanzada de manera imparable.
Bramah calentó plomo y lo hizo pasar por un troquel usando un émbolo de mano para darle forma y fabricar así una tubería. Él no lo sabía, pero estaba creando uno de los procesos industriales más utilizados en la actualidad. Thomas Burr mejoró el invento en 1820 y pasó de llamarlo squirting (“chorro”) a bautizarlo con el nombre de extrusión, del latín extrudere, que significa algo así como “arrojar a empujones” o “echar violentamente hacia fuera”.
Qué es la extrusión
Aunque es poco poética, la palabra extrusión explica perfectamente en qué consiste este proceso. Primero se calienta el material para después cargarlo dentro del contenedor de una prensa que lo empujará haciendo pasar el material por un troquel. Una vez enfriado, la pieza está lista. Hay diferentes tipos de extrusión.
Esta técnica revolucionó la fabricación industrial de todo tipo de piezas y materiales, y amplió las opciones de su diseño, especialmente con el plástico, gracias a una constante evolución innovadora y sostenible que mejora la eficiencia del proceso, reduce los residuos y minimiza el consumo energético.
Según la temperatura usada hay tres tipos:
- Extrusión en caliente. Se hace a altas temperaturas y se usan prensas hidráulicas.
- Extrusión en frío. El material está a temperatura ambiente y tiene la ventaja de que no existe oxidación y que es un proceso más rápido. Algunos materiales que se trabajan con extrusión fría son estaño, aluminio, plomo o mortero de cemento.
- Extrusión tibia. Se hace con temperatura ambiente, pero por debajo de la temperatura de recristalización del material. Reduce la presión que se ha de aplicar a los materiales y aumenta la ductilidad del acero.
Qué materiales se utilizan
Quizás no sea tan exagerado decir que casi todos los materiales pueden ser utilizados en un proceso de extrusión. Algunos de los más habituales son:
- Aluminio. El más usado para fabricar marcos, perfiles, piezas de mobiliario de oficina, verjas, barandillas, escaleras, puertas, latas, carcasas de motores, maquinaria de todo tipo, coches y barcos.
- Cobre. Es perfecto para hacer cañerías, alambres o electrodos de soldadura.
- Acero. Perfiles, latas y componentes de vehículos y para la industria pesada.
- Caucho. Neumáticos, sellos, tubos, molduras y equipamientos para la construcción.
- Titanio. Componentes de aviones como las turbinas o las alas, misiles y piezas de las naves espaciales.
- Plomo y estaño. Para fabricar cañerías, tubos de todo tipo y exteriores de cable.
- Magnesio. Usado para fabricar partes de un avión o de centrales nucleares.
- Zinc. Para componentes de ordenadores y otros aparatos electrónicos y de telecomunicaciones.
- Cerámica. Cañerías y ladrillos modernos.
- Alimentos. La extrusión se utiliza para transformar materias primas de origen orgánico y hacer pasta, masa de galletas o cereales de desayuno.
Extrusión con plásticos
El plástico es el material al que mejor se adapta la extrusión. Son miles los productos que se fabrican en plástico con esta técnica. Los plásticos que se suelen utilizar en el proceso de extrusión son, entre otros, PVC, ABS, poliestireno, polipropileno y nylon. Algunos productos de plástico elaborados con esta técnica son botellas, estanterías, moldes de inyección, perfiles, palets, engranajes, bolsas, bridas, piezas de automóvil, tubos, etc.