España: sol y renovables
08/03/2023

En los años 60 del siglo pasado, el Sol de España se convirtió en un reclamo turístico para el resto de Europa y fue un interesante motor económico. Lo cierto es que es un elemento que determina nuestra climatología y nuestra forma de vivir, y ahora promete volver a revolucionar nuestra economía gracias al papel que jugarán las energías renovables en el futuro. 

Horas de luz solar en España 

La ubicación de España, en el sur de Europa, lo convierte en uno de los países más soleados del continente, con 300 días de sol al año que se traducen en una media de 2.500 horas de solanuales. Sin lugar a dudas, hablamos de un importante motor de producción de energía solar fotovoltaica. 

Lógicamente, la cantidad de horas de sol dependen de la latitud y de la estación del año. Las provincias situadas en la franja norte cuentan con menos luz que las del sur (por ejemplo, entre Bilbao y Huelva, la diferencia es de más de 1.800 horas anuales de sol). La época del año también determinará el número de horas de sol diarias: en verano el eje de la Tierra se inclina de tal modo que el hemisferio norte queda más próximo al sol, lo que hace que los días sean más largos y el sol más fuerte que en invierno, pero en el caso de España se evitan situaciones extremas como las que se dan en los países nórdicos, en los que los días y las noches pueden llegan a alcanzar casi 20 horas en verano e invierno. En tales casos, la energía solar estaría sujeta a la estacionalidad, lo cual la hace poco ventajosa. 

En definitiva, podemos afirmar que las cifras medias que arrojan los heliógrafos (instrumento meteorológico que registra la duración y la intensidad de los rayos solares) distribuidos por toda nuestra geografía, determinan que España cuenta con la ubicación perfecta para generar energía solar.   

¿Gestionamos correctamente la luz solar en España? 

La luz solar en nuestro país es un bien sobre el que no existe desacuerdo, pero se mantiene un gran dilema en lo referente a cómo interpretamos esas horas de luz: el cambio de hora.  

Existe controversia sobre la idoneidad de mantener el cambio de horario que, aunque inicialmente tenía como objetivo el ahorro energético, lo cierto es que en el modelo de vida actual plantea un ahorro marginal. Por otra parte, el cambio de hora tiene un impacto perjudicial en nuestra salud, ya que un horario de verano mantenido en el tiempo es el origen de cronodisrupción, un desajuste entre la hora interna (que marca nuestro reloj endógeno) y la hora externa (que marcan las condiciones ambientales).  En este sentido, los expertos apuntan a que lo ideal sería mantenernos en el UTC+1, que encaja con nuestro horario de invierno y nos permitiría ajustarnos a nuestra situación geográfica.  

Aunque la Comisión Europea tenía previsto finalizar con el cambio de hora en 2019, la falta de consenso y la pandemia congelaron el proceso. El gobierno de nuestro país, mediante orden ministerial, establece las fechas de cambios de hora hasta el domingo 25 de octubre de 2026, aunque aún no queda claro en qué huso horario nos mantendremos. 

Al margen de este aspecto, que podríamos considerar formal a pesar de su complejidad, el hecho de que en España la irradiación solar sea de entre 1.600 kW/m2 y 1.950 kW/m2, nos sitúa como el país europeo con mayor potencial de producción de energía fotovoltaica. El resto de países mediterráneos podrían plantearse como competidores, pero, en nuestro caso, una geografía con amplias dehesas y mesetas nos posiciona como el contexto perfecto para albergar parques fotovoltáicos que puedan recoger toda esa energía.  

A día de hoy, Alemania se presenta como el mercado solar más grande de Europa con una producción de 7,9 GW, seguido por España con 7,5 GW (a continuación, encontramos Polonia con 4,9 GW, Países Bajos con 4,0 GW y Francia con 2,7 GW).  

Según los Informes sobre energía renovable realizados por Red Eléctrica España, la energía solar fotovoltaica se encuentra en un claro proceso de desarrollo. En 2021 creció un 30% con respecto al año anterior, y las previsiones apuntan a que esta tendencia se mantenga en los próximos años, ya que la UE tiene como objetivo que las energías renovables lideren el mercado energético para 2026. Los nuevos marcos regulatorios, y las ayudas económicas por parte de las administraciones públicas serán los detonantes definitivos de esta transición en la que, sin lugar a dudas, tendremos un papel relevante.