Este mes de septiembre se cumplen cuatro años desde que Naciones Unidas aprobara sus famosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como su Agenda 2030. Son diecisiete puntos a los que, a juicio de la ONU, debemos aspirar para garantizar el bienestar de la sociedad mundial. En total, los ODS constan de 169 metas que fijan propósitos concretos hacia los que encaminarnos. Aunque es cierto que la situación de emergencia climática está exacerbando problemas ambientales que a su vez causan conflictos políticos (véase el ejemplo de Siria), y que los pronósticos no son esperanzadores, en el plano social, al menos, el mundo está avanzando. Pero ¿lo está haciendo a buen ritmo? ¿llegaremos a cumplir los ODS en 2030? Un índice global ha evaluado el progreso social en 149 países y ha concluido que, al ritmo que vamos, no cumpliríamos con la Agenda 2030 de Naciones Unidas hasta 2073, es decir, vamos con 43 años de retraso.
Sin embargo, también hay buenas noticias que celebrar. La nutrición y atención médica básica, el agua y el saneamiento, la vivienda o el acceso a la información y a las comunicaciones son algunos de los ámbitos sociales donde más hemos progresado como comunidad internacional desde el año 2014, según el Índice de Progreso Social de 2019, que mide el éxito de las sociedades del mundo en su afán de garantizar el bienestar y universalizarlo a toda la población.
Desde el 2014, como planeta hemos avanzado sobre todo en ocho de los doce ámbitos que se analizan. Todos los componentes del índice se dividen en tres categorías: necesidades humanas básicas (nutrición y atención médica, agua, vivienda, seguridad personal), fundamentos del bienestar (acceso a conocimiento elemental, a la información y a las comunicaciones, salud y calidad medioambiental) y oportunidades (derechos personales, libertad de elección, inclusión y acceso a la educación avanzada).
En general, hemos subido dos puntos porcentuales respecto nuestra puntuación media del 2014. Hemos pasado de tener un 62,16 sobre 100 a un 64,47. Sin embargo, pese a este progreso general, hemos retrocedido en lo que respecta a derechos individuales (ámbito en que empeoraron 91 de los 149 países evaluados), mientras que ha habido un estancamiento en las áreas de seguridad personal, en acceso al conocimiento elemental y en inclusión.
Sobre todo han mejorado su puntuación desde 2014 países como Gambia, Nepal, Sierra Leona o Etiopía, mientras que Estados Unidos, por el contrario, ha caído de 84,74 a 83,62 sobre cien, y se sitúa en el puesto número 26.
Pero, como cabe esperar, a la cabeza de ranking de progreso social se sitúan los escandinavos. Noruega se hace con el número 1, y sus hermanos nórdicos están también entre los que mejor puntúan: Dinamarca (en el 2º puesto), Finlandia (4º), Suecia (5º) e Islandia (6º). El tercer puesto, no obstante, se lo ha llevado Suiza. El top 15 lo completan: Nueva Zelanda (7º), Alemania (8º), Canadá (9º), Japón (10º), Holanda (11º), Australia (12º), Reino Unido (13º), Irlanda (14º) y Francia (15º).
España se queda por poco fuera de los quince primeros. Este país obtiene su mejor puntuación en las necesidades humanas básicas (94,77), especialmente en agua y saneamiento, nutrición y atención médica, vivienda, acceso a conocimiento elemental y derechos individuales. Donde falla es sobre todo en acceso a la educación avanzada, inclusión, libertad personal y de elección, seguridad personal y calidad ambiental. Éstas áreas bajan la media española a un 87,47 sobre cien, lo que la lleva a ocupar el puesto número 17.
Las peores notas han sido para Nigeria, Sudán, Guinea, Burundi, Afganistán, Papua Nueva Guinea, República Democrática del Congo, Eritrea, Chad y la República Centroafricana de Sudán del Sur (la peor puntuada, con 24,44 sobre 100).
Aunque por lo general hay una relación visible entre progreso social y PIB per capita, no siempre se da el caso. Costa Rica, por ejemplo, tiene una puntuación relativamente alta en comparación con su PIB per capita (10.183 euros, en 2018). De hecho, este país está en el número 34 del ranking, con una nota de progreso social del 80,65 sobre cien. Lo mismo ocurre con Portugal. El país ibérico, pese a no tener un altísimo PIB per capita (19.600€ en 2018, mientras que el de España fue de 25.900€).
En realidad, casi el 70% (19/28) de los países de la Unión Europea ha mejorado en más de un punto el Índice de Progreso Social en los últimos seis años, señala el informe, con Austria (+4,04) y Bélgica (+3,75) como los países de la UE que avanzan más rápidamente. Los estados europeos con menor puntuación son Bulgaria (el 43º a nivel mundial) y Rumanía (45º).