La innovación y la tecnología son dos herramientas indispensables para avanzar en la gestión de los residuos, la economía circular y el reciclaje. El proyecto Smart Waste que desarrollan el laboratorio de economía circular TheCircularLab y Minsait busca crear una plataforma inteligente basada en el Internet de las Cosas (IoT) y con capacidades Big Data y Cloud.
Se trata de aplicar la tecnología más puntera con el fin de promover la eficiencia de los procesos de recogida, selección y reciclado de envases del futuro y aumentar sus porcentajes. Esta tarea es especialmente importante en las ciudades donde el volumen de generación es importante y creciente.
En España, las empresas gestoras de residuos urbanos como Ecoembes recogimos 21,6 millones de toneladas en 2015, último año del que se tienen estadísticas. De éstos, 17,8 millones correspondieron a residuos mezclados y 3,9 millones a residuos de recogida separada, según el INE. Es decir, en términos per cápita, se recogieron 466,4 kilogramos de residuos por persona y año.
Un modelo de Smart city o ciudad inteligente que maneja tales magnitudes necesita validar nuevas tecnologías y sistemas de recogida de datos, así como su impacto sobre la gestión de residuos. Es una de las razones por las que en Ecoembes creamos TheCircularLab, un centro de innovación español sobre economía circular pionero en Europa dedicado a evaluar el comportamiento de los envases a lo largo de todo su ciclo de vida y trabajar en la búsqueda de nuevos materiales sostenibles o en cómo introducir materiales reciclados en los procesos de producción.
Minsait IoT Sofia Plataforma integral para gestionar Smart Waste
Junto con Minsait de Indra, TheCircularLab desarrolla el proyecto “Smart Waste” para poner en marcha una plataforma integral que utilice la tecnología más puntera y la aplique a la cadena de gestión del residuo.
A partir de la solución “Minsait IoT Sofia” están trabajando en “un desarrollo propio orientado a la gestión de residuos, un sector para el que no había nada similar hasta este momento”, explica el coordinador de The CircularLab, Zacarías Torbado. “Este centro de investigación es el diseñador, el analista funcional, el que sabe qué datos hay que utilizar y cómo se evalúan mientras que Minsait proporciona la estructura para extraer, gestionar y explotar los datos”, añade.
Marcos Leyes Bastida, manager de Minsait, señala que “Minsait IoT Sofia es el corazón de Smart Waste en términos de Big Data y de todo lo relacionado con la integración de datos”. La solución ya se ha utilizado antes en proyectos de smart cities. Actúa como un middleware a través de un IOT Broker, es decir, permite toda la entrada de datos desde sensores colocados en toda la ciudad. “Además, tiene la capacidad analítica y de gestión de data pools -o grupos de datos- para generar cálculos complejos que ofrezcan información de valor para la toma de decisiones”, especifica.
El objetivo de Minsait IoT Sofia
-Contenedores inteligentes, localizados y conectados.
-Camiones conectados por GPS y que determinen el peso y las rutas.
-Gestión inteligente de rutas en tiempo real.
-El uso de vehículos híbridos o eléctricos que reduzcan las emisiones.
-La implementación y evaluación de diferentes modos de uso de los datos generados y gestión de la información.
La Plataforma también va a gestionar los datos de las plantas de selección -hay 95 en toda España- a las que llegan los envases depositados en los contenedores amarillos, donde son separados antes de enviarlos a los recicladores según sean plástico, metálicos o briks.
Proyectos piloto de Smart Waste
Smart Waste se lleva a cabo a través de cuatro proyectos piloto:
– Dos en La Rioja (uno con el Ayuntamiento de Logroño y otro con el Consorcio de Aguas y Residuos del Gobierno de La Rioja)
– En Cantabria, con MARE, entidad que tiene encomendada la gestión de los sistemas de saneamiento y depuración del Gobierno de la Comunidad Autónoma cántabra, y otro en La Palma, en las Islas Canarias.
“La idea del proyecto es ir probando cosas, ver que funcionen, validarlas, y a base de prueba y error que es el proceso de la innovación extender los pilotos a otros sitios”, explica Zacarías Torbado.
Fernando Sanz, jefe del proyecto, nos explica que Smart Waste sigue un modelo “Top Down”. Es decir, “antes de implantar la tecnología o el software, analizamos cuáles son las necesidades de los agentes de interés (ayuntamientos, operadoras, ciudadanos, etc.) para afrontar el desarrollo a partir de ese enfoque”.
Datos para la Plataforma
De momento, los datos que se están introduciendo en la Plataforma son los que llegan de los proyectos piloto y demostrativos (datos de funcionamiento real). Por ejemplo, a partir del peso de los contenedores Smart Waste permite organizar las rutas de recogida según zonas de manera que donde se recicla más, lleguen más camiones para evitar que los contenedores lleguen a llenarse y se desborden, y en otras, donde no llegan a llenarse, se hagan menos viajes de manera que la recogida sea más eficiente y sostenible.
En la Comunidad Autónoma de La Rioja se están geolocalizando los camiones con sensores y se están optimizando las rutas mediante algoritmos que desarrollan o en el propio The CircularLab o a través de entidades colaboradoras como universidades, centros tecnológicos… Además, se están introduciendo datos de procesos que ya estaban controlados y monitorizados. También se incluirán de fuentes datos públicas.
El equipo encargado
En el proyecto trabajan tanto personal de TheCirculaLab -se ha formado un equipo de trabajo de unas veinticinco personas- como parte de la plantilla de Ecoembes en Madrid y profesionales de Indra. “Nuestra estructura es compleja, somos un centro de innovación abierta. Hay unos jefes de proyecto que pertenecen a Ecoembes pero la ejecución corre muchas veces de la mano de universidades, de centros tecnológicos, de emprendedores y de empresas grandes”, detalla su coordinador.
Hay perfiles profesionales de todo tipo. Desde ingenieros de comunicaciones, como el jefe del proyecto, Fernando Sanz, hasta ambientólogos, ingenieros industriales de control, de telecomunicaciones, sociólogos, matemáticos…
Contenedores inteligentes ya existían pero el objetivo de Smart Waste es lograr optimizar la eficiencia en el proceso global de la gestión de los residuos.
Proyectos paralelos
“A día de hoy el contenedor es el punto de partida pero estaría bien plantearnos obtener una granularidad de datos mayor y empezar a analizar la cadena desde más abajo, por ejemplo, desde el ciudadano. A final, el contenedor sólo engloba una manzana de un barrio -indica Zacarías Torbado-. Habría que ver qué sistemas son más eficientes para comunicarse con el ciudadano o también qué sistemas de interacción entre los contenedores, las rutas y las plantas funcionan mejor. Hay muchos proyectos paralelos que tienen que ver con esta cuestión”.
Es decir, el proyecto es amplio y tiene ámbitos de investigación muy diferentes tanto en cuanto a los especialistas como en lo que se refiere a los objetivos. En este sentido, Torbado señala que “hay una parte del proyecto que es socioeconómica y busca investigar la relación de la actitud de los ciudadanos ante el hábito de reciclar según el área donde viven y otra parte más operativa, más convencional, que trata de optimizar rutas, plantas, etc.”
Tal y como está pensado “se trata de una Plataforma que tiene que servir al ciudadano, porque es clave que sepa para qué sirve lo que recicla –porque ofrecerá datos sobre cuánto se recoge en cada manzana y compararlos; tiene que servir a los operadores, para mejorar sus procesos; también al gestor, que suele ser la entidad responsable, el ayuntamiento o la mancomunidad”, añade.