En la apuesta por un modelo económico apoyado en la sostenibilidad y la circularidad, el reciclaje se convierte en un pilar fundamental donde el reciclaje tecnológico cobra gran protagonismo. Entre los retos que debemos afrontar para lograr los objetivos planteados por la Agenda 2030 está la mejora de la gestión de nuestros residuos. En un contexto de agotamiento de los recursos el reciclaje es fundamental. De hecho, la Unión Europea establece que el 55% de los residuos municipales deberán tratarse para la reutilización y el reciclado para 2025.
Innovación aplicada a la gestión de residuos
En la gestión integral de los residuos nos encontramos inmersos en un proceso de cambio de lo analógico a lo digital a través de inversiones en tecnología e innovación. El sector medioambiental está desarrollando soluciones innovadoras que acompañarán a la transformación de sus modelos de gestión circular de residuos.
La gran evolución que estamos viviendo en este ámbito es consecuencia de la digitalización y el desarrollo tecnológico aplicados a la gestión de residuos, el ecodiseño para aumentar la recuperación de productos y materiales, o la producción de compost y combustibles a partir de residuos orgánicos.
Las empresas especializadas en gestión de residuos ya están incorporando tecnologías como inteligencia artificial, utilización de sensores o robótica en plantas de selección de residuos. De esta manera se facilitan los trabajos de triaje y se evita el contacto directo de los operarios con los residuos (mejorando sus condiciones de trabajo), al mismo tiempo que se optimizan los procesos y se obtiene información para mejorar los diseños de futuras instalaciones.
Cómo se está transformando el sector de gestión de residuos
Si comparamos los actuales procesos de gestión de residuos con los de hace tan solo diez años nos encontramos con un panorama de transformación e innovación enormemente llamativo. La incorporación de tecnología nos permite hablar de circularidad y sostenibilidad como realidades de las que sólo cabe prever un desarrollo exponencial en los próximos años:
- Robótica en la selección de residuos: La gestión de los residuos, al igual que cualquier otra actividad industrial debe incorporar la tecnología de la Industria 4.0, lo que significa convertir las plantas de tratamiento de residuos en instalaciones inteligentes en las que los procesos puedan optimizarse y se aumente la recuperación de materias primas y la seguridad de los trabajadores. Para lograrlo los mejores aliados son la inteligencia artificial y la robótica, que permiten mejorar la capacidad de selección de residuos, para maximizar la recuperación de materiales garantizando una calidad adecuada, lo que facilitará su posterior transformación en materias primas secundarias y, en consecuencia, les aportará valor.
- Del residuo al biometano: El biometano es un gas natural renovable obtenido a partir del tratamiento de residuos orgánicos. Por sus características es similar al gas fósil, lo que lo convierte en un sustituto muy interesante.
- Biocombustibles: Los biocombustibles se extraen de fuentes orgánicas como la biomasa (vegetal o animal), que se somete a procesos mecánicos, termoquímicos y biológicos para obtener este combustible que se presenta como una alternativa a la hora de reducir las emisiones derivadas del transporte de manera rápida y eficiente.
- Del residuo al compost: El compostaje es un proceso biológico aerobio (es decir, debe intervenir oxígeno) que, bajo condiciones de ventilación, humedad y temperatura controladas, transforma los residuos orgánicos en un material estable e higienizado llamado compost, que se puede utilizar como fertilizante orgánico.
- El reciclaje del plástico: Hablamos de un ámbito en constante evolución. En los veinte años que llevamos reciclando en España no solo se ha reforzado el compromiso (que ha permitido alcanzar un reciclaje de envases del 69,7%), sino que cada vez hay menos plásticos no reciclables (en la actualidad forman parte de esa categoría los pequeños plásticos y los multicapa) y los procesos son más eficientes.
Otras disciplinas al reciclaje tecnológico
Para optimizar la gestión de residuos es fundamental trabajar también en etapas previas que afectan al diseño y fabricación de productos y envases.
En este sentido, el ecodiseño se ha convertido en un gran aliado a la hora de aumentar la recuperación de productos y materiales. La premisa de la que parte esta disciplina es diseñar para permitir una recuperación eficiente, lo que significa que la circularidad y sostenibilidad están presentes desde la fase de diseño de cualquier producto. Será necesario contar además con una jerarquía de recuperación: producto completo, piezas, materiales y energía. En este círculo, el vertedero sería la última opción. El producto ecodiseñado para la recuperación se podrá recuperar, mejorar y actualizar porque, desde el origen, este es su objetivo.
Otro ámbito de actuación importante, dado el volumen de envases que consumimos, es el de los envases inteligentes o smart packaging, que alude a aquellos envases que, además de ofrecer protección, interactúan con el producto y comunican información útil sobre su estado y propiedades con la ayuda de indicadores o dispositivos monitorizados (etiquetas, tintes o esmaltes).
Por último, encontramos el desarrollo de nuevos materiales: bioplásticos, envases biodegradables y compostables que entre sus múltiples ventajas permiten prescindir de materias primas no renovables (el plástico se obtiene del petróleo), contribuyen a reducir la huella de carbono y el volumen de residuos no biodegradables, que contaminan el medioambiente.
De cara al futuro, las tendencias apuntan a un auge en el uso de materiales alternativos, la integración de prácticas de diseño y producción más sostenibles, y la implementación de estrategias para fomentar el reciclaje avanzado.